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Somos hijos de una generación que ha acallado su voz… que se conforma con mirar pasivamente y esperar que otros hagan cambios de ciertas cosas que a veces nos moleta o nos afecta en algún momento de nuestra vida. Créanme, es inevitable que alguna vez alguna de esas cosas no se les cruce en el camino… temas sociales, de educación, vivienda, calidad de vida… remuneración, isapres (cobertura de salud), medio ambiente (calentamiento global, contaminación, etc)… transporte… Política es una palabra vedada para muchos de los que hemos nacido desde el año 1970 en adelante… la asociamos con corrupción, con vicio, con colores, con filas para ejercer el voto.. y con la tan temida suerte de ser “vocal de mesa”. Muchos no quieren alimentar a alguien que debiera estar legislando y que no va a Valparaíso nunca para ello. Pero ( y aquí es donde viene lo doloroso) aquellos que creen que hay que defender pascualama, o a los cisnes en Valdivia o a los que creen que es necesario una reforma en la educación, en la política, en las empresas, en el salario, en la vida misma…. y que lo pueden lograr recolectando firmas, haciendo marchas y cosas similares… pues la forma de hacerlo es únicamente eligiendo a aquellos que creemos pueden hacer un cambio. Esa es la verdadera forma de presión… si no cumplen, elegimos a otros.. (aunque en realidad tampoco es tan fácil). Ya volveré sobre el tema. Somos hijos del silencio. Alzar la voz es ser casi catalogado de problema, idealista o comunista, o facista… cualquier extremo. Hemos llegado a tanto, que como sociedad preferimos temas de farándula a temas de fondo en el país. Algunos le llaman la generación del “no estoy ni ahí”, es decir, vivamos sin preocuparnos de ello. El real problema es cuando nos afecta a nosotros. Cuando queremos entrar a una universidad, pero es muy caro y no hay crédito para mí. Cuando tenemos una enfermedad y vemos la calidad de salud… y de los costos de ella. Etc. Hay otro problema que viene con querer participar: Informarse. Saber que propone cada parte, cuales son sus agendas, sus programas, sus prioridades… pues no es llegar y desear que no hayan mas industrias para que no haya mas contaminación y no se repita lo de los cisnes de Valdivia o cualquier otra cosa parecida… o desear becas para todos… salud gratis, etc. No es así. Entonces hay que informarse cual es la mejor opción, que vaya en línea a nuestras creencias y nuestras aspiraciones, nuestros anhelos e ideales. Hay revoluciones que son buenas y necesarias, y otras que no. Hay las que se pueden evitar… y las que no. Están los que se conforman, y los que aspiran a más. Están los que no les molesta mientras no les toque a ellos… Aquellos con unos pocos años más que yo a veces me cuentan de su época de adolescencia… de los cafés y las conversaciones… de sus sueños, sus anhelos… el romanticismo de sus ideales, sean extrema derecha, centro o extrema izquierda, da lo mismo pues al menos había un sentimiento... y entendían que la manera de hacer oír la voz era en plebiscito, por elección ciudadana. Hagamos un ejercicio mental. Tal vez pienses en lo difícil que es cambiar las cosas pues “siempre son los mismos de siempre”. Eso es verdad, e incluso nuestro sistema de votaciones elige uno de cada lado y las cosas no parecen cambiar mucho. El sistema esta diseñado de tal manera que evita los cambios bruscos. Entonces me pregunto ¿Qué sucedería si hubiera inscripción automática y voto voluntario?. Pues las encuestas no serían un indicador de nada, pues si yo apoyo a “x” y ese día no me da la real gana de ir a votar… y si con muchos otros pasa lo mismo… y aún más, aquellos que nunca han votado ese día se levantan con ganas de votar.. y van y ejercen su derecho de votar por primera vez en su vida… sería un destino incierto para muchos políticos. Y ahora me pregunto ¿ Y si eligieran al que saca mas votos y no a los que suman en la lista y esas cosas tradicionales?. Habría dolores de cabeza. Tendrían que trabajar de verdad, pues ahora nada les aseguraría el puesto, excepto el voto de aquellos a los que representan. Tal vez no ganarían aquellos de siempre, los rostros emblemáticos, sino es posible que salgan electos aquellos que prometan ciertos cambios.. y que se la jueguen por que se vayan cumpliendo. Están aquellos que se interesan por la ecología y el medio ambiente (No creo que haya mucha gente indiferente a desastres causados por ciertas industrias mas de una vez, y posibles desastres futuros por “cosas que se hacen a escondida”). Aquellos que ven la sociedad y que participan por hacer algo (léase un techo para Chile, hogar de Cristo, etc). Así se pueden enumerar otros tantos más. Y díganme: ¿Creen que la solución esta en esas “esos parches que tapan la realidad”?, independiente de que si ayudan, pero ¿es la ayuda necesaria y correcta?. Las cosas no son tan sencillas ni tan bonitas, pero sin duda hay cosas que mejorar y cambiar… necesitamos progreso y no solo crecimiento. Necesitamos generaciones con voz. Con liderazgo. Con participación. Informada. Necesitamos soñadores y hacedores. Creadores, innovadores, “empujadores”, entusiastas. No mas ladrillos en un muro. Finalmente te agrada ser un Hijo del silencio, al menos hagamos algo para que no encontremos en el futuro “nietos del silencio”. ¿Qué estás haciendo tú o que harás al respecto? anterior | siguiente -Directorio-
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