“POLÍTICAS PÚBLICAS
PARA LA PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR: ANÁLISIS
DEL PROGRAMA DE RESOLUCIÓN NO VIOLENTA DE CONFLICTOS, SERNAM,
VIII REGIÓN”
* Cecilia Bustos Ibarra,
II. MARCO DE REFERENCIA
Para analizar el fenómeno de la violencia intrafamiliar,
es necesario reconocer que en la génesis de la violencia
se funden una serie de factores que potencian esta forma de relación.
Al respecto Hernán Montenegro señala “sin duda
que el fenómeno de la violencia es multifactorialmente determinado.
Al igual que como ocurre en muchas otras conductas del ser humano,
en este fenómeno influyen factores biológicos, psicológicos
y socioculturales, que están en constante interacción
. Un segundo elemento, es el consenso unánime respecto a
la necesidad de abordar el problema en forma intersectorial; lo
que se traduce en la articulación de Redes a nivel Nacional,
Regional, Comunal o Local.
La Comprensión de estos dos aspectos, la PLURICAUSALIDAD,
y la necesidad de abordarlo INTERSECTORIALMENTE, se potencia al
utilizar un marco de referencia teórico que permite apreciar
claramente los diversos factores y niveles que permiten la reproducción
y la mantención de la violencia; y, por tanto, aquellos aspectos
en que es necesario intervenir; nos referimos al MODELO ECOLÓGICO,
planteado por Bonfenbrenner en 1979 y adaptado por el Argentino
Jorge Corsi, y que se caracteriza por la interacción de 4
subsistemas: Macrosistema, Exosistema, Microsistema, Sistema Individual.
En el Macrosistema se ubicaría toda la organización
social, los sistemas de creencias y valores y los estilos de vida
que prevalecen en una cultura específica; diferentes investigaciones
referentes a los riesgos existentes al nivel de la sociedad, han
incluido aspectos como la cultura patriarcal y su impacto en la
violencia, la violencia estructural, las deficiencias del control
social y del sistema legal para sancionar la violencia intrafamiliar.
El Exosistema está compuesto por el entorno social inmediato
de la familia, es decir, instituciones religiosas, judiciales, educativas,
laborales, recreativas, etc.; el funcionamiento de estas instituciones
y los mensajes que emiten, constituyen un factor fundamental en
la presencia o disminución de la violencia. Otro componente
importante son los Medios de Comunicación Masivos, dado su
potencial multiplicador, los modelos violentos que proporcionan,
tienen gran influencia en la generación de actitudes y legitimación
de conductas violentas. También se encuentran aquí
los factores situacionales, tales como aislamiento social, cesantía,
hacinamiento, etc.
El Microsistema se refiere a los elementos estructurales de las
familias que viven violencia, la interacción familiar y las
historias personales de los miembros del grupo familiar; y en este
aspecto se han encontrado importantes conclusiones : “Una
parte importante de las experiencias y modelos explicativos registrados
en diversos documentos integran la idea del poder como la lógica
que subyace a las expresiones de violencia, en el ámbito
social, y en el ámbito familiar. La cultura patriarcal estaría
representada en todas las estructuras sociales a través de
la generación de relaciones de dominación/subordinación
y de ordenaciones jerárquicas; el poder, la autoridad y el
liderazgo al interior de la familia se sustentarían en desigualdad
de fuerzas y de posiciones entre padre/madre/hijos, hombre/mujer,
adultos/niños/as. De esta manera no es casual que la violencia
afecte principalmente a aquellos miembros de la familia, que se
encuentran en posición de subordinación y dependencia,
como son, mujeres, niños/as, ancianos, discapacitados”.
Finalmente, en el Nivel Individual, Corsi incluye 4 dimensiones
psicológicas, la dimensión cognitiva, conductual,
psicodinámica e interaccional; y los estudios demuestran
en el caso de la Violencia Conyugal o Doméstica, como cada
uno de estos componentes actúa en la mujer víctima
y en el hombre agresor.
