Co-combustión, mejorando estándares en la generación termoeléctrica

El proyecto cuenta con la participación de la Unidad de Desarrollo Tecnológico, E-CL, Sociedad de Transportes El Bosque y el Instituto Nacional del Carbón (Incar) de Oviedo.

Pese a la mala fama que el carbón tiene desde el punto de vista ambiental, las proyecciones señalan que su uso en la generación eléctrica, en Chile, continuará creciendo. Gran parte de las inversiones actuales –y proyectadas- en el sector eléctrico están considerando la utilización del mineral como materia prima básica; pero todavía con las tecnologías convencionales que son responsables, en gran parte, del rechazo generalizado de la población a las termoeléctricas.

En un escenario de crecientes necesidades energéticas y mayores exigencias ambientales, un equipo de investigadores de nuestra Universidad está analizando, a través de un proyecto Fondef, la factibilidad económica y técnica de la implementación, en nuestro país, de un proceso de co-combustión de carbón y biomasa; es decir, la combustión simultánea de ambos componentes.

La iniciativa, que lidera la académica de Ingeniería Química y directora de Posgrado, Ximena García, fue lanzada el 20 de octubre con la presencia de directivos universitarios, representantes de Fondef y de ejecutivos de la Unidad de Desarrollo Tecnológico, E-CL y Sociedad de Transportes El Bosque, instituciones socias del proyecto.

García explicó que la investigación busca contribuir a que las termogeneradoras en operaciones y las que entrarán en funcionamiento, logren sustituir parcialmente (entre un 10 y 20%) el carbón por biomasa, sin necesidad de modificar el diseño de las calderas ni sacrificar la eficiencia del proceso.

Además de los beneficios ambientales (la reducción de emisiones de compuestos como el dióxido de carbono, compuestos azufrados y material particulado), esta tecnología –que ya ha sido probada exitosamente en otras latitudes del mundo- abre oportunidades para la valorización de la biomasa, no sólo a través de residuos sino que con la utilización de terrenos en desuso para cultivos para generación de energía; ofreciendo, a la vez, alternativas de desarrollo económico en el ámbito rural
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El proyecto, en marcha desde enero y de 36 meses de duración, considera realizar un catastro de las tecnologías de termogeneración existentes en el país para determinar la factibilidad de la implementación de los procesos de co-combustión y la demanda potencial de biomasa, según los niveles de sustitución de carbón. En paralelo, se llevarán a cabo pruebas a escala de laboratorio, piloto (en la UDT), en planta (en las centrales de E-CL en Mejillones y Tocopilla), además de un ciclo de ensayos en el Instituto Nacional del Carbón, Incar (España), que también es parte del proyecto.