Los Calcetines
Cuando somos niños poseemos unas protuberantes almohadillas en la base del pie, que amortiguan y mitigan las cargas que se acumulan sobre el pie al caminar. Con el paso de los años y debido al apoyo de nuestro peso de manera incisiva en varios puntos de nuestra planta del pie, vamos perdiendo esta protección natural. Esto produce molestias y dolor de pies. Estas molestias, además, pueden verse incrementadas si nuestros pies son excesivamente planos o cavos, ya que, el arco plantar, que actúa como amortiguador, pierde toda su función.
ALMOHADILLADOS Y COMBINACIÓN DE MATERIALES
Pocas son las marcas que utilizan en un solo calcetín ambas propiedades, así que vale la pena comprobar que no nos den gato por liebre detrás de bonitos blisters publicitarios.
Los calcetines confeccionados con rellenos de distintos espesores son más voluminosos en zonas donde el pie necesita una almohadilla extra y tienen menores dimensiones donde, por su anatomía, se requiere un mínimo tacto para poder reflejar la información que nos transmitirá el calzado.
Los calcetines que combinan distintos materiales nos darán las mejores prestaciones para poder realizar con la mayor fiabilidad el deporte que practiquemos.
Este tipo de calcetines, gracias a la composición de sus fibras, suelen tener una gran resistencia, aportando una larga duración.
¿CÓMO SE FORMAN LAS AMPOLLAS?
Un calzado poco adecuado ejerce presiones y produce rozaduras o el deslizamiento del pie, causando rozaduras y ardor en la piel. El movimiento natural al andar también produce un sobredimensionamiento del pie en cada apoyo. La excesiva presión causa una ruptura de las capas internas de la piel, apareciendo la ampolla.
En unos buenos calcetines técnicos la fricción del movimiento que causa las ampollas ocurre dentro de las fibras del calcetín y no en las capas internas de la piel.
UNO O DOS CALCETINES
Como ocurre con la piel, los calcetines técnicos preparados para ello son recomendables de utilizar en 2 capas (2 calcetines). Para ello deben estar compuestos de diversos materiales y volúmenes para no inmobilizar completamente el pie. Recordemos que si los dedos entran en contacto continuo con el material de la bota, el frío traspasará por contacto directamente del material de la bota al dedo. Así pués debe cuidarse de conservar una pequeña cámara de aire entre dedos y punta de bota.
1ª capa. En verano se utilizará un calcetín que absorba el sudor y mantega la piel seca; en invierno el calcetín deberá conservar la temperatura del pie a la vez que evacúa la transpiración. Un calcetín de lana 100% será demasiado voluminoso.
2ª capa. Será de un calcetín exterior que ofrece mayor confort, amortiguación y nos protege de las fricciones.
TRANSPIRACIÓN DEL PIE
Es importante resaltar que el pie en actividad y en el interior de una bota de trekking transpira con una intensidad de 200 ml por cada 8 h (un vaso de agua).
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