TIGO realiza la primera medición de primeros
dos satélites Galileo
Los equipos fueron captados a través de la técnica SLR (Satellite Laser Ranking) que permite establecer la posición de un satélite en el espacio, a través de pulsos láser.
Un nuevo hito en su trabajo sumó el Observatorio Geodésico Integrado Transportable, TIGO, al lograr la primera medición por SLR de los dos primeros satélites de Galileo, el sistema de control de navegación de la Unión Europea.
“Es un logro hecho desde Chile y por chilenos”, recalca el director de TIGO, Hayo Hase.
Luego del lanzamiento –el día 21 de octubre- de los dos primeros satélites Galileo, la Agencia Espacial Europea entregó una ubicación probable de los equipos en el espacio, en una extensión de un kilómetro cúbico. Todas las estaciones SLR (técnica que permite monitorear satélites por láser) del mundo estaban llamadas a establecer la ubicación precisa de los satélites. Y TIGO fue el primero en hacerlo, con su equipo conformado por los chilenos Marcos Avendaño, Víctor Mora, César Guaitiao y Alejandro Fernández; y el alemán Michael Häfner.
El 27 de noviembre, a las 02.45 GMT (23.45 del 26 de noviembre, hora local), la estación SLR de TIGO alcanzó al primer satélite; mientras que el segundo fue encontrado a las 10.05 GMT (07.05 local) el 29 de noviembre.
El contacto con los satélites se produjo a los 23.000 kilómetros de altura. El ingeniero Michael Häfner señala que ubicar los satélites dentro de los parámetros entregados por la ESA era como “buscar una aguja en un pajar”.
Pero luego de la intervención de TIGO, señala, la precisión de las coordenadas de los satélites se redujo de una escala de kilómetros a centímetros, lo que permitió corregir las predicciones de la ESA, facilitado, a su vez, el camino para que otras estaciones pudieran, más tarde, alcanzar los satélites.
Con las mediciones posteriores, de nuevas estaciones en distintas partes del mundo, agrega el ingeniero, se ha ido ajustando la precisión hasta llegar al nivel de milímetros.
A TIGO le tomó 4 horas lograr el contacto, período en el que se emitieron casi un millón y medio de pulsos láser para apuntar al primer satélite.
Haciendo una analogía, Hayo Hase dice que esto es como la primera vez que se llegó a la cumbre del Everest. “El primero en hacerlo tuvo que buscar el camino para llegar, que es lo más difícil. Lo que hemos hecho ahora es como lograr la cumbre del Everest por primera vez, por eso estamos tan orgullosos, porque desde Chile se ha dado un apoyo fundamental en el inicio del sistema europeo de navegación…nosotros ayudamos a que ellos pudieran saber de forma precisa dónde están sus satélites, de modo que a futuro sus aplicaciones funcionen bien”.
Y aunque en esta tarea hubo algo de azar –jugó a favor que en ese momento los satélites estuvieran sobre el hemisferio sur- Hase señala que esto ha sido posible porque, además de las infraestructura adecuada, existen las capacidades humanas para hacerlo, aludiendo a los profesionales que se han formado a través de la operación conjunta de de TIGO entre la Universidad de Concepción y la Oficina Federal de Cartografía y Geodesia Alemana (BKG).