Agua Recurso escaso y vital

El agua es un recurso que se vuelve cada vez más escaso, pues las probabilidades de encontrarlo sin contaminar son remotas y su potabilización es un proceso caro y no siempre al alcance de todos, en especial en países del llamado tercer mundo.
Se ha preguntado alguna vez en cuántas actividades humanas está presente el uso del agua. O mejor dicho, ¿se ha preguntado en cuáles no es necesaria? Fabricar papel, yogurt, cerveza, cemento, bolsas plásticas, botellas; fundir metales, producir electricidad, construir casas, regar las plantas, ducharse, o simplemente, saciar nuestra sed dependen de la disponibilidad de agua. Un recurso que se vuelve cada vez más escaso, pues las probabilidades de encontrarlo sin contaminar son remotas y su potabilización es un proceso caro y no siempre al alcance de todos, en especial en países del llamado tercer mundo.

Cielos azules, agua pura, montañas inmaculadas... En la actualidad debemos tratar el vital elemento para poder ingerirlo. Es un recurso escaso y por ello es menester cuidarlo.
Y es que producir agua potable es un proceso largo, costoso y complejo. Fabricar un solo vaso de agua requiere entre dos y cuatro horas de trabajo humano, recursos económicos, materiales y procesos de alta tecnología.
Para producir agua potable, se utiliza el "agua cruda" o agua natural que proviene de fuentes superficiales, como lagunas, ríos, esteros y canales o fuentes subterráneas, como pozos y drenes.
El tratamiento del agua implica una serie de pasos que permiten eliminar la turbiedad y suciedad y dejarla apta para el consumo del hombre. Es necesario extraerle piedras, ramas, trapos y todo tipo de basura que aparezca flotando.
También existen pequeñas partículas de tierra, arcilla u otros que requieren de un tratamiento para su eliminación. Para eso se utilizan ingredientes químicos que permiten aglomerar aquellas partículas más diminutas para lograr sacarlas del agua.
El último proceso de tratamiento es la desinfección, que permite destruir los microorganismos que aún pudiesen encontrarse presentes en el líquido.
Asimismo, según los últimos estudios realizados por la Dirección General de Aguas (DGA) indican que el uso del agua en el país para fines consuntivos alcanza a 650 m3/s de cuadal continuo, de los que un 84,5% (46 m3/s, utilizados en el riego de 2 millones de hectáreas) corresponden a uso agrícola, un 11% a uso minero e industrial y un 4,4% a uso doméstico.

Distribución del agua dulce en la Tierra


(Fuente: EMOS)

Problemáticas relacionadas

Las problemáticas relacionadas con este recurso pueden ser tratadas desde la perspectiva de los residuos líquidos industriales, comúnmente conocidos como RILES, y los residuos líquidos domiciliarios, en especial, las aguas servidas. También están las descargas difusas derivadas de actividades agrícolas o forestales, que llegan de forma indirecta a las masas o corrientes de agua superficiales y/o subterráneas.

Industrias

Se estima que sólo el 36% de las industrias de la Región Metropolitana cuenta con plantas de tratamiento para sus residuos líquidos. El 79% corresponde a tratamientos primarios (sedimentación, fosa séptica) y el porcentaje restante a otros tipos de tratamiento (lagunas de estabilización, lagunas aireadas, filtros biológicos, etc.). En tanto, se calcula que sólo el 77% de las industrias del país cumple con la norma de RILES existente. Si se considera que la mayor concentración de industrias la tiene la RM, es posible asumir que esta tendencia también es válida para la región. Asimismo, hay que acotar que la existencia de plantas de tratamiento no significa necesariamente que éstas cumplan con la normativa vigente.

Fuentes domiciliarias

En la Región Metropolitana los principales cauces receptores de aguas servidas son el Zanjón de la Aguada y el río Mapocho, que reciben en forma directa más de un 60% y 35% respectivamente del total de las aguas servidas.
La región cuenta con 8 sistemas de tratamiento de aguas servidas, lo que significa que un total de 220.755 habitantes tienen un sistema de este tipo para sus aguas. Esto representa un 4% de saneamiento en relación con el total de habitantes de la región que poseen servicio de alcantarillado. Se espera que para el año 2004 cerca del 80% de todas las aguas residuales domésticas de la región se encuentren bajo tratamiento.

