Todos ellos se acercaron al TASIS por afiches que vieron pegados en la Universidad, pero por lo general aquí cada integrante del taller llega de una manera distinta, por que escucharon del taller, porque un amigo los invitó, o simplemente asistían a algún otro taller. Es el caso de Eduardo Rojas: “yo llegué aproximadamente hace 5 años, por un curso de guitarra que se impartía aquí. Y conversando con la gente entre al Taller Mano de Obra y comencé a venir”, señala.

Todos con un fin común llegan por distintas vías, pero lo má importante en esto es la permanencia dentro de él. “Este taller tiene una mística, que te invita a asistir a las reuniones”, señala Jorge Olave, el “Tatingo” quien lleva aproximadamente seis años asistiendo al taller. Quizá es por esa mística que posee que hoy cuenta con más de doce integrantes.
Jóvenes, adultos jóvenes y adultos no tan jóvenes, se integran y comparten sin fijarse ni un minuto en las barreras etáreas que la sociedad nos pone a diario.

En Concepción hacen falta espacios como este que se divulguen y se den a conocer por su importancia, no tanto farandulera, sino por su peso en la sociedad, el futuro es nuestro, de los jóvenes que hacemos de la cultura y la literatura nuestra arma de trabajo, por esto están todos cordialmente invitados a sus reuniones. Yo por mi parte creo que su mística también me llama.