SUELO
Los suelos de la primera región son en general
áridos y salobres por lo que no basta por encontrar para aumentar la superficie
agrícola, sino hay que regenerar o construir suelos artificiales con mezclas
orgánicas que hagan posible la vida arficial.
La Primera Región cuenta con 13.425 hectáreas de suelos de cultivos; de estos,
5.213,3 ha. son destinadas a cultivos anuales y permanentes. Este 38% de suelo
cultivable esta siendo destinado a frutales y hortalizas, mientras el 21,6%
está destinado a praderas sembradas, permanentes y de rotación para la ganadería.
El resto de los suelos cultivables se destinan a barbecho y descanso, lo cual
es normal bajo un sistema de manejo agrícola tradicional, lo que implica que
existe un porcentaje no despreciable de suelo desocupado. Sin embargo, con la
actual modernización del manejo de cultivos, y la tecnología de punta utilizada
para riego y fertilización, estos suelos, que comprenden el 40,4% de los suelos
de cultivo, tienen la potencialidad de ser progresivamente absorbidos dentro
de un período aproximado de 5 años.
Los valles de Lluta, Azapa y Camarones ubicados en las provincias de Arica y
Parinacota, representan el 82% del área cultivada de la Región de Tarapacá.
Las condiciones agroclimáticas y fitosanitarias de estos valles brindan un atractivo
económico para inversionistas en la producción hortofrutícola tanto por la cantidad
de cultivos potenciales (tomates, porotos verdes, cebollas, orégano, maíz, aceitunas,
plátanos, mangos, pomelos y otros frutos tropicales), como por las cosechas
contra-estacionales con respecto a la producción nacional.