En tierra derecha se encuentra el proceso de reforma de los estatutos de la Corporación. Esta semana se producen tres hechos importantes: el martes los socios no académicos conocieron la última versión del documento de trabajo de los nuevos estatutos la que incorpora los aportes entregados por las facultades y socios.

Esta mañana, el Consejo Académico recibió los antecedentes y debía formar una comisión para la elaboración del documento final que deberá estar terminado en un mes.

Mañana, por su parte, el Directorio de la Corporación recibirá el mismo documento para su conocimiento.

El proceso –tal como ha sido estipulado- deberá tener un documento definitivo para mediados de octubre que será difundido entre la comunidad académica y los socios no académicos, para luego ser sometido a un referéndum. La Junta de Socios, que sancionará el documento definitivo, se realizará en el mes de diciembre.

Cabe recordar que el rector Sergio Lavanchy se comprometió en su segundo mandato a llevar adelante un proceso tendiente a modificar los estatutos para contar un cuerpo normativo moderno, flexible y participativo. A fines de julio de 2002, el Consejo Académico constituyó una comisión ad hoc que consideró las peticiones del claustro general universitario, realizado en 1997, donde entre las conclusiones se propone reformar los estatutos. Este objetivo se pensó en un momento impracticable ya que, en el mismo cuerpo legal se consignaba la necesidad de un quórum de dos tercios de los socios activos de la Junta General de Socios, que votara a favor de la modificación. La Universidad solicitó un informe al ministerio de Justicia; el seremi de la cartera, en enero de 2002, informó que dicha medida se contradice con “la exigencia del inciso 2° del artículo 18 del Decreto Supremo 110, de 1979, que señala que la modificación de los estatutos sólo podrá acordarse con los dos tercios de los socios asistentes”, prevalece por la de los estatutos de la institución, lo que permitió iniciar este trabajo.