© Revista de Servicio Social
Vol 1, Nº 2, (Diciembre 1998 - Junio 1999)
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Motivaciones Invisibles de Mujeres Solteras que Adoptan: Una Lectura Intergeneracional

Mario Hernán Quiroz Neira
Asistente Social, Terapeuta Familiar y de Pareja
Psicoterapeuta Gestáltico
Profesor Asistente
Departamento de Servicio Social
Universidad de Concepción, Chile.
 

Resumen

    El presente artículo pretende vincular el acto de la adopción de mujeres solteras a motivaciones invisibles que están conectadas con profundos sentimientos de lealtades con sus respectivas familias de origen. Para realizar esta lectura se utiliza el Modelo Intergeneracional de la Terapia Familiar.
 

INTRODUCCION:

    El enfoque intergeneracional, entre los cuales se encuentra la terapia contextual (Boszormenyi-Nagy, I) (1), destaca la red de lealtades invisibles que influencian el comportamiento de los miembros de la familia. El terapeuta explora legados, lealtades invisibles y balances de justicia, buscando soltar las cadenas de lealtades permitiendo a cada persona abandonar sus conductas sintomáticas y explorar nuevas posibilidades. Boszormenyi-Nagy amplía la noción de contexto no solamente al presente, sino incluyendo el pasado (historia) y el futuro (proyecciones, expectativas), dándole así el contexto un carácter transgeneracional.

    Varios autores de la Terapia Familiar han hecho importantes contribuciones al enfoque intergeneracional, entre ellos: Virginia Satir, James Framo, Murray Bowen, Carl Whitaker, Donald Willimson, Norman Paul y el propio Iván Boszormenyi-Nagy. (3) con diferentes énfasis y modalidades, la mayoría de ellos dá importancia a la historia personal y familiar a través de las generaciones y mantiene el foco en el proceso de cada individuo para mejorar su nivel de diferenciación o resolver sus conflictos de lealtades.(2)
 

OBJETIVOS:

  • Intentar una lectura del acto de adopción a través del enfoque intergeneracional de la Terapia Familiar.
  • Describir las motivaciones de las mujeres solteras que adoptan.
  • Aplicar la hipótesis del enfoque intergeneracional en un caso clínico.

  • MATERIALES Y METODOS:

        Se presentan seis (6) casos de mujeres solteras que realizan una adopción y que fueron tratadas en la Unidad de Intervención Familiar de la Universidad de Concepción, Chile, durante los años 1990 a 1993. Corresponde a una investigación cualitativa, fenomenológica, con énfasis en el estudio de casos clínicos. La muestra fue sometida a entrevistas en profundidad sobre la familia de origen.

        Desde el punto de vista terapéutico la totalidad de la muestra analizada formó parte de un programa de tratamiento a familias Adoptivas que contempla entre otras actividades, sesiones psicoterapeuticas individuales, de pareja y grupales.
     

    DESARROLLO.

    Motivaciones Invisibles.


    "Bendito pecho mío en que mis gentes Hundo y bendigo mi vientre en que mi raza muere"
    "Conmigo entran los míos a la noche que dura"
    "Como el río hacia el mar, van amargas mis venas"
    "Mis pobres muertos miran el sol y los ponientes, con un ansia tremenda, porque ya en mí se
    ciegan"

    Extracto del "Poema del Hijo" de Gabriela Mistral.

        ¿Qué dice desde el inconsciente en estos fragmentos de un poema Gabriela Mistral? ¿Cuál es la metáfora implícita?, ¿Cuál es el miedo?,¿Cuál es la diferencia entre, morir teniendo hijos que sin haberlos tenidos nunca?, ¿qué pasa con el ser después que nos hayamos muerto sin que nuestra herencia carnal e ideológica continúe?. Si nos adentramos muy sutilmente en los pasillo de la vida íntima de Gabriela Mistral, recordaremos que desde su soltería avanzada y, ya vieja, nunca nadie la apartó de las raíces míticas del suicida, quien la habría truncado, y que después ella habría adoptado un niño, "Yin-Yin", paradojalmente también muerto por suicidio. Sin pretender evocar en el lector ningún tipo de inducción al adentrarnos en la temática de las mujeres que adoptan, encuentro en esta historia muchas similitudes en mi escasa muestra de seis madres adoptivas solteras.

        Las mujeres de la muestra son solteras, mayores de cuarenta años, sin descendencia biológica y reconocen relaciones de pareja previas a la relación, con las cuales no llegaron al matrimonio. Aunque viven independientes de sus respectivas familias de origen, evidencian estar muy fusionadas y tener dificultades en su proceso de individualización. Dos de ellas, concretamente, al momento de la observancia viven aún en su familia de origen, a la cual incorporaron el niño adoptado. Las seis mujeres son profesionales, y curiosamente, sus profesiones están relacionadas con el cuidado de infantes.

