La Región Metropolitana, cuya capital es Santiago, se ubica en la zona central de Chile, entre los 32º 55' y los 34º 19' de latitud sur, y entre los 69º 46' y 71º 43' de longitud oeste, aproximadamente. Tiene una superficie de 15.403,2 km.2 y es la única que carece de litoral (costas). También es la más pequeña, aunque la con mayor densidad poblacional. Limita al norte y al oeste con la Quinta Región, de Valparaíso, al este con Argentina y al sur con la Sexta Región, del Libertador General Bernardo O'Higgins.

ANTECEDENTES GENERALES

Santiago ha tenido un crecimiento explosivo de su población y de sus elementos de apoyo, en especial del parque automotor. Esto ha incidido fuertemente en el deterioro ambiental, evidenciado en el fenómeno de la presencia de una densa capa de smog durante gran parte del año, sobre todo en la época invernal.

La gran extensión y el desmesurado crecimiento poblacional de la capital han puesto en evidencia problemas relacionados con la circulación interna y extraurbana. Con el fin de superarlos, se han puesto en marcha nuevas avenidas, amplias diagonales y otros adelantos tecnológicos de tráfico urbano

Geografía política y administrativo

Primera ciudad chilena por antigüedad de fundación (1541), lo ha sido también como tradicional centro administrativo y político, al presidir las distintas etapas históricas del Reino de Chile. Sigue siéndolo hasta hoy, cuando representa el más interesante lugar de confluencia humana del país.

El territorio regional corresponde a un 0,8 por ciento del nacional, se considera el Territorio Chileno Antártico, o un 2,0 por ciento si no se lo considera.

La Región Metropolitana de Santiago está dividida en seis provincias, de las cuales la de mayor tamaño es la de Cordillera, con 5.528,3 km2.

Estas provincias se subdividen, a su vez, en 52 comunas. 

GEOGRAFÍA FÍSICA

Relieve

La topografía de la Región Metropolitana de Santiago se caracteriza por presentar tres rasgos de relieve: la Cordillera de los Andes, la depresión intermedia y la Cordillera de la Costa.

LA CORDILLERA DE LOS ANDES.- Al este de la región, la Cordillera de los Andes se presenta como una geoforma alta y maciza. Este sector del cordón andino presenta grandes alturas, muchas de las cuales sobrepasan los 5.000 msnm, como son el cerro Mipungato (6.570 msnrn), cerro Marmolejo (6.108 msnm), Nevados del Plomo (6.050 msnm), cerro Nevado de Los Piuquenes (6.017 msnm), volcán San José (5.856 msnm), volcán lúpungatito o Bravard (5.682 msnin) y volcán Maipo (5.254 msnm), todos ellos ubicados en el límite con Argentina; y los cerros del Plomo (5.430 msnm) y Altar (5.222 msnm), ubicados en territorio chileno. De esta alta cordillera provienen los materiales que rellenaron los valles andinos y, en gran medida, la depresión intermedia, tanto por las cenizas de los volcanes Maipo, Tupungatito y San José, como por los productos de la erosión glacial, fluvial y aluvial que han sufrido los relieves andinos.

Este cordón montañoso emite algunos contrafuertes que penetran con fuerza en el llano intermedio, como es el caso de las estribaciones del cerro Manquehue, que terminan en el cerro San Cristóbal, casi en el centro de la ciudad de Santiago.

Al sur de la cuenca de la Región Metropolitana de Santiago, el valle central está cerrado en la zona de Angostura de Paine por otra estribación cordillerana, que en la práctica se une con los cerros de Paine, provenientes de la Cordillera de la Costa.

Los valles intermontañas suelen estar rellenos con materiales aportados por la erosión de los cerros circundantes, y en ellos se establecen pastizales que se utilizan como veranadas para el ganado.

En la parte alta de la Cordillera de los Andes existen ventisqueros, como los de Marmolejo, Los Piuquenes y El Plomo, y bajo ellos son frecuentes las formaciones de penitentes.

LA DEPRESIÓN INTERMEDIA.- Al sur del cordón Chacabuco, que corresponde al límite

meridional del último valle transversal (esto es, el del río Aconcagua), comienza la depresión intermedia, que se mantiene hasta Puerto Montt, para hundirse allí y formar los archipiélagos chilotes.

