Los Crampones
Los crampones son necesarios en ascensiones por donde, además de nieve, podemos encontrar hielo y son indispensables para la escalada de cascadas de hielo.
La mayoría de los crampones están construídos en aleaciones de acero de poco espesor y mínimo peso, pero de una gran resistencia. Los modelos de aluminio son aún mucho más ligeros aunque un poco más débiles que los de acero. Su ligereza los hace ideales para esquí de montaña o trekking.
TIPOS DE CONSTRUCCIÓN
Básicamente existen dos tipos de crampones, determinados por su modo de construcción:
El clásico. Las puntas son la prolongación de la pieza, dobladas a 90º con respecto a la suela y adaptadas a ésta.
El de tipo caja. Todo el perfil de la estructura y sus puntas son perpendiculares a la suela. En este sistema existe mayor tendencia a la formación de zuecos de nieve, así que se puede hacer uso de un anti-zueco (anti-boot). También existen crampones que combinan los dos tipos de construcción.
OTRAS OPCIONES A TENER EN CUENTA
Regulables. Existen modelos que se regulan sin la ayuda de herramientas. Ideales para escuelas y agrupaciones.
Articulados, semi-rígidos o rígidos. Los articulados son mejores para andar con calzado blando, siendo más cómodos al permitir cierta flexión del pie. Los semi-rígidos sirven para media y alta montaña y son adaptables a todo tipo de botas. Para escalada de dificultad son mejores los rígidos. Para botas de plástico o de esquí de montaña son recomendables los rígidos ya que son más precisos al vibrar menos. Existe algún modelo polivalente que puede ser articulado o rígido.
PUNTAS
Puntas laterales. El crampón no debe tener un número de puntas verticales inferior a ocho, ya que son éstas las que nos darán la estabilidad en la pisada.
Puntas traseras. Las dos puntas traseras se hallan perpendiculares a las puntas laterales para conseguir un apoyo firme en descenso.
Rectas hacia abajo (fig.2). Indicadas para terrenos mixtos donde dejan trabajar a las puntas frontales con facilidad.
Proyectadas diagonalmente hacia adelante (fig.1). Para escalada en hielo y nieve. Al ayudar a las puntas frontales, se consigue un buen apoyo .
Longitud. Sobre hielos duros una punta corta penetrará en su totalidad sin dejarnos separados del hielo e inestables, debiendo vencer un gran brazo palanca con nuestros gemelos. Sobre hielos con la capa exterior blanda o podrida, unas puntas más largas nos facilitarán llegar a la superfície sólida sin necesidad de patear insistentemente.
Inclinación. En ascensiones sencillas por nieve es preferible que estén muy inclinadas hacia abajo para ofrecer mayor estabilidad. Para uso técnico bastará una ligera curvatura, ya que si ésta es exagerada, no sólo no penetrarán bien sino que, además, las constantes patadas tenderán a doblarlas hacia abajo. Las puntas con perfil vertical (en forma de pico de piolet) tienden a una mayor inclinación y no se doblan hacia abajo. Existen sistemas de puntas modulares que permiten intercambiarlas y sustituirlas cuando estén gastadas o deterioradas. Básicamente encontramos tres tipos de puntas frontales en el mercado:
Verticales. Las mejores en cascadas. Ofrecen menor apoyo en nieve o hielo blando. Algún m odelo incorpora puntas con perfil mixto (vertical y horizontal), quedando un perfil en "T" que penetra bien en hielo duro, ofreciendo a la vez apoyo sobre nieve o hielo blando.
Monopunta. Ideal para escalada extrema en cascada. No es polivalente y suele ser algo más larga que las puntas por parejas, ya que penetra mejor y puede encajarse en agujeros o fisuras.
SISTEMAS DE FIJACIÓN
Fijación rápida o automática (fig.1). Sujeta la bota mediante una brida metálica en la puntera y una talonera de presión, que se asegura con una correa para evitar un descalce inesperado. Sólo puede calzarse con botas de suela rígida con bordes o rebajes en talón y en puntera para que las piezas del crampón encajen con seguridad.
Atadura mixta o semi-automática (fig.2). Combina talonera de fijación rápida tipo esquí y una pequeña correa con anilla en la parte delantera para sujetar la puntera de la bota. Este sistema es polivalente al poder adaptarlo a varios tipos de botas.
Correas (fig.3). Se trata del sistema más extendido. Para reducir la posibilidad de que se aflojen, pasar las correas por las anillas de afuera hacia adentro y dar a continuación una vuelta más como se ve en el dibujo.
QUE CRAMPÓN ELEGIR
El uso que le vamos a dar será determinante en la pieza a elegir.
Crampones de marcha o randonée. Ideales en pendientes suaves. Son ligeros, articulados y suelen tener 10 puntas. Existen modelos hiper-ligeros en aluminio que, dada su fragilidad, suelen usarse en la mayoría de ocasiones para esquí de montaña. El sistema de fijación recomendado es el de correas independientes para talón y empeine para conseguir adaptarlo a todo tipo de calzado, incluso en botas de trekking.
Crampones clásicos. Son los más polivalentes para todos los terrenos. Estructura clásica con 12 puntas, articulados o semi-rígidos y con fijación por lo general de correas o mixta, aunque también los hay con fijación rápida.
Crampones técnicos. Los mejor adaptados a la escalada extrema de paredes verticales y casc adas heladas. Son rígidos o semi-rígidos. El sistema de fijación es por lo general automático y las puntas frontales son específicas, con perfil vertical para cascada e incluso con una sola punta. Estas puntas dan un rendimiento excelente en hielos de fusión, pudiendo ser intercambiadas en algunos modelos. Las puntas delanteras están proyectadas en diagonal hacia adelante.
ANTIZUECO O "ANTIBOOT"
Se trata de una lámina de caucho que, colocada en la suela del crampón, evita que se apelmace y acumule nieve entre las puntas formando un zueco, que impediría que éstas se clavasen en la superfície. Siendo ésta una de las causas de más de un accidente, el antizueco es un complemento muy recomendable, sobre todo en crampones rígidos y de tipo caja. En nieve primavera o "pasta" es más propensa la formación de zuecos.
CONSERVACIÓN
Revisar periódicamente las partes articuladas, tornillos y la estructura en gener al para observar posibles deterioros y holguras.
Al sistema de fijación hay que prestarle especial atención, pues no podemos permitir que el crampón se nos suelte en mitad de una escalada.
Hay que afilar las puntas desde los cantos respetando el corte original y sin utilizar sistemas mecánicos que puedan cambiar el temple del material al sobrecalentar la pieza.
Debemos saber que los afilados exagerados reducen la vida útil del crampón y debilitan las puntas.
Para evitar su oxidación procurar guardarlos secos, aconsejando hacerlo envueltos en un paño engrasado después de haberlos limpiado con algún producto aceitoso.
CONSEJOS
El crampón debe estar bien sujeto pero sin llegar a oprimir el pie.
Es importante ser cuidadoso en el uso y transporte, ya que sus puntas pueden rasgar prendas, tanto en la mochila como en pantalones, polainas y pantorrillas.
No hay que colocarlos en el exterior de la mochila sin protectores, podríamos lesionar a un compañero.
Al salir de las reuniones hay que evitar hacerlo en la vertical del compañero.
Llevar siempre una cinta de nylon de longitud suficiente para reemplazar o reparar la de nuestro crampón en una posible emergencia.
Ajustar el crampón antes de salir de casa (en la imagen podemos ver como se ajustan diferentes tipos de correas).
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