EL PAIS DIGITAL - OPINIÓN
Miércoles 12 mayo 1999

¿Quién es Milosevic?

 

STANKO CEROVIC

Desde hace unos años, todas las interrogantes sobre la tragedia de los Balcanes tropiezan con un enigma: ¿quién es Slobodan Milosevic? El drama yugoslavo ha visto su epicentro desplazarse, de local ha pasado a mundial, algunos de sus actores han desaparecido, otros han aparecido sobre el escenario yugoslavo e internacional, pero sólo uno ha seguido estando presente. Slobodan Milosevic: verdadero motor de la catástrofe desde su toma del poder en Serbia en 1987. En el último acto de este siglo, cuando el telón se cierra, sigue ocupando el escenario, rodeado de la élite política occidental al completo, como si una mano misteriosa dispusiese la puesta en escena desde los bastidores de la historia, planteando una última vez al público estupefacto el enigma de la estupidez y del mal.

¿Quién es este hombre?

Actúa como un espejo mágico que sólo refleja las debilidades y los defectos, haciendo que todo lo demás parezca falaz y superfluo; transforma en burla la idea de víctima y de inocencia; le gusta colocar en puestos importantes a los peores canallas, no tanto para recompensarlos como para ridiculizar los valores de la sociedad.

En 1987, Milosevic fue proclamado por la prensa hombre del año por haber "transformado la apatía del pueblo serbio en victoria serbia". Luego vinieron las purgas, los mítines nacionalistas, la histeria de la prensa; en nombre de la homogeneización de los serbios se perdona todo. Se despertaron los miedos ancestrales, los odios y los conflictos; la policía y los medios de comunicación actúan al unísono, con una perfección sorprendente. Se esbozan unos planes para un nuevo reparto de Yugoslavia y se suprime la autonomía de Kosovo y de la Voivodina. Pero la euforia persiste, se traslada la batalla hacia Eslovenia y Croacia, la tragedia bosnia se va dibujando.

La oposición democrática explica con desesperación a los diplomáticos occidentales el drama que se está preparando, pero se da de bruces con sonrisas irónicas. El 13 de febrero de 1990, durante una reunión informal con sus cuatro colaboradores principales, Milosevic suelta: "Habrá guerra, ¡naturalmente!".

Reina entonces un ambiente de desintegración desenfrenado del que nunca podrán dar idea los archivos de ese periodo; la personalidad de Milosevic transforma definitivamente en pesadilla la conciencia de todos, adeptos o adversarios. Más tarde, un habitante de Belgrado afirmaría: "Quien no se haya vuelto loco durante estos diez años, no es normal".

¿Quién es este hombre?

Si queremos evitar el misticismo, hay que hablar de la patología de Slobodan Milosevic y del matrimonio Milosevic. Los dos padres de Milosevic se suicidaron y la madre de su mujer fue fusilada por traición por los comunistas. Se sabe con certeza que la señora de Milosevic creció a la sombra de esta tragedia, corroída por la ambición y el deseo de venganza. Como escribe su biógrafo Slavoljub Djukic, ambos eran considerados en su ciudad natal de Pozarevac como niños "sin amigos", sin nadie de confianza a su lado.

continúa

 

 

volver a la portada volver a Temas de Periodismo