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Evaluación, el camino a la calidad
Con
el nombre Hacia una cultura evaluativa en las instituciones
de educación superior, el jueves y el viernes se llevaron
a cabo las XVI Jornadas Nacionales de Evaluación en Educación
Superior. Cerca de 80 directivos universitarios, especialistas
en el área, directivos universitarios, investigadores
y académicos participaron de este encuentro organizado
por la facultad de Educación y la dirección de Docencia.
Mario
Letelier (Usach), Héctor Mardones (Dem Concepción)
y Jorge Jiménez (facultad de Educación) analizaron
el tema de la acreditación de competencias profesionales
en una mesa redonda, que fue moderada por la vicedecana
de Educación, Gladys Riquelme.
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Primero
fueron los cursos y programas, luego los proyectos institucionales.
La evaluación se ha ido instaurando como un proceso necesario
en la educación superior hasta extenderse a áreas como
la acreditación de habilidades profesionales (ver recuadro),
tema sobre el que ya se esbozan ciertas propuestas. La
idea de base de un proceso evaluativo es el aseguramiento
de la calidad, como un elemento que cruza todas las funciones
universitarias.
En
Chile, el cambio de la institucionalidad de la educación
superior, en 1981, crea un nuevo escenario para este nivel
de enseñanza que –según el decano de Educación, Abelardo
Castro- “quiebra el monopolio de certificación de las
universidades tradicionales”. Inicialmente –dice- el hecho
fue inadvertido, pero es hoy cuando se ven sus efectos.
Los impactos se traducen en una oferta sobredimensionada
de casas de estudio, una realidad que –por diversas razones-
también viven otros países.
En este contexto, surge la necesidad de trabajar por la
excelencia como un elemento diferenciador.
Pero
a juicio de la experta de la Universidad de Granada, Leonor
Buendía, la excelencia hoy debe responder a exigencias
cada vez más fuertes de la sociedad y que tienen que ver
con una mayor demanda por educación superior, variación
de la demanda de cualificaciones profesionales, entre
otras. “La universidad es una institución social y no
puede actuar de espaldas a la sociedad”, afirma Buendía.
Y esa es una de las primeras razones por las que las casas
de estudio están sometiéndose día a día tanto al juicio
interno (la autoevaluación) como al externo (sistemas
de acreditación).
Este
es el contexto en que se produce la reflexión de los más
de 80 asistentes al encuentro, donde representantes de
diversas universidades mostraron sus experiencias e investigaciones,
que apuntan a situar a la educación superior chilena en
un sitial de excelencia.
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