    Rosario 40 años : "Soy Enfermera Pediátrica". Deseo adoptar un niñita"

    Alejandra 42 años : "Son Parvularia", me gustaría tener mi propia Alejandrita"

    Estela 42 años : "...me llamo Estela y soy Médico Pediatra". "Mi anhelo es adoptar una niña".

    Susana 45 años : "Quiero adoptar una niñita". "Trabajo como Psicóloga Infantil"

    María Inés 41 años : "Deseo adoptar un hombrecito", "Trabajo como fonoaudióloga en un hospital".

    Raquel 43 años : "Mi deseo es adoptar una niñita sana, ojalá recién nacida" "soy Enfermera del Hospital".
     

    INTENTANDO UNA HIPOTESIS.

        Intento formular una tesis según la cual estas mujeres teniendo la capacidad biológica para concebir, optan por adoptar un hijo, por alguna razón no confesada en las entrevistas clínicas, que tal vez, ellas no alcanzan a reconocer en su darse cuenta. Entonces parecería que las mueve una motivación a trascender o a darle un sentido a sus vidas. Por un lado, sería una alternativa ante la imposibilidad de trascender a través de un hijo biológico o una modalidad propia de convertirse en madre sin serlo. Para ellas, el acto de la adopción sería un acto voluntario puro, donde lo puro tampoco es puro, ya que se hacen solteras, pudiendo ser casadas y se hacen madres adoptivas, pudiendo ser madres biológicas. Donde el hombre a veces no es nombrado, a menos que el entrevistador lo invoque. Dicho hombre se convierte en un ente no nombrado, no reconocido, como un culpable de la soltería y de la no maternidad.

        Recordemos que estas mujeres son fértiles, por lo que, si pueden, podrían generar un hijo, donde el "si pueden", se convierte en :Si pueden alcanzar al hombre, éste les haría mi hijo". Es decir, en estos casos, no se trata de una adopción por ser infértil, aquí subyace la voluntad, puesto que hay capacidad biológica. Es muy distinto el caso de la mujer casada que puede tener hijos, y que renuncia a la maternidad biológica, en aras del consorte infértil. Aquí se trata de una castración que ejecutaría un otro fantasmático, que no es nombrado y que podría encontrarse en la nebulosa del inconsciente envuelto en odio y rabia, en definitiva en un duelo no resuelto.

        "...Para el estéril, el niño adoptado es aquel que no puede tener y que ahora obtiene mantenimiento la vigencia del deseo. Sin embargo, para la mujer fértil y soltera, el hijo adoptivo, definidor de la renuncia a la fertilidad, es un mediador y un sustituto de lo posible, es el mensajero entre el súper yo y el sujeto, aliado con ese superyo maldiciente, inexplicable. El hijo adoptivo también es lo inexplicable para el fértil. ¿Qué hace este niño aquí conmigo?, si es otro, mi hijo, el que debería ocupar su lugar. Es que adoptar un niño cuando se es fértil es colocar a un nuevo personaje en la escena fantástica, donde, agrupados en un margen, juegan su alianza el súper yo y el hijo adoptivo. La palabra sutura la herida narcisista y coloca al hijo como sutura, lo que no termina de entender el fértil es el por qué de estos personajes en su interior. Una respuesta posible es la existencia de un súper yo maldiciente que expulsa la fertilidad, en la forma de la prohibición clásica: "está prohibido hacer hijos" (como mamá y papá), el súper yo que entra en contienda con otro aspecto del yo (de identificaciones) que afirma: "soy fértil y podría hacerlo", con un derivado de ese yo que dice: "no obstante ni fertilidad, voy adoptar, con lo cual se opone al súper yo prohibido, transgrede la prohibición".

        Ahora, desde otro lugar del análisis, podemos conjecutar que la mujer soltera que adopta, voluntariamente, renunciando a la maternidad biológica y asumiendo la maternidad adoptiva, tal vez por una cuestión social, en el cual entran en conflicto los modelos de maternidad legítima. Al parecer, la soltera entra a la adopción después de discernir que, dado la sociedad valórica en la cual vive, debe optar por ser una madre adoptiva, en vez de ser una "mujer soltera con un hijo". Es decir, pareciera ser que le es menos amenazante ser "madre adoptiva", que tener el estigma de haber sido una tonta que fue burlada por un hombre, entonces se inserta mejor socialmente desde el acto voluntario, renunciando a los hombres y al matrimonio a través de un hijo adoptivo. Sin embargo, subsiste la pregunta ¿Por qué renuncia al hombre y al matrimonio?
     

    TESTIMONIOS

    "...Deseo adoptar una niñita, creo tener los medios para ello, para darle una buena educación y una linda familia, soy médico, tengo 42 años y no está en mis planes casarme..."
     
