Estudiantes prueban
prototipo de cohete con sensores meteorológicos
Gracias al esfuerzo de los departamentos de Ingeniería Mecánica y de Geofísica de la UdeC, estudiantes de pregrado lograron fabricar y probar con éxito un prototipo de cohete, cargado con distintos sensores e instrumentos, para finalmente recuperarlo y procesar los datos. La prueba se realizó con éxito en el Club de Aeromodelismo (Hualpén).
Hace tres años que un grupo de estudiantes de pregrado se reúnen en los laboratorios de Ingeniería, fuera de sus horarios de clases y sólo por simple diversión, para trabajar en el área que les apasiona: vehículos aéreos no tripulados, específicamente cohetería. Cristian Gutiérrez (de Ingeniería Civil Mecánica), los estudiantes de pedagogía Gabriela Moreno (Educación Básica) y Álvaro Oñate (Pedagogía en Física), y los alumnos de Ingeniería Civil Aeroespacial Carlos Pino, Darío Rodríguez y Luis Feres, pasan parte importante de su tiempo junto al profesor que los apoya y los guía en cada experimento, el doctor Frank Tinapp.
“Sólo por diversión, los estudiantes construyen cohetes a escala”, cuenta entre sonrisas el profesor Tinapp, quien explica la hazaña de sus estudiantes, junto a Víctor Villagrán, Ingeniero Jefe del Laboratorio MidGeo del departamento de Geofísica.
Los alumnos desarrollaron un cohete con un motor sencillo, basado en un propelente (sustancia que propulsa el cohete) de materiales domésticos. “La idea es combinar el vehículo con una carga útil, que consiste en un sistema de medición cuyo fin es meteorológico”, agrega el ingeniero Villagrán, quien guió a los alumnos en el montaje de los sensores de temperatura y presión.
La primera prueba
El cohete construido posee una estructura de tres kilos, por eso durante esta primera prueba el vehículo se elevó a 400 metros de altura. Según explican los jóvenes, es posible elevar el cohete a más altura, pero se requeriría un motor de mayor potencia, no-desechable (como el que usan), esto debido al peso del fuselaje, que se incrementa por los sensores, el motor, la cámara de explosión, el paracaídas, y la cámara de video que graba la trayectoria del vehículo.
Para accionar el despegue, se utilizó una radio inalámbrica que se comunicó con el cohete por medio de un receptor y una antena, instalado en su interior. En el apogeo se accionó la carga explosiva, que extrajo la cápsula con los sensores, para finalmente descender conjuntamente con todo el cohete. A pesar del fuerte viento, los estudiantes concluyeron felices la prueba, porque recuperaron el vehículo completo. La experiencia concluyó con mayor satisfacción cuando Víctor Villagrán (DGEO) retiró los sensores, y comprobó que éstos tomaron mediciones atmosféricas desde el despegue y hasta el aterrizaje del cohete.
A futuro se espera instalar un GPS que indique con exactitud el desplazamiento y ubicación del cohete, lo que permitiría una recuperación más rápida del vehículo. El equipo de jóvenes pretende, además, incluir otros sensores de medición atmosféricos, para que finalmente alumnos de la carrera de Geofísica puedan interpretar los datos obtenidos.