Importantes oportunidades para el desarrollo de la ingeniería y sus
profesionales se vislumbran a partir de la ejecución del Proyecto Tridente, plan con que
la Armada espera renovar parte de su flota de combate. El comandante en jefe de la Segunda
Zona Naval, contralmirante Juan Pattillo, comentó los alcances de la puesta en marcha del
proyecto en su clase magistral dictada en el acto con que la facultad de Ingeniería
inauguró el año académico.
A través del plan cuyo costo es de 800 millones de dólares- se reemplazarán 4
buques por 4 fragatas de ingeniería alemana, modelo Meko 2000, en un plazo de 9 años. En
octubre se firmarían los acuerdos con la empresa que se hará responsable de la
construcción, en Alemania, de la primera fragata.
En esta etapa está considerada la preparación de 50 ingenieros, en ese país, para
liderar el proceso de construcción de las fragatas restantes, que seguirá en Chile a
cargo de Asmar. Pero se estima que se requerirá un número superior a 300 profesionales
para apoyar al personal de Asmar involucrado en el proyecto. Es aquí, donde a juicio de
Pattillo, será fundamental la contribución de las universidades, pues se trata de
producir avances en áreas tan diversas como tecnología de software (en aseguramiento de
calidad y control de configuración), de sensores acústicos y electromagnéticos, de
radares, control automático, telecomunicaciones, inteligencia artificial, y en aspectos
específicos de mecánica y estructura. La formación de profesionales orientados áreas
específicas, el desarrollo de las nuevas tecnologías y la investigación en torno a
ellas representa una oportunidad de desarrollo para estas instituciones en los próximos
10 años, dijo el contralmirante.