La propuesta del Programa de Resolución No Violenta de Conflictos
busca intervenir desde el Exosistema, en el que se ubicaría
la Escuela, intentando irradiar los cambios a los demás Subsistemas,
al trabajar no sólo con el niño/a, sino también
con los padres y apoderados y de esta forma contribuir a la deconstrucción
de las creencias culturales existentes y al entrenamiento concreto
en habilidades para resolver conflictos sin violencia.
Otro sustento teórico explicativo fundamental es la Teoría
de Género, que permite la comprensión de este fenómeno;
a través del análisis del orden social de género,
aportando elementos de análisis tales como situación
y condición de la mujer, desigualdad de la distribución
del poder, roles y relaciones de género, y la socialización
de género. Sin embargo, a nuestro juicio, estos elementos
se encuentran incorporados en el Modelo Ecológico y son también
incorporados en el Programa en estudio, desde un punto de vista
teórico, es decir, desde la invitación a los/as docentes
a la reflexión sobre el rol de la Escuela en la socialización
de género, y desde un punto de vista práctico, en
el ejercicio democrático del poder en la resolución
de conflictos entre hombres y mujeres.
Otro elemento importante de considerar son los Instrumentos Jurídicos
Internacionales, que otorgan el respaldo jurídico a las Políticas
Públicas que se han generado para enfrentar el problema y
específicamente de las propuestas al nivel de Prevención
de la Violencia Intrafamiliar. El Estado Chileno, ratificó
el 11 de noviembre de 1998, la Convención Interamericana
para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer,
conocida como Convención de Belem do Pará, adoptada
en Brasil el 09 de junio de 1994 . Esta convención incluye
como Deberes Inmediatos de los Estados Partes acciones relacionados
con la protección y asistencia a víctimas y, además,
el deber de “actuar con la debida diligencia para prevenir,
investigar y sancionar la violencia contra la mujer” (Artículo
7, letra b). Por otra parte, en aquellos Deberes Progresivos están
“Modificar los patrones socioculturales de conducta de hombres
y mujeres, incluyendo el diseño de programas de educación
formales y no formales apropiados a todo nivel del proceso educativo,
para contrarrestar prejuicios y costumbres y todo tipo de prácticas
que se basen en la premisa de la inferioridad o superioridad de
cualquiera de los géneros o en los papeles estereotipados
para el hombre y la mujer que legitimizan o exacerban la violencia
contra la mujer” (Artículo 8, letra b) y “Garantizar
la investigación y recopilación de estadísticas
y demás información pertinente sobre las causas, consecuencias
y frecuencia de la violencia contra la mujer, con el fin de evaluar
la eficacia de las medidas para prevenir, sancionar y eliminar la
violencia contra la mujer y aplicar los cambios que sean necesarios”
(Artículo 8, letra h). Estos elementos están incorporados
también en el marco de referencia que sustenta la propuesta
del programa de Resolución No Violenta de Conflictos.
Finalmente, parece oportuno detenerse en el Concepto de Prevención.
Desde el punto de vista la salud, los conceptos de prevención
y promoción, desde una perspectiva práctica tienen
un límite impreciso en cuanto a sus funciones, sin embargo,
la diferencia esta dada porque ambos persiguen lograr distintos
niveles de salud, es decir, distintos niveles de impacto. La Promoción,
desde la perspectiva de la salud positiva y de bienestar y la prevención,
desde la perspectiva de la enfermedad o problema, apuntando a factores
de riesgo, dirige su atención a la detección y control
de los factores causales. Las distintas propuestas de prevención
de la violencia intrafamiliar, parten del supuesto que “la
violencia empieza en la mente del ser humano, por lo tanto la no
– violencia debe comenzar en nuestras propias mentes. El mismo
ser que inventó la guerra, puede inventar la paz” Es
decir, las estrategias y propuestas de prevención se basan
en la Teoría del Aprendizaje Social y la Socialización.
En este marco, el Programa que se analizará a través
de la identificación de estos factores de riesgo culturales
que permiten la generación y mantención de la violencia,
apunta a la educación para la resolución no violenta
de conflictos, con el fin de generar nuevas relaciones entre niños
y niñas, es decir, entre hombres y mujeres.
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