Sobre la naturaleza del ser humano se han realizado muchos estudios, los filósofos clásicos colocaban el énfasis en la idea de una criatura racional, caracterizada por su capacidad de actuar y pensar con discernimiento y voluntad. Max Scheler dice que la diferencia del Hombre con los animales no es la “psiquis”, porque ella es común a todos los animales, la diferencia es el espíritu que es un atributo exclusivo del Hombre.           

Otro aspecto interesante relacionado con la concepción integral del Hombre se refiere a su relación con el ámbito cultural de su existencia y desarrollo. Es decir, uno de los factores determinantes de la capacidad del Hombre para vivir en colectividad, radica en su cultura, “el Hombre crea, va creando su entorno cultural y la cultura lo crea a él, lo sostiene y espiritualmente lo alimenta”.           

Nos consideramos como individuos únicos con nuestras propias ideas personales, preferencias hábitos y caprichos, desde luego que cada uno de nosotros es único.         

   Compartimos muchos sentimientos creencias y hábitos con la gente que vive en nuestra sociedad. Pensamos siempre profundamente sobre las ideas y costumbres que compartimos, pero todo esto no es más que la cultura chilena.           

Tendemos a no pensar en nuestra propia cultura, ya que es considerable la parte de nosotros mismos que participa de ella. Pero cuando somos conscientes de que otras gentes tienen sentimientos diferentes de los nuestros, diferentes creencias y diferentes hábitos, empezamos a pensar en la forma en la que compartimos ciertas ideas y costumbres. Jamás pensaríamos en la posibilidad de comer carne de serpientes, si no fuera porque algunas personas de otras sociedades lo hacen normalmente. No nos daríamos cuenta de que nuestras creencias, en origen, son culturales, si no estuviéramos seguros de que las gentes de otras culturas creen que las enfermedades las causan los hechizos o los espíritus malignos. Tampoco repararíamos en nuestra costumbre de dormir en camas si no fuera porque sabemos que gentes de otras culturas duermen sobre el suelo o sobre la tierra. Es sólo entonces cuando nos comparamos con esas personas, y nos damos cuenta de que existen diferencias y similitudes culturales. Así es, de hecho como comienza la Antropología como profesión.