Revista Panorama

CONCEPCION CHILE N. 376 

MIÉRCOLES 14 DE JUNIO DE 2000

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Editorial

Planes maestros para aguas lluvias
Temporales: precariedad
que se repite

* El inicio del invierno ha azotado con fuerza a la zona sur del país, incluyendo nuestra región. Panorama obtuvo la opinión de académicos de diferentes facultades que dan a conocer los puntos de vista frente a este fenómeno que sistemáticamente golpea a los más pobres.

   Hasta la década de los 80, los servicios nacionales de obras sanitarias (sendos) eran los organismos responsables de los sistemas de evacuación de aguas lluvia (una función que se sumaba a las de producción de agua potable y manejo de alcantarillado). Los sendos, al ser privatizados se transformaron en empresas de servicios sanitarios, quedando dentro de sus áreas de acción el agua potable y alcantarillado. Así "las aguas lluvias quedaron en terreno de nadie", señala el docente del departamento de Ingeniería Civil, experto en hidráulica, José Vargas.

Desde fines de los 80 hasta la década pasada, gran parte de esta función fue traspasada a las municipalidades y, en menor medida, y al Serviu. "En general las soluciones para las nuevas urbanizaciones consistían en botar el agua al punto más bajo; pero no había preocupación por resolver el problema en su integridad", dice el académico.

Las soluciones a este problema, se encontrarían en la ley 19525, que en 1997 modificó las funciones de la dirección Riego, convirtiéndola en la dirección de Obras Hidráulicas. En ese momento se estableció que el nuevo organismo debería tener definidos, al año 2002, todos los planes maestros de aguas lluvia de todas las ciudades y poblaciones de más de 50 mil habitantes.

Un plan maestro, explica Vargas, "es el gran organizador de las evacuación de aguas lluvia", pues define las obras necesarias de un sistema adecuado de drenaje para las nuevas urbanizaciones. "Con el plan maestro, toda la zona urbana tendrá establecidos los canales primarios que llevarán las aguas a los cursos receptores (ríos, esteros, lagunas)".

En la elaboración de un plan maestro deben incorporarse proyecciones de la expansión urbana, estimaciones de volúmenes de lluvia de la zona, y las correcciones que se deban hacer a los sistemas de evacuación en áreas ya construidas.

(continúa)

Arquitectura

A juicio del director de la carrera de Arquitectura, Ricardo Utz, el tema de las inundaciones pasa por un problema de planificación. Las ciudades, explica, se rigen por los planes reguladores que, por norma, deben fijar las áreas de riesgo ya sea antrópico (riesgo para las personas) o natural.

"La Ordenanza de la Construcción dice con precisión cuáles estudios se deben realizar para evitar las anegaciones, indundaciones, derrumbes y anegamientos. Entonces, el arquitecto debe desarrollar sus loteos en las áreas factibles".

Sin embargo, igual existen riesgos como el caso de la población Juan Pablo Segundo en Concepción, donde pese a que se construyó en un área habilitada, igual se inundó.

"El plan regulador define a nivel macro las áreas de riesgo, pero también debemos enfrentarnos a temas micro de criterio puntual, que son de responsabilidad del arquitecto: en la planificación de las viviendas de lotes, es importante imaginar el escurrimiento de las aguas".

Señala Utz, que es de responsabilidad del arquitecto evacuar el agua de un terreno público específico al área pública: la calle. Una vez ahí ya es de responsabilidad del Estado.

Un terreno, explica, tiene una capacidad de absorción de aguas como una esponja. "Cuando una ciudad está muy pavimentada hay que asustarse porque pierde esa capacidad de absorción".

Existen, agrega, estas "responsabilidades civiles" que no están en la Ordenanza pero se trata de una ética que los arquitectos deben aprender; por ejemplo, procurar soluciones hermosas y el tema de las aguas lluvias. "Una de las características de nuestra escuela es abordar esos aspectos de manera concreta".

