Aire. Es el momento de cuidarlo

Día a día los habitantes de la región respiramos grandes cantidades de sustancias peligrosamente dañinas para la salud. La autoridad ha tomado una serie de delicado y está compuesto por sustancias tales como el nitrógeno, medidas para mejorar la calidad de nuestro aire, sin embargo, es responsabilidad de cada uno contribuir para que éstas produzcan los efectos esperados.
El aire, esa combinación de gases esenciales para la vida del planeta es particularmente oxígeno, vapor de agua, ozono, dióxido de carbono, hidrógeno y algunos gases inertes como el criptón o el argón.
Ahora bien, el aire forma en realidad una masa comúnmente conocida como atmósfera, la que se divide en capas de acuerdo a la altura, temperatura y composición.   Así tenemos, por ejemplo, que toda la actividad humana y animal se desarrolla en la llamada tropósfera.
Luego están, por orden desde la tropósfera hacia el espacio exterior: estratósfera, mesósfera, ionósfera y exósfera. La atmósfera tiene una espesura de unos 1.000 kilómetros aproximadamente y el aire que respiramos forma una capa de unos 500.000 millones de toneladas que rodean a la Tierra.

El aire es particularmente delicado y cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de cuidarlo para permitir la vida en el planeta.

Problemáticas relacionadas

En la Región Metropolitana existen altos niveles de contaminación del aire y sus habitantes respiramos día a día grandes cantidades de sustancias peligrosamente dañinas para la salud. Si bien la autoridad ha tomado una serie de medidas para mejorar la situación, es responsabilidad de cada uno contribuir para que éstas produzcan los efectos esperados.

Es así como actualmente la región se encuentra en calidad de zona saturada por cuatro contaminantes atmosféricos: material particulado respirable (PM10), monóxido de carbono, ozono (O3) y partículas totales en suspensión (PTS). Esto significa que dichas sustancias sobrepasan las normas de concentración permitidas, lo que es sumamente peligroso para la salud de las personas.

Pero eso no es todo, la región también fue declarada zona latente por dióxido de nitrógeno (NO2), lo que implica que este contaminante se encuentra en concentraciones importantes en la atmósfera, pero que aún no sobrepasan la norma.

Luego de la declaración de la región como zona saturada y latente, en 1998 se pudo implementar un plan de descontaminación que incluye 139 medidas para descontaminar la capital en un plazo de 14 años. Dichas iniciativas apuntan tanto a detener los efectos de los contaminantes como a disminuir las concentraciones de aquellas sustancias que son dañinas para la salud o que provocan la aparición de contaminantes del tipo secundario.

Monitoreo de fuentes y contaminantes

Cuando se habla de contaminantes del aire se distingue entre contaminantes primarios y secundarios. Los primeros son aquellos que reaccionan por sí mismos en la atmósfera y son emitidos directamente desde una fuente, por ejemplo, el monóxido de carbono (CO). En tanto, los segundos, son aquellos que se forman en el aire a partir de distintas reacciones químicas o fotoquímicas de los contaminantes primarios, por ejemplo, el ozono (O3), que nace a partir de los óxidos de nitrógeno y los hidrocarburos, cuando éstos están en presencia de radiación solar.

El monitoreo del aire de nuestra región se realiza desde 1988, cuando se oficializó la red de monitoreo de calidad de aire MACAM, que contaba con 5 estaciones y que fue renovada y ampliada a 8 estaciones en 1997 (red MACAM2). Ello ha permitido caracterizar la contaminación en nuevos sectores de la ciudad, demostrando que el monitoreo previo a 1997, concentrado en el centro, no medía la calidad del aire en las zonas donde se registran por ejemplo, las mayores concentraciones de material particulado y monóxido de carbono (sur-poniente) o las mayores concentraciones de ozono (sector oriente).

Asimismo, se ha evaluado la evolución en los últimos años de los contaminantes en las estaciones Parque O'Higgins, La Paz, Providencia y Las Condes, pues cuentan con información previa a 1997. La tablamuestra la situación comparada para CO y ozono durante 1999,1998 y 1995, este último período usado como antecedente para la declaración de zona saturada de la R.M en 1996.

Número de días sobre norma y máxima concentración registrada en 1995, 1998 y 1999 en las estaciones históricas (O3: ug/m3, CO: mg/m3).

A partir de 1996 se observa una tendencia clara a la disminución de las concentraciones de CO. Ello puede ser el resultado de la obligatoriedad de la incorporación de vehículos livianos dotados de convertidor catalítico a partir de septiembre de 1992. También se explica por los desincentivos existentes para el uso de vehículos sin convertidor catalítico, especialmente por la aplicación de medidas de restricción vehicular más estrictas, a partir del invierno de 1997, y por el aumento de días en los cuales se aplican esas restricciones, producto de una gestión más preventiva en el manejo de los episodios críticos.

Ello se ha traducido en una disminución adicional de la actividad de la principal fuente de emisión de CO (vehículos sin convertidor catalítico) durante parte importante de los días del invierno, y en particular en aquellos días de peor dispersión de contaminantes.

En la tabla precedente, se observa un creciente número de días sobre norma de ozono en todas las estaciones, aunque los valores máximos no muestran similar comportamiento en la estación más crítica. A partir de 1995 y hasta 1998, la tendencia promedio de las concentraciones de ozono parece ser al alza, estimándose una pendiente de crecimiento de 5% anual, pero en 1999 se aprecia una disminución del orden del 15% en la estación Las Condes y de a lo menos del 50% en las restantes, con respecto al año anterior.

En tanto, los máximos horarios obtenidos entre 1995 y 1998 muestran en cambio estabilidad en el tiempo, registrándose una leve disminución en las concentraciones. Esto se observa nuevamente para 1999 donde es posible apreciar una reducción de un 14% en el valor máximo en la estación más crítica con respecto al año anterior.

Las razones de esta diferencia de comportamiento entre promedios y máximos no están del todo claras. De hecho, no se puede concluir con la información que se dispone, que las concentraciones de ozono estén aumentando en la ciudad o en la región. Si la tendencia a disminuir las emisiones vehiculares es generalizada, como la observada en el comportamiento de CO, es probable que en lugares más alejados del tráfico vehicular los promedios de ozono puedan inclusive estar disminuyendo, debido a una menor emisión de precursores.

La disminución en las concentraciones puede deberse también a las principales medidas de control de compuestos orgánicos volátiles (precursor de ozono) contempladas en el Plan de Prevención y Descontaminación Atmosférica (PPDA) que durante 1999 entraron en su fase operativa.

Asimismo, uno de los principales logros en la descontaminación de la ciudad de Santiago ha sido la evolución de las concentraciones del material particulado respirable.

Luego, el dióxido de nitrógeno (NO2, promedio anual) se encuentra en 59% de la norma. Como el valor presentado corresponde sólo a un punto de la ciudad (Las Condes), no se puede afirmar que se haya subsanado la condición de latencia declarada para dicho contaminante en 1996, por lo que se requiere esperar los resultados de mediciones en otros puntos, antes de tener una evaluación adecuada.

Actualmente, CONAMA Región Metropolitana se encuentra haciendo la reevaluación del plan de descontaminación, tal como se estableció en el proyecto original. Esto, a fin de readecuar las actuales metas y medidas según los nuevos antecedentes que los expertos han recopilado en relación al comportamiento de la contaminación en estos años. El resultado de esta reevaluación fue sometido a consulta ciudadana, según lo establece la normativa vigente. Ahora es la Corema quien tiene la palabra, ya que la participación de la gente (sus opiniones) las están evaluando.

 

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