Este fin de semana culminó en Montreal, Canadá, el Congreso de LASA, Latin American Studies Association, que periódicamente revisa la situación educacional de esta parte del continente.

En el encuentro, al que concurrieron más de 5 mil cientistas sociales de toda América, los expertos señalaron que desde el retorno de la democracia en Chile, en 1990, la educación ha ocupado un lugar gravitante en el debate político, situándose en el foco de iniciativas relacionadas con el desarrollo nacional. La inversión pública en recursos e infraestructura ha aumentado de manera constante en todos los niveles del sistema educacional.

Todo ello ha tenido como objetivo final mejorar la calidad de la educación como un prerrequisito para el crecimiento económico y la cohesión social.

Un enfoque orientado hacia la equidad requiere que las necesidades y condiciones de grupos socioeconómicos determinados sean tomadas en consideración cuando se planifiquen iniciativas y mecanismos de compensación. Aún más, esta visión requiere que el Estado asuma un papel protagónico que le permita responder adecuadamente a las necesidades de conocimiento de la sociedad, sobre todo con los grupos socialmente más vulnerables. Para lograr este objetivo se deben proveer fondos adicionales, cambiar el destino de algunos de los actuales recursos y generar políticas innovadoras para promover el cambio.

Como se ha constatado en diferentes estudios en nuestro país, los expertos concuerdan en que una educación de calidad es hoy una aspiración generalizada y que a pesar de las políticas adoptadas, la brecha entre los diferentes niveles de ingreso se está profundizando.

Es importante que la Comisión por un Chile más Justo, creada recientemente por la Presidenta de la República, aborde en profundidad los problemas de equidad que afectan la educación chilena, de modo de encontrar mecanismos de solución a este tema que se arrastra por largos años y aqueja a un alto porcentaje de la población.