Encuentra acá el programa, afiche, inscripción y envío de trabajos del Encuentro de Educación para la Responsabilidad Social año 2011

Introducción

Tanto para que un país se incorpore al grupo de los países más desarrollados, como para que avance en su desarrollo sustentable, se requiere de la enérgica y oportuna acción concertada y socialmente responsable de quienes lo forman.

En las universidades formamos las elites intelectuales y de ellas deberían surgir los profesionales y académicos que se espera tengan liderazgo en la sociedad; hombres y mujeres encargados de crear las condiciones humanas para que la responsabilidad y talentos de todos se desarrollen y expresen al máximo. Como lo ha planteado Unesco, 1997, en ellas se tiene que “formar a personas para ser profesionales altamente cualificados para su desempeño laboral y el ejercicio de su ciudadanía de forma responsable, brindando a los estudiantes la posibilidad de desarrollar plenamente sus propias capacidades con sentido de la responsabilidad social”. En definitiva, personas con capacidad para visualizar cambios y llevarlos a cabo, capaces de plantearse objetivos que movilizan, con un desarrollado autoconocimiento y control interno, capaces de observar la realidad y de ponerla en un contexto mayor; personas eficaces y eficientes, que hagan uso de su capacidad de razonar y de emocionar para sacar adelante sus causas, pero, por sobre todo, con integridad moral y capaces de comprometerse con el desarrollo de los demás y de su país y de aportar al desarrollo global.

De las universidades debieran surgir los profesionales socialmente responsables; es decir, aquellos hombres y mujeres que, en su ejercicio profesional orienten las actividades profesionales, individuales y colectivas, en un sentido que ellas contribuyan a generar equidad para el desarrollo. Quienes, además, antes de tomar una decisión profesional, consideren los impactos que esta decisión generará en la calidad de vida y en las oportunidades para el desarrollo de quienes viven actualmente y de los que aún no han nacido. De las universidades debieran surgir personas que conciban su profesión, como lo sostuvo en Chile Sn Alberto Hurtado, en los años 40, “no solo como un medio para ganarse la vida, sino también como una misión social y una colaboración al bien común de la sociedad”.

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