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En noviembre, cuando Gustavo Pinto salió electo presidente, la mayoría de los
alumnos preveía un año conflictivo para la FEC, debido a la diferencia de ideas que
existían dentro de la directiva. Este año los conflictos salieron a la luz a causa de
las diversas manifestaciones estudiantiles.
El presidente de la FEC se defiende asegurando que nunca ha querido asumir el
quiebre de la federación, porque considera que hay gente que no piensa igual, pero que
las diversas ideas deben ser respetadas. Esa ha sido la política que Pinto ha querido
seguir. Sin embargo, dice que "existen personas que tuvieron una actitud un poco
majadera". El dirigente afirma que "existe un claro descontento de algunos
sectores que todavía no aceptan el hecho de que un sector de estudiantes comunes y
corrientes, haya ganado la federación. Creo que le hace mucho daño a la organización
estudiantil ver que sus dirigentes están divididos, a pesar de que nosotros hemos tratado
de mantener una posición de no agresión".
Además, él mismo afirma que se han tratado de saldar los problemas, se ha llamado
a reuniones, pero no todos los miembros de la federación asisten y, debido a esto,
"sigue la presión de este quiebre". |