Y lo hace en el convencimiento de que las personas son hoy el capital más preciado en cualquier institución, más aún en una Universidad construida sobre la base de una tradición humanista que confía en las capacidades de sus hombres y mujeres y en el aporte que pueden hacer con su trabajo a la construcción de una sociedad mejor. Son ellos los depositarios de su espíritu y sus valores.

Un nuevo aniversario es también un hito que llama a la necesaria reflexión en torno a los logros alcanzados por la Universidad en el último período y las formas en que deberá proyectar su accionar para hacer frente a los desafíos que impone un entorno en permanente cambio.

El camino ha sido señalado por el Rector en su discurso durante la ceremonia central del aniversario al delinear el sello de un proyecto institucional que conjuga modernidad y tradición, que rescata los valores éticos que la humanidad posee y analiza las nuevas formas de vida que la competitividad y la innovación reclama.

Y ese camino demanda del compromiso de todos los universitarios.