la música del reencuentro
Integrantes de la Orquesta de Estudiantes de la Universidad participaron, junto a jóvenes músicos de las orquestas juveniles de infantiles de Contulmo, Chillán, Tomé y Concepción en esta iniciativa que incluyó clínicas de violoncello y de dirección orquestal, y un concierto de reencuentro en Dichato.
Hoy existen en el país cerca de 300 orquestas juveniles e infantiles repartidas en 140 ciudades y comunas desde Arica a Punta Arenas en las cuales, a través de un exitoso programa de intervención sociocultural, se ha logrado favorecer a cerca de 10 mil niños y jóvenes, la mayoría de ellos pertenecientes a estratos socioeconómicos bajos, asentando así, la práctica musical de elite en sectores populares y provocando con ello diversas e insospechadas transformaciones.
Por otra parte, interesados en combinar sus estudios universitarios con su interés por la música, el año 2005 un grupo de estudiantes de la facultad de Ingeniería formó un cuarteto de cuerdas y, con apoyo de esa unidad académica, compraron instrumentos y fueron incluidos en intermedios musicales en diferentes eventos realizados durante el año.
El año 2006 numerosos estudiantes de diferentes facultades expresaron su deseo de incorporarse al grupo de cuerdas de la facultad de Ingeniería, lo que posteriormente dio pie a la creación de la Orquesta de estudiantes de la Universidad, OeUdeC, con respaldo de nuestra casa de estudios y dependiente del departamento de Música.
“Retornar” lo aprendido
Como una manera de integrar a esos jóvenes universitarios y a niños escolares a través de la práctica musical orquestal, valorizada como una herramienta para el mejoramiento de la calidad de vida, el director de ese departamento y coordinador de la OeUdeC, Alejandro Gallegos, organizó el proyecto Ritornelo: la música del reencuentro, iniciativa que se realizó recientemente como una instancia de intervención única que permitió a los jóvenes universitarios músicos “retornar” para compartir su experiencia con los niños de diversas orquestas juveniles e infantiles de la región del Biobío, deviniendo una herramienta de integración, retroalimentación, motivación y promoción entre sus futuros “sucesores”.
La ejecución de este proyecto, que se realizó en la Universidad, en cuanto inauguración y clínicas de violoncello y dirección orquestal, y en la localidad de Dichato donde se realizó el concierto de cierra, fue en la misma línea de lo objetivos originales planteados desde la fundación de las Orquestas Juveniles e Infantiles. De tal modo, además de corroborar el cumplimiento de la dinámica del círculo virtuoso, se aportó con los resultados de esta experiencia, como referente único para eventuales investigaciones relacionadas con los beneficios de las orquestas sobre el aprendizaje.