En Concepción, existen muchas familias o personas que carecen de alimentación, vivienda o simplemente no alcanzan a obtenerlos en buenas condiciones. Es por ello que existen distintas instituciones, como el hogar de Cristo, TECHO, Greenpeace, etc. que se encargan de entregar ayuda a quienes la necesiten, ya sea construyendo medias aguas después de catástrofes, o a quienes no tengan un hogar, a repartir alimentos en las noches, acoger a quienes se encuentren en situación de calle, o simplemente jugar con niños y conversar con personas humildes.
Muchos de los jóvenes que participan en estas actividades, no pertenecen a una organización, si no que las prefieren realizar por su propia cuenta como Felipe y José. Se comparará entre experiencias realizadas por organización personal e institucional.
Greenpeace
Macarena Roa, quien es voluntaria de Greenpeace desde el año 2007, indicó los requisitos para poder formar parte de ellos. Deben ser mayor de edad, no participar en ningún partido político y por supuesto, tener ganas y entusiasmo de entregar tiempo y energía para salvar el planeta.
La institución lleva 14 años en Concepción y se financia solo mediante donaciones de personas naturales. Como ya es sabido, su principal fin es cuidar el medio ambiente con campañas, charlas en colegios, etc. Todo, utilizando la creatividad.
Macarena, quien actualmente está encargada de difundir la información en las redes sociales, señala “La experiencia me ha ayudado a crecer como persona, cuando chica donaba y al momento de llegar a estudiar a Concepción al tiro quise ser voluntaria. Aprendí a comunicarme con la gente y a crear conciencia de los cuidados del planeta”
Cuenta que recomienda totalmente la experiencia, porque ser voluntario es una experiencia gratificante y además, piensa que sus hijos y las próximas generaciones se merecen un planeta cuidado.
-¿Realizarías esta actividad por tus propia cuenta y no por una institución? (escuchar audio)
Voluntario por los animales
Felipe Moreno, junto a sus hermanas mayoresFernanda y Alejandra, desde pequeños han sido voluntarios. Ellos cada vez que van por la calle y encuentra un perro con mala alimentación, salud y cuidado, lo llevan a la casa de Fernanda, donde lo alimentan y cuidan hasta encontrarles un nuevo hogar.