Especial de ABC de España
Colón, el descubridor redescubierto
Madrid. Trinidad de León-Sotelo

 

Historia de un corsario

Cristóbal Colón nació en Génova, pero desde muy niño fue llevado por su familia a Lisboa. Domenico Scotto, un mercader genovés, se asienta en Lisboa allá por 1451 con el fin de dedicarse a la mercadería por cuenta del albergo Colonne, del que tomaría el apellido. Este hombre se llevó consigo a su esposa, María Spinola, y a su hijo, Cristoforo, de apenas cinco años. En 1456 Domenico se había situado bien, y con otros mercaderes genoveses formaron una sociedad para administrar el monopolio del corcho, que les fue concedido por Alfonso V, un dato que explicaría la amistad de sus hijos Cristoforo y Bartolomeo con el infante Joao, que sería rey con el nombre de Joao II. Años más tarde, en 1475, el albergo Colonne se disuelve y Domenico se integra en el albergo Salvago, pasando a llamarse Domenico Salvago, nombre que no debe olvidarse para seguir los pasos de su célebre hijo. Éste, a los catorce años, se enrola en la flota armada del albergo Salvago, bajo pabellón genovés, para socorrer a la colonia genovesa de Famagusta y a la reina de Chipre.

Pasó por la escuela de «naviamento» de Sagres y estudió latín en la pequeña localidad portuguesa de Pavía. Hasta ahora, aunque algunos citaban ese nombre, se referían a la ciudad italiana, lo que llevó a muchos historiadores a desmentirlo porque su nombre no se encontraba entre los alumnos. Tras estos estudios, Colón ingresa en el convento franciscano de Évora, como simple tonsurado o clérigo no ordenado, donde estudió gramática, filosofía y teología. El descubridor perteneció a la Orden Tercera de San Francisco de Asís, hecho que explica que a su llegada a España encontrara cobijo en el monasterio franciscano de La Rábida, que al regresar de su segundo viaje se presentase ante los Reyes Católicos con hábito de franciscano y que sus restos fueran sepultados en la Iglesia del Convento de San Francisco de Valladolid. Son determinantes las palabras de su hijo Hernando: «En los ayunos y en rezar el oficio divino pudiera ser tenido por profeso en religión». Algo llamativo es que durante buena parte de su vida Cristoforo practicara el corsarismo -algo que ya citan Hernando Colón y De las Casas- para apoyar y defender de ataques piratas a convoyes comerciales. Navegó bajo diferentes pabellones. En 1476 tras un naufragio en Portugal se queda en este país, estableciéndose un año después en Madeira, desde donde navega al servicio de la corona portuguesa. En 1481 se casa en Lisboa con Filippa Moniz. En 1482 embarca con su hermano Bartolomé en la primera expedición de Diego Cao a Guinea. Dos años más tarde ha de abandonar Lisboa por la persecución del rey contra los parientes del duque de Braganza, que habían conspirado contra la Corona, entre los que figuraban parientes de su esposa. Se refugia en Castilla. Hasta aquí lo que hasta ahora eran años oscuros en la vida del descubridor de América. Todos los historiadores aseguran que fue mercader, pero, dice Enseñat que su nombre habría figurado en los archivos genoveses o de las colonias de Génova en ultramar.

Con respecto a su fecha de nacimiento, que se ha establecido en 1430, 1435, 1436, 1441 y los que le siguen hasta 1447, amén de 1451, Enseñat elige 1446. Lo explica: el 21 de diciembre de 1492 confiesa el Almirante que cuando llegó a Castilla en 1484, ya había andado veintitrés años en la mar, lo que significa que empezó en 1461. Su hijo Hernando revela que de los papeles heredados de su padre se deduce que empezó a navegar con catorce años y que siempre anduvo en la mar. De esto deduce Enseñat que Cristoforo nació sobre 1446 poco más o menos, fecha que se acerca a las de Bernárdez (1446) y Juan Bautista Muñoz (1445).