Salud Pública ¿Quién se hace responsable?

Independiente de las eternas disputas a nivel social en Chile, hay una que genera consenso a pesar de las opciones política o clases sociales. Dicho consenso, se encuentra tras la siguiente premisa: La salud pública no satisface la necesidad del público.

Y es que este conflicto no deja de permanecer en la retina de las personas, las cuales ven que los años pasan y aún no existen soluciones concretas por parte de los gobiernos que, además, no cumplen con las expectativas de los ciudadanos.

Estas opiniones se reflejan en el resultado de una encuesta realizada vía internet, a un grupo de personas de entre 20 y 45 años. Ellos, accedieron a responder, entre otras cosa, a qué sector de salud acuden normalmente y cuáles son sus opiniones sobre la salud pública. A continuación los resultados:

  • Previsión de salud.
  • Encuesta

  • Sistema de salud de preferencia.
  • Encuesta

  • Tiempo de espera en atención pública.
  • Encuesta

  • Principales críticas al sistema de salud público.
  • Encuesta
    * Gráficos realizados a partir de los resultados obtenidos.

A pesar de esto, es necesario conocer las dos caras de la moneda, es decir, se debe informar tanto la opinión del afectado, como la del trabajador de la salud. Es por esto que, con el afán de cubrir todas las aristas de este tema, en el trascurso de este escrito se evidenciarán opiniones que, independiente de donde provengan, siguen manteniendo el consenso planteado en un comienzo.

La eterna espera

Jasna Cares Cárdenas tiene 42 años, vive en Chiguayante y, así como muchos, no tiene los medios para acudir al sector privado de la salud. Es por esta razón que, ante cualquier urgencia, debe acudir al Hospital Regional de Concepción, el mismo recinto que se ha visto afectado por una crisis económica luego del terremoto del 2010. Es en ese preciso lugar, donde experimentó, uno de los hechos que marcaron su vida.

Transcurría agosto del año 2008 y Jasna comenzó a sentir intensos malestares, razón por la cual decidió asistir al sector de urgencias donde la atención no fue del todo especializada, “me hacían sentir que andaba perdiendo el tiempo.”

Después de varios días, y mientras el dolor persistía, los médicos descubrieron que lo que realmente sucedía era que Jasna estaba embarazada, independiente de la anterior esterilización practicada en el mismo recinto de salud. A esto se le llama embarazo ectópico.

“Debí esperar varios días, con mucho dolor incluido, sin ningún calmante y en el hospital hasta que se muriera él bebe en mi interior. El día que finalmente ocurrió eso, estaba sola porque la persona que debía estar conmigo, en una ecografía, fue a conversar con sus colegas.” Jasna cuenta, además, que solo en ese entonces, los médicos realizaron la operación correspondiente para más tarde, proporcionarle solo Diclofenaco hasta llegar a su hogar.


Hospital Regional Guillermo Grant Benavente

La siguiente historia lleva consigo un punto en común con la anterior, ambas involucran un embarazo, sin embargo, con finales diferentes. Katherine Ormeño tiene 29 años, es educadora de párvulos, debido a su trabajo vive en Lebu, capital de la provincia de Arauco y está bajo la cobertura de una Isapre.

A pesar de esto, en el comienzo de su embarazo no pudo asistir al sector privado por falta de un recinto de aquellas características en su comuna, por lo cual, los controles y las visitas a urgencia las hizo en el sector público.

Culminaba el año 2013, cuando Katherine asistió al sector de urgencia del Hospital de Lebu. Tenía 4 semanas de embarazo y la matrona que la atendió le diagnosticó síntomas de aborto, realizando solo tacto y un procedimiento que se negó a explicarle a su paciente, finalmente, la medicó.

A pesar de esto, la educadora de párvulos acudió a su ginecólogo, donde comprobó lo erróneo del procedimiento hecho en urgencia del hospital: “Me hicieron un mal procedimiento para el diagnóstico que me habían dado, cosa que corrobore después con mi ginecólogo (…) Me había hecho tacto, cosa que no debería, ya que con síntomas de aborto es peor, porque lo potencia.”

El resto de su embarazo lo vivió Chiguayante y siguió sus controles en la atención privada, donde finalmente, el 19 de junio, nació Lucas Ignacio Saravia Ormeño.


Katherine Ormeño, educadora de párvulos (Foto por: Francisco Saravia)

Desde la otra vereda

La técnico en enfermería, egresada del instituto profesional IPG, Estefany Fuentes, se ha desempeñado en el sector privado y público. Ha experimentado las diferencias entre estos y tanto su 3°- 4° práctica, como su internado, los realizó en el Cesfam de Boca Sur, San Pedro de la Paz. Lugar donde se encontró con lo más criticado en la salud pública desempeñándose en el área de procedimiento del recinto.

“Las personas llegaban como a las 7:15 – 7:30 y hacían fila para hacerse exámenes de sangre y entregar los de orina. De ahí a las 8:30 se arreglaba el box para comenzar. La mayoría llegaba por curaciones, puñaladas, cortes simples, o las mujeres que tuvieron bebes por cesáreas con puntos infectados (…) En general, eran personas de escasos recursos, donde los problemas familiares se ven a diario, riñas callejeras, también corre harto la droga y el alcohol”.

A la hora de consultar sobre las deficiencias en el sector público alude principalmente al financiamiento e infraestructura. Menciona que en el recinto había solo 4 camillas y 1 carro de paro y que casi siempre faltaban gasas esterilizadas y alcohol gel. Además el personal era escaso, contaban con un jefe de sala y 2 o 3 practicantes, ya que el doctor de turno solo asistía en casos extremos.

Incluye además, lo deficiente que es tener un solo recinto de salud para varios sectores y reconoce que las diferencias entre sectores públicos y privados, son muchísimas: “En el público te atienden como a la rápida, por la gran cantidad de personas, y en el privado no,porque se dan su tiempo. Y claro como uno paga es muy diferente el trato, hasta entre el personal de trabajo.”


Estefany Fuentes, técnico en enfermería. (Foto por: Jocelyn Aranda)

Y Las filas no terminan

Finalmente, estos relatos evidencian donde está el real problema de la salud pública. Y si bien, muchas críticas siguen aludiendo en el personal que atiende al público, el problema también consiste en los pocos recursos que existen para dar una salud digna y de la calidad.

El problema de salud es un conflicto de estado, y ya es hora de que alguien se haga cargo de dicha injusticia.

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