La
respuesta en este caso puede variar de una persona a otra de acuerdo a
su personalidad.
El criterio para aceptar como correcta una respuesta es que el
lector proponga una manera de encarar la situación que sea consistente
con el tipo de trabajo y las características de la persona idónea
para desempeñarlo.
Por ejemplo, una persona podría prepararse pensando anticipadamente en el tipo de preguntas que se le van a hacer y en las respuestas posibles
que podría dar.
Otra persona podría pensar en la presentación personal
más adecuada (ropa que va a usar, adornos, corbata, etc.); en
el lenguaje (hablar en forma cuidada, evitar muletillas, expresiones
coloquiales, etc.); en aspectos de personalidad que va a destacar (capacidad
de gestión, sociabilidad); en la experiencia que tiene para el
trabajo (contactos, etc.)