En el aspecto Biológico su preocupación se remontan al estudio del pasado más remoto, del Hombre, desde las primeras evidencias de su existencia, a través los restos óseos, y de su evolución, ya que no siempre existió un sólo tipo de Hombre, y en lo Cultural desde los primeros vestigios que se han encontrado, al confección artefactos, instrumentos o herramientas, lo que nos evidencia un pensamiento más elevado, que le facilitó su permanencia en el tiempo.
La Cuna de la Humanidad está en África, Las evidencias más tempranas de lo Biológico, se remontan a 3,7 millones de años, con el Australopitecus Afarensis, conocido como “Lucy”, sí bien, al día de hoy, han surgido otros hallazgos tempranos del origen del Hombre, y en lo Cultural, está como evidencia, la Industria del Guijarro o “Pebble Culture” fechada hace 1.750.000 años y asociada al “Homo Habilis”, estos han sido descubiertos por otro campo específico de la antropología como es la arqueología.
El rasgo fundamental de las tradiciones culturales es su transmisión mediante el aprendizaje en lugar de la herencia biológica. La cultura si bien no es en sí misma biológica, descansa en la biología homínida. Los homínidos son los miembros de la familia biológica Hominidae, que incluye a los humanos fósiles y a los vivientes. La adaptación humana, el proceso por el que los organismos hacen frente a las tensiones medioambientales, implica una interrelación entre la biología y la cultura: durante más de un millón de años, los Homínidos han poseído al menos algunas de las capacidades biológicas de las que depende la cultura. Estas capacidades son el aprendizaje, el pensamiento simbólico, el uso del lenguaje y el empleo de herramientas y de otros rasgos culturales para organizar sus vidas y adaptarse a sus variados lugares donde vivir.
El estudio de la cultura comenzó a fines del siglo XIX y en realidad no se estaba muy seguro de los fines y métodos, pero poco a poco se han hecho esfuerzos por el desarrollo de esta ciencia, y muchas de las teorías tradicionales ase basan en la suposición que los cambios en la Cultura se producen por la necesidad y el deseo, por parte del Hombre, de extender y explicar los fenómenos del mundo que lo rodea, dicho deseo lo conduce a elaborar explicaciones, y una vez aceptadas éstas, modifican sus acciones y se desarrollan costumbres sociales de diferentes tipos.
Todo estudio antropológico es comparativo, ya que el investigador al interpretar los datos recolectados; los analizará considerando su propia perspectivas o bien los estudios realizados por otros investigadores, así intentará formular leyes generales de la conducta humana que nos permita comprender las similitudes y diferencias.
El concepto “Cultura” nos ofrece toda una serie de posibilidades en su significado de acuerdo a quien la defina, estilos de vida para indicar lo fundamental en el modo de vida, “patrones culturales”, “valores dominantes” son otros términos utilizados.
En cualquier comunidad existirá un patrón social caracterizado por un cuerpo de costumbres e ideas, donde cada elemento tendrá un papel definido con relación a todo su contexto. Este patrón social tendrá respuestas en la serie de instituciones creadas.
El abordar este tipo de estudios es complejo, por lo que es necesario establecer toda una serie de conceptualizaciones y definiciones que nos garanticen una clara delimitación del contexto en que nos movemos, así como se habla de sociedad, estructura, función, organización; pero tales términos sólo manifiestan ciertas características o facetas parciales que implican cualidades que el observador cree reconocer y que identifica con un nombre para poder continuar el análisis.
Por definición, podemos apreciar que una sociedad nos presenta diferentes aspectos que nos están señalando su heterogeneidad sociocultural, es decir, existen toda una serie de elementos e instrucciones que intervienen en el sistema total de la cultura, que ofrece la característica de ser funcional y encontrarse en ajuste y adecuación, recordemos aquí que una de las paradojas de la cultura dice: “la cultura es estable, y no obstante, la cultura es dinámica también, y manifiesta continuo y constante cambio,” y otra que la cultura es universal, sin embargo cada manifestación local o regional es única.
Para los antiguos griegos y la mayoría de los pueblos conocidos, su propia cultura era la norma para juzgar a otros pueblos, según el grado de variación que existía eran calificados de bárbaros. Los primeros trabajos antropológicos se caracterizaron por el aspecto etnocéntrico, y les interesó lo raro y curioso de sus costumbres, catalogándolas de “salvajes” o “primitivas” en relación con la cultura europea.
Una cultura puede ser evaluada en términos de su propio contexto: social, geográfico, histórico, pero se llegó a afirmar que el infanticidio, la esclavitud o el canibalismo entre otros, eran comprensibles para el lugar donde se realizaban, debiendo así aceptarse, pero debe considerarse para este “relativismo cultural” algo fundamental, el “cambio cultural”, que es un fenómeno universal, donde el análisis de cómo ocurre, nos dará los factores que le provocan, aceleran, retardan o canalizan. La teoría que prevalece en el cambio cultural se refiere a que cada cultura consiste en pautas de acción y pensamientos característicos de cada sociedad y que se transmiten de generación a generación.
La cultura de cualquier sociedad comprende variados elementos de su pasado con innovaciones, copias recientes y reajustes integrados; pero no significa que sea lo mejor, sólo representa la mejor elección posible entre variadas alternativas de que se dispone, así la esclavitud, el canibalismo, la magia o los sencillos instrumentos de piedra son logros en sociedades cuya herencia cultural proporciona una serie muy limitada de opciones. Pero no es correcto afirmar que a esas costumbres se le debe dar una validez igual que a las culturas que dan seguridad debida al sujeto, hasta una edad avanzada, el trabajo libre, a la cría de animales como fuente de carnes, o a la medicina científica o a los artefactos de metal, el dinero o el trueque. Todos los pueblos aceptan fácilmente ciertas clases de innovaciones culturales cuando se les da la oportunidad, y la mayoría busca los cambios que le permitan un mejoramiento en sus modos de vidas. lo que se necesita es un mayor conocimiento científico sobre las opciones al cambio que los pueblos toman o no, cuando se les presenta la oportunidad, los criterios según los cuales se tomarán esas decisiones y las formas de ponerlas en practicas.
Donde existen dos culturas o más, es un hecho evidente el contacto, así ase dará la difusión cultural. El autor Murdock, nos ilustra para la cultura norteamericana con el siguiente ejemplo: “nuestro idioma viene de Inglaterra, nuestro alfabeto de los fenicios, el sistema numérico de la India y el papel y la impresión de China. Nuestra organización familiar y el sistema de propiedad real deriva de la Europa medieval. Nuestra religión es una mezcla de elementos procedente en gran parte de los antiguos Hebreos, Egipcios, Babilonios y Persas. La moneda metálica proviene de Lidia, el papel moneda de la China, los cheques de Persia, nuestro sistema bancario de crédito de la antigua Babilonia, con perfeccionamientos modernos de Italia y de Inglaterra. Nuestra arquitectura en gran parte Griega, Góticas, Georgianas, entre otras. Nuestros sabores favoritos en los helados de vainilla y chocolate son heredados de los Aztecas y no se conocían en Europa antes de que Cortés conquistara el Imperio de aquellos. El té de China, el café de Etiopía, el tabaco de los indios norteamericanos. Nuestra cultura no es la única que hace esto, porque es dudoso que haya una sola cultura conocida de la historia o la antropología que no le deba por lo menos el 90% de sus elementos constituyentes a la difusión cultural