por Gonzalo Espinoza

Lo de Cobreloa esta mitad de año, es sinceramente loable. Se convirtió en el equipo chileno que llegó más alto en Copa Libertadores (cuartos de final, donde cayó ante el campeón Boca Juniors) consolidándose principalmente en sus resultados en calidad de visitante. Es que la escuadra dirigida por Nelson Acosta se planteó objetivos “a lo grande”. A nivel internacional llegar lo más arriba posible en la Copa Libertadores y en el plano local aprovechar el generoso plantel que conformó a principios de temporada.

De esta forma, se transformó en el equipo más regular del Torneo de Apertura y se erigió como el “superlíder” al cabo de la fase regular de quince fechas. Luego en los denominados “play off”, dejando en el camino a la Unión Española, Santiago Wanderers, Huachipato y vapuleando a Colo Colo en la final (empate sin goles en el Monumental y triunfo de los dirigidos de Acosta por 4-0 en Calama)

Los puntales de la campaña

Pero la solidez de los “zorros del desierto” se cimentó en poseer una columna vertebral bien estructurada. Comenzando por el arco, Nelson Tapia encontró su “resurrección” bajo los tres palos loínos, que se ha visto consumada con la vuelta del “Simpson” a la Selección, además de su relevo, Carlo Tejas, que actuó de gran forma cuando fue requerido.
Otra de las zonas afiatadas de Cobreloa fue su línea defensiva, donde Luis Fuentes se convirtió en el patrón de la zaga, acompañado y sincronizado con un verdadero hallazgo: el paraguayo Darío Verón.

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