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Monitoreo
del Bío Bío
10 años de vinculación regional
Tras
diez años de acuciosos estudios, la región
del Bío Bío puede estar cierta que, pese
al incremento de la actividad humana en la cuenca hidrográfica,
la calidad de las aguas de su principal río no
evidencia deterioros comparada con los datos de 1993,
año en que el proyecto Eula dio a conocer el primer
mapa de calidad del agua del Biobío.
Este
decenio caracterizó la
actividad
de la región
por la
construcción
y operación
de grandes
proyectos,
entre ellos
los hidroeléctricos,
industriales,
regadío
y plantas
de tratamientos
de aguas
servidas,
estos últimos
de gran
relevancia
para el
mejoramiento
de la calidad
microbiológica
de la cuenca.
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Entre
1995 y 2000 se muestrearon tres veces por año,
24 sectores del río y sus principales afluentes,
analizando en cada estación 49 parámetros.
Desde 2001, tras los datos recogidos con anterioridad,
se redujo el número de estaciones a doce, y el
estudio de parámetros a 24, aumentando la frecuencia
de muestreo a cuatro veces por año.
Al comienzo del Programa de Monitoreo del Bío
Bío (PMBB) se establecieron los siguientes objetivos:
medir los niveles de sustancias seleccionadas en las
aguas de la cuenca, evaluar los cambios en las concentraciones
de sustancias, aportar con información útil
para caracterizar la calidad del agua de la cuenca en
lugares de uso estratégicos y evaluar los mejoramientos
tecnológicos, además de informar periódicamente
sobre el estado y evolución de la calidad de las
aguas.
Entre los resultados entregados por el director del
Eula, Oscar Parra, en la ceremonia del miércoles de
la semana pasada, se pudo constatar que en el curso principal
del río y en sus afluentes, disminuye la calidad
del agua al avanzar hacia la desembocadura. Sin embargo,
el patrón general de Bío Bío no
se ha modificado en relación a 1993 (año
en que termina el proyecto Eula y da las pautas para
el PMBB). Las zonas altas y medias del río continúan
con excelente calidad, manteniéndose Buena a Regular
y Mala en el tramo entre río Bureo y la Desembocadura,
siendo este último sector el más afectado.
Parra señaló que los requerimientos de
calidad para la protección de la vida acuática,
establecidos por EEUU y la UE, indican que los únicos
parámetros que actualmente se encuentran levemente
sobre los valores definidos son de amoníaco, nitrito
y fenoles totales, en algunas estaciones bajas del río.
Los resultados del monitoreo fueron reunidos
en un documento que será distribuido en la región, el país
y el extranjero. Anexo a esto se elaboraron diez mapas,
que muestran la calidad y condiciones de las aguas y
fichas con la descripción de 10 especies del río.
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