    Estela
     
     
    "... Creo que el embarazo y el parto son maravillosos, lamentablemente yo ya no me casé, por lo que me olvidé de tener un hijo propio, o sea biológico. Esta decisión la tomé hace unos tres años pero me faltaba madurar la idea, ahora estoy decidida.
    Rosario
     
    "...He tenido tres parejas importantes en mi vida. En la Universidad me fue difícil pololear en serio, en realidad no encontré a alguien que me tomara en serio, en la Universidad no pasó nada importante al respecto. Cuando estuve haciendo mi doctorado en psicología en Londres tuve mi primera pareja importantes, también era extranjero, mayor que yo, estábamos solos, eso duró algo más de tres años pero al final quedó en nada, él se fue a Marruecos y yo me vine a Chile. Después anduve con un separado, también mayor que yo, pensé que por ser psicóloga podría manejar el asunto, pero él estaba muy involucrado con su anterior familia, por lo que nunca llegamos a nada, me dio miedo ponerme a convivir con él, como quería, fue para mejor porque de todos modos no hubiera resultado. Esa experiencia no se la doy a nadie. Hace como unos cinco años conocí a mi última pareja importante. Yo ya había entrado a trabajar a la Universidad, él estudiaba medicina, lógicamente era menor que yo, pero eso no nos importaba. La relación duró como dos años y fue bien difícil todo por la oposición de su familia, yo ya tenía unos 40 años y al parecer eso les importaba mucho, además yo soy dominante, bueno definitivamente no encajé con esa familia..."
    Susana
    A continuación se analizará desde la perspectiva intergeneracional la motivación invisible de Susana para acceder a la adopción.

    La adopción como Respuesta a un Vínculo de Lealtad.

        Quedémonos con el caso de Susana. Desde un análisis transgeneracional de la historia de Susana, obtuve un importante material para entender cómo esta mujer había llegado a la adopción, y a hacerse soltera. El estudio de su genograma revela que Susana es hija de una madre soltera, llamada Julia. Su madre conoció a Eugenio, su padre, un hombre mayor cuando tenía unos 19 años. Ella trabajaba como enfermera en un hospital y él era agente viajero. Dice Susana que su padre era un hombre mujeriego, fugitivo, que visitaba a su madre de vez en cuando y que se ausentaba de Santiago por largos períodos. Nunca hablaron de matrimonio, aunque la madre esperaba la proposición de Eugenio, ésta no aparecía. La relación se prolongaba intensamente por más de 8 años. Un día cualquiera, Julia quedó embarazada. Cuando le comunicó la noticia a Eugenio ésto le dijo que estaba comprometido para casarse con otra mujer, Virginia, la cual también estaba embarazada. Las dos mujeres tuvieron una niñita: Susana y Alejandra, casi de la misma edad, sólo con una diferencia de algunos meses. Después de un año de separación, sus padres reiniciaron la relación, ambos se hicieron amantes secretos y el padre la reconoció como hija. Durante su infancia Susana creció sabiendo de la doble vida del padre. Cuando tenía siete años de edad, la esposa del padre, Virginia, falleció de cáncer. Casi inmediatamente, Eugenio y Julia comenzaron a convivir. Susana y su madre se trasladaron a la casa del padre, donde se encontraban dos niños huérfanos de madre: Alejandra y Miguel Angel.

        Tiempo después diría Susana, "no se si nosotros adoptamos a esos niños huérfanos, o ellos nos adoptaron a nosotras, ya que siempre sentimos que esa era la casa de ellos". Pero, ¿cuál es la tesis de cómo Susana llegó a la Adopción?. Si me guió por la ruta transgeneracional como señalé al principio, conjeturo que esta mujer es leal con su madre, cuando elige parejas abandónicas, también mayores que ella y comprometidas. En su vida juvenil y adulta querrá actualizar a su madre, prolongará su soltería y buscará parejas que no la puedan desposar. De hecho su madre aún permanece soltera, ya que la promesa de matrimonio nunca ha sido pronunciada por el padre. Se hará errante como el padre, viajará después por el mundo, sin arraigo y a merced de parejas también fugitivas, decide comprometerse casualmente con un separado y elige, finalmente, a un adolescente alocado, pobre y romántico, al cual manipula, tortura y finalmente, abandona.

