En la lucha contra
el cáncer de mama
Autoexamen y mamografía son las claves para prevenir este cáncer, que es la 1ª causa de muerte de mujeres entre 35 y 60 años y que en nuestro país registra 2.500 casos nuevos por año.
En el mes internacional de lucha contra el cáncer de mama, son diversos los llamados a tomar conciencia acerca de esta enfermedad y los métodos para prevenirlo; autoexamen regular y mamografía anual.
En el mundo se registran 1.000.000 de casos nuevos y 450.000 muertes por año, es la primera causa de muerte de mujeres entre 35 y 60 años y más del 50% de los cánceres se descubren “grandes”. En Chile, son 2.500 los nuevos casos que se descubren anualmente, una mujer fallece cada ocho horas a causa de esta enfermedad y la cultura de prevención es mínima.
Ante esta situación se está llevando a cabo una campaña a nivel mundial para sensibilizar y educar respecto de su prevención. En este sentido, se han programado diferentes actividades, como charlas y una corrida por las calles de Concepción para poner el tema sobre la mesa y establecer conciencia de riesgo en las mujeres.
La dirección de Personal de nuestra casa de estudios hace un llamado a realizarse la mamografía, ya que ésta tiene una bonificación del 100%.
El cáncer de mama es una enfermedad frecuente, que no produce síntomas sino hasta que está bastante avanzado. Si bien no existe un método como una vacuna para prevenir, sí hay una acción relevante para ello: el diagnóstico precoz. Es esto lo que ha demostrado tener más eficiencia y eficacia para evitar la muerte, mutilaciones y la mala calidad de vida.
Acerca del autoexamen y su utilidad los especialistas afirman que de cada 100 mujeres que mueren anticipadamente por cáncer de mama, alrededor de 30 lo habrían evitado si se hubiesen examinado sus mamas regularmente. En Chile, menos del 10% de las mujeres lo practica normalmente, cifras que deben cambiar.
Para disminuir la mortalidad –que alcanza entre un 50% a 70% de los casos- la herramienta clave es la mamografía. Un examen de buena calidad, analizado por profesionales calificados, permite diagnosticar cánceres muy pequeños que permanecen ocultos al tacto. Esto permite realizar tratamientos más efectivos y menos agresivos. Las recomendaciones internacionales señalan que las mujeres deben hacerse una mamografía anual a partir de los 40 años, y en los casos de alto riesgo, desde antes.
