La lluvia,la espera, la soledad y el ocaso
En lectura dramatizada, obra de Andrés Gallardo fue presentada en el Salón de Honor del Instituto de Chile, en Santiago.
Como es usual en la literatura, el teatro y las artes en general el autor muy difícilmente puede eludir en sus creaciones su propia experiencia de vida, o parte de ella. Los asistentes a la lectura dramatizada de la obra Llueve en el sexagésimo quinto cumpleaños de don Martín Morales vislumbraron algunas claves de la vida y de la trayectoria de su autor, Andrés Gallardo Ballacey.
Profesor de Castellano, doctor en Lingüística, académico e investigador en ambas especialidades, actual miembro de número de la Academia Chilena de la Lengua eligió precisamente el Salón de Honor del Instituto de Chile, en Santiago, para en una sesión abierta ofrecer la lectura de su obra que estuvo a cargo de Mariana Prat y Sergio Hernández bajo la dirección de Juan Pablo Donoso.
Bajo la lluvia inclemente de un invierno en Contulmo, ”a los pies de la imponente Cordillera de Nahuelbuta”, Martín Morales (Sergio Hernández) se ha recluido tras su jubilación en la universidad donde enseñó. La vetusta casona que habita se gotea por todos los costados. Es el día de su cumpleaños número 65, una edad emblemática. En ese momento sólo le acompaña una exalumna, interpretada por Mariana Prat, académica como él y quien, por afecto y buena voluntad, le ayuda a ordenar y clasificar su biblioteca.
La conversación está llena de matices de un pasado común, de un amor intenso por los libros, de las experiencias formadoras, de sentimientos no expresados en su momento, de anécdotas , nostalgias e ironías. No están ausentes los “lugares comunes” que como buenos estudiosos del lenguaje ambos personajes abominan, aunque caen en ellos. La lluvia “qué habría sido de la poesía de Neruda sin la lluvia”. Soledad e incomunicación como grandes invitados, también los libros que los han marcado. En el momento de las decisiones sobre qué libros viejos guardar y de cuáles deshacerse surgen hilarantes momentos, pues ambos tienen gustos opuestos para aquellas lecturas fundamentales. Y también está la espera: que alguien llegará a nuestro cumpleaños, que nuestros amigos de siempre vendrán a salvarnos de la soledad y el olvido, pese a la lluvia.
El director de la Academia Chilena de la Lengua, Alfredo Matus Olivier, al dar la bienvenida a los asistentes que repletaron el salón principal del Instituto de Chile, reseñó la trayectoria del académico y escritor Andrés Gallardo Ballacey, Premio Municipal de Artes de Concepción, entre otros galardones, y quien ha hecho su destacada carrera profesional en la Universidad de Concepción y que es autor de varias novelas y cuentos, entre los cuales figura “Trípticos de Cobquecura”, un homenaje a la sufrida localidad costera de la Región del Biobío.
Mónica Silva