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Concepción, 17 de abril 2003año IV nº 38
 




 
 

 

 

 

Tras la huella de Tolkien....

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“Smial Ohtarima”


La Sociedad Tolkien Concepción (STC), denominada “Ohtarima”, que en lenguaje élfico significa “frontera de guerra” (nombre que se basó en la geografía penquista, en la que el río Biobío constituye un límite natural), nació en 1999, cuando un grupo de cinco amigos, amantes de los libros del prestigiado autor británico, decidió crear una instancia que los reuniera.

Para ello, el quinteto se puso en contacto con la Sociedad Tolkien de España, institución que les aconsejó establecer comunicación con la ya existente Sociedad Tolkien de Chile, denominada “Concilio Blanco”, con sede en Santiago, la cual está encabezada por una directiva de nueve personas, igual cantidad que la ya conocida Comunidad del Anillo.
Así, “Ohtarima” nació como filial -o “smial” (que significa “casa”, en lenguaje elfo)- del órgano capitalino, pasando a ser “Smial Ohtarima”, algo así como “casa en la frontera de guerra”.

La STC abrió sus puertas a otros miembros en septiembre del año pasado y hoy cuenta con 42 seguidores en sus filas, siendo liderada justamente por Rodrigo, quien ocupa el cargo de “thain” o presidente, secundado por su senescal Loreto Alevy y su canciller Pablo Cabalin.

El objetivo general de cada una de las sociedades Tolkien en el mundo es promover y difundir la obra del autor. La filial penquista se puso también como meta transformarse en un referente de la literatura fantástica en Concepción y sus alrededores.

Estos amantes de Tolkien, a quien llaman con cariño “El Maestro”, se dan cita todas las semanas para compartir momentos de camaradería en torno a la literatura y todo lo que conlleva el mundo de la fantasía.

Para ello, están organizados en torno a varios gremios, pequeños subgrupos a los que cada miembro se puede integrar según su afinidad. Entre éstos, destacan los gremios literatura, lingüística, teatro, música, bardos, cine, artesanos, juegos y esgrima.

De esta forma, los muchachos dejan de lado lo cotidiano para dar rienda suelta a la fantasía.

Su nivel de organización es tal, que, además de todos los eventos a nivel local, una vez al año se reúnen con todas las filiales del país en lo que llaman la “Fiesta de la comarca”, la misma con la que Bilbo celebró sus 111 años en el libro y en la película.

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