El agua es un elemento vital para el ser humano y el resto de los seres vivos, por eso es tan importante que cuidemos este recurso no contaminando las fuentes de agua natural y evitando las fugas de agua potable.
Otro problema que afecta a la región es la evacuación de aguas lluvia. Hasta ahora, la planificación urbana no se ha preocupado de integrar la evacuación de las aguas lluvias con obras de espacios verdes o con un posible aprovechamiento posterior en la agricultura. Salvo el casco antiguo de Santiago, el resto de la ciudad no cuenta con una infraestructura adecuada de evacuación y drenaje de aguas lluvia. De ahí que los nuevos proyectos que ingresen al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental debieran considerar técnicas de infiltración para mitigar la impermeabilización del suelo que se produce con la urbanización.
Las reservas totales de aguas subterráneas de la RM se estiman en cerca de 250 millones de mt3, de los cuales se extrae anualmente para diversos usos, cerca de un 2%. Aunque la extracción puede ser poca respecto del total, en algunos territorios resulta importante ya que ello disminuye significativamente la profundidad de sus pozos. Así, la extracción excesiva de aguas subterráneas ha llevado a niveles críticos la disponibilidad de la misma en gran parte de la provincia de Chacabuco.
A esto se suma el crecimiento no planificado de industrias y de asentamientos humanos que ha empeorado el estado de las aguas subterráneas. Asimismo, la falta de aguas de riego en años secos y la existencia de suelos de buenas características agrícolas pero sin posibilidades de riego, hace que sea de suma importancia que en los proyectos futuros se ponga especial cuidado en la distribución de las aguas.
A pesar de los esfuerzos de la autoridad para controlar los malos usos y la contaminación de las aguas, el problema más importante en la fiscalización se origina por la falta de integración de los diferentes organismos competentes. La desinformación y como consecuencia, la duplicación de los esfuerzos, son el principal escollo para una buena acción fiscalizadora. A lo anterior se suma la falta de un catastro acabado de las emisiones de contaminantes, tanto de fuentes fijas como difusas.
Además, no existe una política de fomento a la innovación tecnológica que sea eficaz para inducir a los industriales a realizar un tratamiento de las aguas, reducir el uso de agroquímicos o reutilizar el recurso. Esta falta de motivación en la comunidad se debe también a la falta de educación y conocimientos sobre el tema, pues tanto el industrial como el ciudadano común deberían tener presente el uso racional y el cuidado de este recurso.

Diagnóstico

El territorio de la Región Metropolitana alberga una parte importante de la cuenca del Río Maipo a la cual aportan sus aguas las subcuencas del Río Mapocho, Río Angostura, Estero Puangue y Estero Popeta. A su vez, el Río Mapocho tiene las subcuencas tributarias del Estero Colina y del Estero Lampa. Existen otras dos cuencas que no tributan al Maipo, que son las del Estero de Alhué y del Estero Yali, pertenecientes a la provincia de Melipilla.
Es necesario consignar la cantidad de agua con que cuenta la RM. La escorrentía superficial se estima en 58 millones de mt3. Un 70% de ella proviene del deshielo de los Andes, que ocurre entre octubre y marzo. El resto del territorio tiene una escorrentía de 6,16 millones de mt3. El 90% de la escorrentía total se genera por la precipitación que cae en el invierno, entre abril y septiembre.

Calidad de los recursos hídricos

Ante la ausencia de una normativa de calidad ambiental de las aguas superficiales (actualmente en estudio), se consideró para este diagnóstico el cumplimiento de la norma chilena para calidad de agua de riego (NCh 1333). Dicha normativa nos indica que la calidad de los recursos hídricos de la región es muy mala o pésima.

Calidad de aguas superficiales de principales ríos de la RM (según norma chilena 1333 sobre calidad de agua para riego).

El programa de saneamiento de las aguas servidas existente para el Gran Santiago (EMOS) se ha puesto en marcha. Aunque sus efectos significativos se observarán en el año 2004. Falta desarrollar programas similares en las ciudades intermedias. (Fuente: Sistema de Información Ambiental Regional (SIAR), 1998, CONAMA Región Metropolitana.)
En la parte superior de los ríos Mapocho y Maipo las aguas tienen contaminación por residuos mineros, por residuos líquidos domésticos y por actividades turísticas. En el valle las aguas superficiales reciben fuerte contaminación por un gran volumen de residuos líquidos domésticos y un menor volumen de residuos líquidos industriales, pero de mayor toxicidad. En tanto, en algunas cuencas menores existe contaminación derivada de relaves mineros.
Los principales contaminantes que superan la norma en todos los tramos de río son los coliformes fecales y sulfatos. Mientras que los contaminantes que superan la norma en algunos tramos son el hierro, boro, mercurio, cobre, molibdeno, selenio, manganeso, aluminio y dioxinas. La contaminación de los cauces implica que en algunos sectores rurales el ganado doméstico debe ser abastecido con agua potable, lo que encarece enormemente su mantención.

