GEA, un instituto consolidado

Con una exposición sobre los principales logros alcanzados por el Instituto de Geología Económica Aplicada (GEA) bajo su gestión, la académica e investigadora María Eugenia Cisternas dejó, el 12 de agosto, la dirección de la unidad tras 4 períodos al mando.

En su balance, la geóloga señaló que estos años se destacaron por una fructífera labor que se manifiesta en la consolidación del Instituto en las áreas de docencia, investigación aplicada y de perfeccionamiento para profesionales del sector minero.

La académica presentó los resultados en relación a una serie de objetivos que se planteó en su administración en los ámbitos de docencia, investigación, formación postítulo entre otros.

En docencia, se refirió a los aportes de los integrantes GEA a la formación de profesionales, con asignaturas en la carrera de Geología (6, dos compartidas con el departamento de Ciencias de la Tierra), Ingeniería Metalúrgica (2) y Biología Marina (1), y cursos de especialización (8 a nivel de electivos); y a la docencia de posgrado con ramos para programas de Oceanografía, Ingeniería Metalúrgica, Ciencias y Tecnología Analítica y Ciencias de los Materiales.

Destacó, en el ámbito de la investigación, el aumento significativo en el número de proyectos (y sus montos) en las líneas de geometalurgia, química mineral, minería sustentable y geología del carbón. Mencionó de manera especial la iniciativa entregada por Amira al GEA –primer proyecto de ese consorcio que lidera un chileno-, el estudio geometalúrgico del Cerro Colorado (BHP Billiton), así como las patentes en el área de síntesis de zeolitas. Cisternas destacó la realización de importantes cursos internacionales en el Instituto, uno apoyado por Unesco, sobre técnicas instrumentales (2002 a 2004) y sobre herramientas geológicas, a través de la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional (2004-2008).

La actividad formativa orientada al sector productivo se refleja en la participación de más de 400 profesionales a los postítulos impartidos entre 2003 y 2008, siendo un hito importante la puesta en marcha del magíster en Mineralogía Aplicada, en 2007.

Tareas pendientes, según la ex directora, son el fortalecimiento de la vinculación con el sector minero y la revisión del estatuto del GEA, que en su opinión, permitiría definir de mejor forma su función y relación con otras unidades universitarias.

Al recibir el cargo, la nueva directora, la geóloga Úrsula Kelm, agradeció la confianza de las autoridades en su nombramiento y el apoyo de sus colegas por la proposición de sus colegas para liderar el equipo del Instituto y fue enfática en señalar que este cambio no implicaba un giro en metas o líneas generales. “Un cambio de dirección –posiblemente en analogía a lo que suele ocurrir en los gobiernos – a veces se asocia a cambios bruscos de rumbo, o se esperan transformaciones radicales, que crean expectativas desconectadas de la realidad….esto conlleva el peligro de prolongados tiempos de ajuste, con la energía productiva y el tiempo laboral perdidos en duplicar esfuerzos. Se debe construir y mejorar sobre lo hecho, y no perder el tiempo en excavar en los cimientos del pasado”, señaló. Optimista acerca del futuro, afirmó que el Instituto “saldrá fortalecido en las líneas de acción en parte ya emprendidas bajo la dirección de María Eugenia Cisternas, para poder así mirar los próximos años con confianza”.

También se refirió al que seguramente se constituirá en un eje de su gestión: el trabajo en equipo para el logro de la perfección académica, de docencia, extensión e interacción con el medio. “Me parece importante señalar que como académicos – en particular los que llevamos ya varios años en este entorno – a veces nos ha costado aprender que solamente trabajando en equipo en nuestras respectivas disciplinas y abriéndose hacia el exterior, y no sólo dentro de la universidad, es posible avanzar”. Esta apertura -dijo- también implica extender confianza hacia el trabajo de los colegas, principalmente los más jóvenes, así como el reconocimiento de las fortalezas y debilidades de cada uno de los integrantes, “ya que justamente el equilibrio de ellas entre los miembros del equipo hace que un grupo de investigación perdure”.

Tras la ceremonia, las autoridades universitarias conocieron el nuevo equipo adquirido por el Instituto: Qemscan. Se trata de un sistema que se compone de un microscopio electrónico de barrido digital, un detector de electrones retrodispersados, detectores de rayos X, más hardware y software, para la realización de análisis minerales, en forma automática.

El geólogo Mario Maltrain explicó que el equipo puede realizar análisis en resoluciones que van de uno a 300 micrones y señaló que en una semana es posible procesar 20 veces más muestras que las que se hacían con el sistema tradicional (microscopía).

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