La depresión intermedia presenta rasgos de relieve que determinan una serie de cuencas. La primera de ellas es la del río Maipo, que ha sido modelada por el depósito de sedimentos glaciales, aluviales y fluviales, y por potentes capas de cenizas provenientes sobre todo de las erupciones del volcán Maipo, ubicado en el límite con Argentina. En ciertos sectores, estas alcanzan los 20 metros de espesor.

Como cerros islas emergen las cumbres más prominentes de antiguos cordones montañosos preexistentes, como los cerros Santa Lucía (que es un antiquísimo volcán extinto), Blanco y Renca, hoy insertos en la ciudad de Santiago.

LA CORDILLERA DE LA COSTA.- Este accidente geográfico, que solo presentaba algunas serranías aisladas en la Región de Coquimbo, de nuevo adquiere continuidad y algunas alturas que sobrepasan los 2.000 msnm. Hacia el sur, este cordón montañoso comienza a ser menos importante; va perdiendo altura y sus cumbres nunca más pasarán de los 2.000 metros de altura.

Los puntos más altos de la Cordillera de la Costa son el macizo de Cantillana, donde destaca el cerro Cantillana, con 2.318 msnm, y el cerro El Roble, con 2.222 msnm, ubicado en el límite con la Región de Valparaíso.

Hidrografía

En razón de los acusados relieves cordilleranos, los escurrimientos de agua en la Región Metropolitana de Santiago suelen ser muy tormentosos, en especial durante y después de grandes lluvias, lo que bajo condiciones meteorológicas extremas, puede provocar aluviones de desastrosas consecuencias.

Esta situación es válida sobre todo en la ciudad de Santiago, ubicada en las estribaciones cordilleranas y frente a varias quebradas, por lo general de escaso a nulo escurrimiento, pero que en inviernos lluviosos pueden alcanzar una inusitada actividad.

La única cuenca hidrográfica de importancia en la Región Metropolitana de Santiago es la del Maipo, río que drena una cuenca de 14.911 km2 y tiene un caudal promedio de 92.3 m3 por segundo.

Al igual que los ríos del norte chico, el régimen del Maipo es mixto, ya que sus aguas provienen tanto de las precipitaciones de invierno como del deshielo en verano.

El Maipo se origina en la Cordillera de los Andes, de la confluencia de los ríos Cruz de Piedra, Alvarado y Argüelles. Con posterioridad, hasta la confluencia con su primer tributario de importancia (el río Volcán), el Maipo recibe una serie de afluentes menores, entre los que destacan los ríos Barroso y Negro.

Cerca del pueblo de San Gabriel, en el Cajón del Maipo, aportan sus aguas dos ríos caudalosos de importancia: El Volcán y el Yeso.

El río El Volcán drena las laderas sur del cerro Marmolejo (6.108 msnm) y del volcán San José (5.856 msnm), ambos en el límite con Argentina. Luego recibe diversos aportes, entre los que destaca el estero Morales, en la quebrada del Morado, donde está el Monumento Natural El Morado.

El río Yeso también drena la alta cordillera. Sus dos afluentes nacen, uno de la ladera norte del cerro Marmolejo y el otro de la ladera sur del cerro Nevado de los Pluquenes (6.017 msnm), ambos en el límite con Argentina. A media ladera, el Yeso es embalsado para producir agua potable para Santiago.

A lo largo del Cajón del Maipo, y hasta pasado San José, el río solo recibe afluentes menores, como el estero Coyanco. Unos 6 km. aguas abajo de San José recibe el aporte de otro de los afluentes de importancia, el río Colorado, cuyas nacientes, correspondientes al río Olivares vienen desde unos 65 km. al norte, desde la vertiente sur del cerro Alto Los Leones (5.400 msnm), el mismo del que nace, en su vertiente norte, el río Juncal, afluente del Aconcagua. El río Olivares vierte sus aguas al Colorado, que proviene del cerro Tupungato (6.570 msnm) y del volcán Tupungatito (5.682 msnm), ambos en el límite con Argentina.

Después del Colorado, el río Maipo recibe las aguas de algunas quebradas menores, como la del Manzanito, que se origina en una linda lagunilla. Pasado este punto, y en la salida del Cajón del Maipo, existe una serie de diques y bocatomas destinados a regular sus aguas y verter parte de ellas en el canal San Carlos, que atraviesa Santiago por el oriente y lleva su caudal al río Mapocho. Más allá de Fluente Alto desemboca el río Clarillo, cuya cuenca alta corresponde a la Reserva Nacional del mismo nombre.