Etica profesional

Explica Utz que, a través de una ley especial el Ministerio de Obras Públicas aclaró la distribución de responsabilidades con respecto a las aguas lluvias. Al Mop se debe hacer cargo de la infraestructura primaria, grandes matrices, etc, y el Ministerio de Vivienda del aspecto micro; los colectores que llevan el agua hasta las matrices principales.

"A partir de esta nueva ley se están haciendo en Concepción un levantamiento de las redes de alcantarillado de aguas lluvias, lo que en los próximos años se hará en San Pedro, Chillán y el resto de las comunas".

Concepción tiene dos sistemas de desagües, colectores que llegan al Río Bío Bío y al Río Andalién (a este último llega sólo uno: las Pocitas). Ambos sistemas son del año 30, cuando Concepción era chico, con mucha menor densidad de población, y menor porcentaje de pavimentación.

A esta antigüedad se suman problemas de limpieza y mantención. Según Utz, se va a ampliar el sistema.

"Además, los tubos se diseñan para un cierto nivel de lluvias y las lluvias de la primera semana de junio llegaron al límite antes de lo proyectado".

En estricto rigor, concluye el director de la carrera, el tema de los arquitectos no es el agua lluvia, pero es una responsabilidad que no se debe soslayar. "A los alumnos se les enseña esta norma y a tener el criterio de que en su diseño consideren estos aspectos prácticos para la calidad de vida de las personas".

Otro tema son las goteras. Esto ocurre, dice, porque muchas veces por hacer casas más grandes (sobre todo en el caso de la vivienda social) se sacrifican los materiales. "Debe existir una ética profesional para que eso no sea así. Uno como arquitecto debe decidir la calidad de la vivienda".

Conciencia tardía

Acerca de las visiones que tienen las ciencias sociales de lo que parece ser una imprevisión de una sociedad para enfrentar las catástrofes producidas por inundaciones u otros efectos provocados por cambios climáticos, con una secuela de sufrimiento, dolor y aumento de las carencias, el sociólogo Manuel Antonio Baeza, director del departamento de Sociología, expone sus puntos de vista.

Este tipo de fenómenos, dice Baeza, que se repite en cada oportunidad en que las fuerzas de la naturaleza afligen a las personas, en especial, a las más pobres y con menos recursos, está vinculado a una suerte de conciencia tardía del hombre, una conciencia tardía sobre el daño al medio ambiente, en primer lugar.

"Creo que nosotros habíamos tenido desde las ciencias sociales, y desde la sociología en particular, una reflexión acerca de la distribución inequitable de los recursos; creo que habíamos entendido el fenómeno de la pobreza, que habíamos entendido el problema de los sistemas económicos y sus efectos sobre los grupos humanos, pero no habíamos entendido lo que simultáneamente estabamos produciendo a través de la sociedad industrial: el productivismo conducía a una gran alteración del medio ambiente. Hoy día entendemos también la relación que existe y la entendemos como una conciencia tardía la relación que hay entre la depredación y la modificación de los climas, por ejemplo. Y eso tiene que ver mucho con el desarrollo de la catástrofe y los efectos que tiene, en particular, en los países pobres".

A su juicio, existe una autonomización de la economía, ésta no es pensada a partir de la gran masificación de los bienes de consumo y de los efectos que produce en la naturaleza y en el ser humano como consecuencia. Parece no existir una relación directa entre la economía y el hombre; entre la satisfacción de necesidades y la producción. La economía y el productivismo adquieren una lógica propia, es decir, se pasa de la preocupación de la utilidad social de lo que se produce a la utilidad meramente lucrativa de lo que se produce.

Por su parte, el sociólogo Claudio González, acota sobre el tema. Resulta curioso, por decir lo menos, cómo las alteraciones catastróficas del clima, producen efectos desoladores, particularmente, en los países pobres. Falta una racionalidad desde el Estado para las regulaciones correspondientes que van desde una planificación territorial urbana y rural hasta las demandas sociales de los grupos marginales que, como su nombre lo indica, aparecen marginados por una sociedad que tiene puestos sus ejes de desarrollo en quienes tienen más.