Aguas subterráneas

La principal contaminación detectada en este recurso son los nitratos, aunque en general no se supera la norma para agua de bebida. Su concentración excesiva sería una limitante para ese tipo de uso.
Los sectores de mayor vulnerabilidad a la contaminación son Maipú, Peñaflor y Paine, siguiendo con zonas con una vulnerabilidad media alta como Santiago Norte, Cerrillos y Estación Central. Los casos donde se tiene una vulnerabilidad baja, corresponden a las comunas ubicadas al oriente y sur oriente de Santiago, San Bernardo, Quilicura, la confluencia de los esteros Lampa y Colina. Sin embargo, es importante entender que en el largo plazo todos los acuíferos son vulnerables a contaminantes persistentes en el tiempo y no degradables.

Ilustración Calidad de aguas subterráneas. Contaminación por nitratos.

Se puede aseverar que los sectores con mayor afectación por nitratos se localizan en Maipú, Norte de Santiago (Conchalí, Independencia, Recoleta, Renca), y en menor medida en Lampa, Colina, Paine y San Miguel. (Fuente: CONAMA Región Metropolitana.)

Monitoreo de fuentes y contaminantes

La calidad actual de los principales recursos hídricos en la región guarda relación con la calidad basal de estos mismo cuerpos como asimismo por las actividades antrópicas que contribuyen a incorporar elementos adicionales que constituyen una fuente de contaminación.
Las principales fuentes de contaminación son las domiciliarias por las descargas de aguas servidas y las industrias. En menor proporción contribuyen las descargas difusas provenientes de las actividades del sector agrícola. Diferentes organismos del estado, por sus atribuciones en estas materias, realizan monitoreos periódicos en diversos puntos de la región, por estaciones ya establecidas o por programas de vigilancia. Tomando estos antecedentes, la calidad de los principales cursos hídricos en la región considerando como referencia la Norma de Calidad del Agua para Uso de riego (NCh 1333), indica que la calidad de éstos es muy mala o pésima.
En el Proyecto de Norma de Calidad para la Protección de las Aguas Continentales Superficiales, en actual elaboración por CONAMA, se tomó en consideración la norma secundaria de calidad ambiental, la cual establece valores de concentraciones máximas permisibles de diferentes parámetros, cuya presencia o carencia en el ambiente pueda constituir un riesgo para la protección o conservación del medio ambiente, o la preservación de la naturaleza.

Esta norma considera 4 grupos:

Para cada clase se fijan parámetros por grupos de contaminantes:

  1. Indicadores físico químicos: conductividad eléctrica, DBO5, color aparente, oxígeno disuelto, ph, RAS, sólidos disueltos, sólidos suspendidos, temperatura.

  2. Inorgánicos: amonio, cianuro, cloruro, fluoruro, fósforo, nitrito, nitrógeno, sulfato, sulfuro.

  3. Orgánicos y orgánicos plaguicidas: aceites y grasas, bifenilos policlorados (PCBS), detergentes (SAAM), indice de fenol, hidrocarburos aromáticos policíclicos, hidrocarburos, tetracloroeteno, tolueno, aldrin, lindano, paration, entre otros.

  4. Metales esenciales y no esenciales: boro, cobre, cromo total, manganeso, molibdeno, níquel, selenio, zinc, aluminio, arsénico, cadmio, estaño, mercurio y plomo.

  5. Indicadores microbiológicos: coliformes fecales y coliformes totales. Análisis preliminares indican que si se considera solo aquel parámetro catalogado en la peor clase de calidad, entonces, la calidad global de las aguas de los principales cuerpos hídricos indican que claramente que no se cumplen la norma en ninguna de sus clases, a excepción de las partes altas de los ríos y del tramo final del río Maipo (Regular Calidad), lo que resulta lógico por la escasa actividad antropogénica y por efectos de aguas aportantes. Si se compara el análisis realizado con la NCh 1333, vemos que guarda cierta similitud. En cuanto a la fiscalización del estado de los recursos hídricos o de actividades que lesionan su calidad, ésta aparece dispersa en varios organismos competentes. Como se indicó anteriormente, diferentes servicios monitorean las aguas, a veces en lugares muy similares, con parámetros distintos. En la mayoría de los casos, no se integran los resultados de los diferentes servicios para tener una evaluación periódica que aproveche mejor los esfuerzos individuales.

 

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