Algunos kilómetros al sur de Isla de Maipo, el Maipo recibe los aportes del río Mapocho. Este nace en la cordillera al este de Santiago, de la confluencia de los ríos Molina y San Francisco, a los que se suma el caudal de los esteros Yerba Loca y El Arrayán. Al iniciar su paso por Santiago, el menguado caudal del Mapocho capta las aguas del canal San Carlos, que provienen del Maipo. A su salida de Santiago, el Mapocho recibe los aportes del estero Lampa, y luego de unos 40 km. desemboca en el Maipo.

Tras captar las aguas de los esteros de Codegua, La Leonera y Angostura, el Maipo empieza a atravesar la Cordillera de la Costa y se incremento con el caudal del estero Puangue, que nace cerca de Curacaví en la Cordillera de la Costa. Pasada la desembocadura del Puangue, el Maipo no recibe más afluentes de importancia, y tras cruzar la zona sur de la Quinta Región, desemboca en el Pacífico en la localidad de Llolleo.

En su parte sur, la Región Metropolitana de Santiago aporta a la cuenca del río Rape¡, ubicado en la Región del Libertador General Bernardo O'Higgins, con el estero Alhué.

Como cauces menores se pueden mencionar al estero Yali, que nace en esta región pero que desemboca en el mar en la Quinta Región, en la Reserva Nacional El Yali.

Otra cuenca de interés en la Región Metropolitana de Santiago es la de la Laguna de Aculeo, una cuenca endorreica enclavada junto a los Altos de Cantillana.

 El Clima

El clima de la Región Metropolitana de Santiago es templado cálido, del tipo llamado continental. Las precipitaciones se concentran en los meses de invierno, las que por lo general precipitan como nieve sobre los 1.500 msnm. El invierno tiende a ser frío, y son frecuentes heladas en las que la temperatura baja de los O' C. Los meses de verano suelen ser secos y calurosos.

La Cordillera de la Costa actúa como biombo climático y se opone a la propagación de la influencia marina, lo que exagera el grado de continentalidad del clima. Esta situación queda de manifiesto si comparamos las precipitaciones promedio de una localidad costera, como Valparaíso (460 mm), con la de Santiago (360 mm), más aún si se considera que esta última está unos 40 km. más al sur que aquella.

Las precipitaciones medias anuales alcanzan en promedio a los 367 mm, en tanto que la temperatura media anual llega a los 14,2 ºC con una media máxima de 21ºC y una media mínima de 7 ºC.

En la alta cordillera las condiciones son más extremas, siendo frecuentes las temperaturas bajo los O' C. Estas características, unidas a la abundante precipitación nival, generan condiciones óptimas para el desarrollo de deportes de nieve, existiendo en la región varios centros de esquí.

En el valle longitudinal, la presencia de buenas tierras asociadas a un clima cálido y a buenas disponibilidades de agua de riego, posibilitan el desarrollo de una activa agricultura, orientada a la producción de hortalizas y frutales, y de actividades pecuarias basadas en el ganado bovino.

Riesgos naturales de Santiago

l carácter geológico de los suelos, la topografía abrupta, la condición de escorrentía de los ríos, el clima y la artificialización del medio hacen de la Región Metropolitana y de Santiago en especial un lugar de grandes riesgos naturales.

Al igual que el resto de Chile, Santiago se ubica sobre la unión de la placa de Nazca con la placa americana, situación que los hace particularmente vulnerables a fenómenos sísmicos de gran envergadura.

Por otra parte, la topografía, el tipo de suelos y la impermeabilización de estos por el urbanismo, hacen de Santiago un lugar muy proclive a sufrir inundaciones de magnitudes, en muchos casos muy severas, en especial ante precipitaciones de cierta envergadura. Esta situación, unida a terrenos poco consolidados de las estribaciones andinas, provoca también deslizamientos de tierras que, en ocasiones, han acarreado desastrosas consecuencias.

Por último, cabe señalar que en la Región existen numerosos volcanes, muchos de ellos activos (como el San José, el Maipo y el Tupungatito), que entrañan un cierto riesgos de eventos de vulcanismo difíciles de evaluar.

 

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