        En el libro de cuentas mayores de esta familia abundan las mujeres como ellas, emblemáticas, solas y hechas a su medida. El mérito de los hombre es el descrédito, el desprecio y la ausencia. Se contabilizan por lo menos unas cuatro mujeres de su misma fisonomía. Su propia madre pagó la culpa de la inocencia de su progenitora, una mujer que fue abusada por el patrón del fundo donde vivían y del cual nunca obtuvo reconocimiento legítimo de la hija fruto de un acto de violencia y de burla. El costo que han debido pagar estas mujeres ha sido la soledad. Entonces, el mandato de la familia es no ser burlada por los hombres, no depender de ellos y, por sobre todo no dejar embarazarse. Así, Susana busca un tipo de hombre con el cual sea difícil llegar al matrimonio, que estén de paso, que sean viajeros, que estén comprometidos o que sean infantilizados. Susana tiene miedo a la fálico y se hace progresiva, domina la escena diádica y configura un escenario en el cual ella manipula la situación, no permitiendo quedar vulnerable. Teme a la vulnerabilidad, teme al abandono, por eso protege especialmente a los niños, entonces se hace terapeuta para ser su propia terapeuta, de su familia y terapeuta de los niños maltratados y abandonados que decide tratar en su consulta.

        El lector podrá advertir que alimentó la tesis de que Susana se sacrifica de modo voluntario con el fin de honrar las cadenas multigeneracionales de obligación y endeudamiento existencial. En un intento de explicarme cómo opera este mecanismo en Susana, iniciado a partir de algo que se le debe a un progenitor, la madre, o de la imagen interna de representación paterna (superyo). En el análisis trigeneracional, aparece "Como la compensación por la instauración de normas, el cuidado y solicitud" que dispensaron las madres de su familia, se fue transfiriendo a las hijas, y a otras personas. Así, las madres, ansiosas por impartir su propia orientación normativa de valores de hijas, se convierten en acreedoras en un diálogo de compromisos y en el que las hijas, como en el caso de Susana, se transformaron en deudoras. Finalmente, Susana tendría que saldar su deuda en el sistema de realimentación intergeneracional, internalizando los compromisos previstos, satisfaciendo las expectativas iniciales, para luego buscar un sujeto en quien transmitirlas.
     

    Justicia Familiar y Adopción.

        En el nivel de la lealtad, Susana está realizando un valioso sacrificio en bien de toda la familia. Tal parece que su familia hubiera hecho una estructura de expectativas conformando la trama de lealtades en la cual está inmersa y, junto con las cuentas relativas a los actos cometidos, hubiera escrito un libro mayor de la justicia, donde su hoja, la de Susana, al parecer ya estaba escrita desde antes de nacer. Así, Susana nace con la misión de actualizar a la madre y con ella a las demás mujeres de la familia, y junto con actualizarlas, reivindicarlas y colocarlas en el universo social de una manera menos paupérrima. Ya no será burlada, ni abandonada por los hombres, ya no quedará soltera, sino que optará por la soltería, ya no quedará embarazada, sino que optará por la maternidad voluntariamente.

        En este libro mayor invisible estaría la cuenta de las obligaciones pasadas y presentes de los miembros de la familia. Susana habría heredado los compromisos transgeneracionales, adquiriendo una serie de obligaciones. Hacia quienes la criaron y con los cuales convivió. También enfrentará desde ahora obligaciones esencialmente unilaterales hacia su hija adoptiva. Como madre se encontrará comprometida en una obligación asimétrica hacia su hija, quien posee una serie originaria de derechos que aun no se ha ganado.
     

    La Reciprocidad Paterno-Filial.

        En este apartado enfocaré el tema básico de la equidad recíproca de beneficios intercambiado entre Susana y sus Padres. En su historia familiar, Susana da cuenta de la existencia de un padre lejano, sostenedor de una doble vida y que hace discriminaciones entre hijos legítimos e ilegítimos. Un padre que tiene la facultad de decidir unilateralmente cuándo se casa con tal o cual mujer, o cuál de los hijos reconoce como propio y cual no. ¿Qué le debe el padre a Susana?, ¿En qué momento cobrará Susana a su padre esta deuda adquirida desde el momento en que nació?, ¿Desde cuando el padre se convierte en acreedor de su hija?, ¿Todo aquello que ha quedado sin saldar en la vida de Susana, debe ser pagado exclusivamente por el padre?, ¿Cuáles son las deudas de Susana?, ¿Qué recibió y qué debe retribuir?

        A través del estudio de la historia familiar de esta mujer, fue posible la lectura multigeneracional de las fuerzas ocultas de la lealtad familiar y analizar metafóricamente los libros mayores de justicia. En este análisis, si la figura del padre representó la lejanía y la ambivalencia, la de la madre representó el otro polo, la fuerza, la sobreinvolucración y la encarnación de una ideología dominante: no quedar vulnerable y no dejarse manipular. ¿Cuál es el precio que debió pagar Susana por la deuda del padre hacia la madre? ¿Por qué Susana tendría que expiar las culpas de la madre?, ¿Por qué Susana tendrá que reivindicar a la madre?. Es que al parecer, desde una dimensión ética Susana adquirió un compromiso invisible que aun sigue teniendo con su familia de origen y que la estructura básica de su existencia estaría determinada por las cuentas sin saldar de las generaciones pasadas.

    REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS.