Tópicos de
odontología pediátrica
El académico peruano acusó la difícil realidad que vive su país y los países latinoamericanos cuando se trata de atención temprana en salud bucal.
La prevención temprana de caries, la administración del comportamiento del paciente infantil con base en evidencias; la ortodoncia preventiva e interceptiva y el tratamiento temprano fueron parte de las materias abordadas por el destacado académico de la Universidad Cayetano Heredia (Perú), Luis Castillo, en el curso Tópicos de Odontología Pediátrica, que se llevó a cabo el 9 de septiembre en la facultad de Odontología.
El curso es parte de las actividades de promoción del magíster en Odontología Pediátrica que impartirá la unidad académica y del que Castillo es profesor visitante.
Además de los aspectos técnicos relacionados con el tratamiento de los pacientes infantiles -en los que reconoce que ha habido importantes adelantos en los últimos años- el académico acusó la difícil realidad que viven los países latinoamericanos cuando se trata de atención temprana en salud bucal.
“En mi país hay lugares, como las partes altas de la sierra, donde los niños se mueren de frío, porque no existen las condiciones elementales para sobrevivir…y lo mismo puede pasar con las caries dentales…hay grupos de poblaciones menos favorecidas, en nuestros países y en otras partes del mundo, donde las medidas de salud no llegan”.
El problema, dice, “es que la atención odontológica no es universal…hay muchos odontólogos en nuestro continente, pero concentrados donde están los recursos económicos para acceder a ellos”.
Por eso, a su juicio, se hace necesaria una política pública más fuerte en el área.
Magíster en Odontología Pediátrica de la Universidad de Washington y en Ortodoncia por la Universidad de Ohio, el doctor Castillo considera fundamental la concienciación de los padres sobre las necesidades de salud bucal en los infantes, desde la aparición de los primeros dientes.
Lo que pasa, dice, es que normalmente la atención dental “es la última de la lista”. Una actitud preventiva temprana, asegura, significa en el largo plazo menores costos en atención; pero más aún, evita una serie de dificultades que se presentan en la edad adulta por el deterioro de la salud dental, como la pérdida de funciones o la falta de autoestima, asociados a aspectos estéticos.