Tecnología
de punta a bajo costo
Para la transferencia de embriones
ya no hay “brecha económica”
Las
razas elegidas para ser reproducidas en la zona,
corresponden a aquéllas de gran presencia
en el mercado internacional.
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Hasta
hace un año un ganadero que internaba y luego aplicaba
la tecnología necesaria para la implantación
de un embrión tenía que gastar sobre los
500 dólares. Hoy, gracias a un proyecto Fondef
ejecutado por el laboratorio de Reproducción Animal
de la Facultad de Medicina Veterinaria, el costo no supera
los 80 dólares en el caso de genética de
elite y no más de 35 dólares la genética
comercial para la producción de mellizos de carne.
Tecnología
al alcance de todos y en un momento clave si se consideran
una serie de elementos como la incorporación de
nuestro país al circuito de exportadores de carne,
la necesidad de aumentar rápidamente la población
de ganado nacional y la rentabilidad que puede llegar
a tener el negocio.
Para
el académico y jefe del proyecto, José Cox,
uno de los aspectos claves fue la necesidad que tiene
nuestro país de ser autosuficiente en la producción
de embriones, por los riesgos existentes en otros países
en términos sanitarios.
Esta
es una razón por la cual los embriones utilizados
para formar el núcleo genético fueron traídos
desde Nueva Zelanda y Australia, países considerados
“limpios” y no desde Estados Unidos, Canadá
o la Unión Europea, donde se han descubierto focos
de diversas enfermedades que no existen en Chile.
Fue
un proyecto complejo. Hubo que controlar la estimulación
hormonal para obtener óvulos, también manejar
la punción folicular para capturarlos, madurarlos
in vitro, preparar los espermatozoides para que fecunden
con éxito y luego cultivar los embriones para que
tengan un potencial de desarrollo razonable, explica el
investigador.
Uno
de los elementos positivos del proyecto es que la tecnología
puede beneficiar a todos por igual. No sólo los
grandes empresarios o medianos, serán quienes la
ocuparán sino que también los pequeños,
esto es, aquéllos que pudiendo ser usuarios del
Indap, podrían optar, eventualmente, a créditos
o subsidios para mejorar por esta vía su patrimonio
animal.
La
importancia de integrar a los pequeños productores
a la tecnología, salta a la vista si se considera
que en la Octava Región poseen un millón
145 mil hectáreas, cantidad de terreno disponible
para la producción de ganado casi equivalente a
la de los grandes empresarios.
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