Dr. Elso Schiappacasse (Q.E.P.D)
Ante la imposibilidad de estar en el camposanto despidiendo de esta vida terrenal al distinguido Dr. Elso Schiappacasse, no me he podido sustraer a mi impulso íntimo de hacer llegar a su familia y a todos ustedes mis reflexiones y sentimientos (…) mi vinculación con él se remonta a circunstancias que fueron consolidando entre ambos un aprecio profundo y un cariño entrañable, y mi admiración sincera por un hombre esencialmente bueno, generoso y amante del prójimo.
Después de que el Dr. Schiappacasse completó su formación de internista y gastroenterólogo, dedicó sus esfuerzos y energías a adquirir los conocimientos y las competencias necesarias en el extranjero, en lo que en ese tiempo era la naciente disciplina de la Educación Médica. Así no fue por azar que él junto a otros amantes de esta disciplina, impulsaron su desarrollo en Chile en el inicio de la década de los setenta, lo que en la Universidad de Concepción, se tradujo en la creación de la Oficina de Educación Médica en 1973, cuya dirección naturalmente recayó en él. En dicho ámbito, impulsó estrategias modernas e innovadoras, el compromiso con la medicina comunitaria, social y familiar, así como con la necesaria formación de los académicos en los aspectos educacionales y pedagógicos.
Su labor silenciosa, en favor del desarrollo de la Educación Médica y de las vinculaciones internacionales de la Facultad durante una década, fue notablemente fructífera. Esto se traduciría a inicios de la década del noventa, en su elección como Decano, para conducirla en un ciclo nuevo, en el que se asentaron las bases para procesos de cambios en lo curricular y que se tradujo en el desarrollo de programas de formación en el ámbito de la Medicina y Salud Familiar, hoy, eje indiscutido del nuevo modelo de atención en salud.
Es por consecuencia natural y lógica que durante los años que tuve la misión de conducir la Facultad como Decano, propusiera el nombramiento del Dr. Elso Schiappacasse como Profesor Emérito de la Universidad de Concepción.
(…) Estudioso y reflexivo, trabajador y dedicado; creyente fervoroso y consecuente. Su vida la entregó a los demás, a su familia y a muchos seres anónimos de la Universidad y de su entorno social. Un mensaje reiterado por él, en muchas ocasiones frente la adversidad, fue que después de un tropiezo y una caída, a un hombre solo le correspondía levantarse, alzar la frente y la mirada y volver a caminar.
Lo que expreso hoy, lo expresé en vida, de nuestro querido Dr. Schiappacasse, a quien creo que la Universidad de Concepción, y la Educación Médica en su conjunto, debe expresarle una gratitud permanente.
Elso, querido amigo, descansa en paz.
Dr. Octavio Enríquez Lorca.