Gestión social del riesgo de desastres
Prevenir y enfrentar causas y efectos de un desastre, son parte de los objetivos del diploma que la facultad de Ciencias Sociales inauguró con la charla Lecciones para Chile del tsunami gigante de Japón.
Luego de los hechos ocurridos tras el terremoto y tsunami de febrero de 2010, que dejaron en evidencia la vulnerabilidad social y ambiental del país; las instituciones no supieron responder con la rapidez que la situación ameritaba. En vista de esto y del largo historial que tiene Chile en materia de desastres naturales, no existen programas de formación orientados a capacitar en la prevención de desastres, reducción del riesgo y mitigación de sus efectos. Es en este contexto que nace el diplomado en Ciencias Sociales mención en Gestión Social del Riesgo de Desastres.
La ceremonia de inauguración, que contó con la presencia del rector de la Universidad, Sergio Lavanchy, el vicerrector de Investigación y Desarrollo, Bernabé Rivas, autoridades universitarias y de gobierno, tuvo como orador a Marcelo Lagos, geógrafo y doctor en Ciencias Ambientales, quien brindó la conferencia Lecciones para Chile del tsunami gigante de Japón. En ella compartió sus apreciaciones sobre la situación chilena y lo que ocurrió en la isla asiática. En este sentido, el especialista subrayó las pocas lecciones que en nuestro país hemos sacado a partir de los eventos que a lo largo de la historia han ocurrido en contraposición con Japón, donde muchas de las acciones de mitigación de maremotos fueron adoptadas luego del tsunami que viajó desde nuestras costas hasta allá, luego del terremoto de 1960.
Tal como afirmó el geógrafo, estos eventos no se pueden predecir, pero sí podemos anticiparnos. De ahí la importancia de contar con profesionales capaces de tomar las decisiones adecuadas en el momento justo. Agregó que si bien nada puede detener la fuerza de un tsunami, “cualquier medida de mitigación nos dará tiempo para llegar a una zona segura”.
Jorge Rojas, decano de la facultad de Ciencias Sociales, indicó que es necesario tener una sociedad más justa que prepare mejor a su población en eventos extremos, ya que la desigualdad, el comportamiento y reacción ante emergencias, se relacionan entre sí.