El poder curativo del azúcar
En la presentación del doctor León Herszage llamaron la atención los ensayos en el tratamiento de tumores en animales y sus perspectivas de aplicación en humanos.
Rescató del folclore los usos medicinales del azúcar, dotándolos de fundamento científico, para llevarlos a la rehabilitación de heridas complejas, con resultados que asombran.
Fue a mediados de los 70 cuando el médico cirujano argentino, especialista en paredes abdominales y tratamiento de lesiones complejas, León Herszage, comenzó a sistematizar el conocimiento en torno al efecto terapéutico de la sacarosa, exponiendo los avances de sus estudios en congresos y cursos.
“Mi intención es asistir donde necesiten una explicación personal sobre la experiencia y evolución de esta forma de curar”, afirma este miembro de honor de la Sociedad de Cirugía de Chile. Y Así lo hizo en nuestra Universidad, en el curso Tratamiento de lesiones infectadas necróticas y complicadas en humanos, animales y plantas, organizado por el Laboratorio de Química de Productos Naturales de la facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas.
Como punto de partida, el médico situó la acción del azúcar en el contexto del funcionamiento del sistema inmunitario, explicando cómo operan sus mecanismos de defensa.
“El médico debe tratar de ayudar y no perturbar los mecanismos que condicionan la curación”, indicó, a la vez que resaltó la importancia del estado general del paciente. “Si come bien y si es feliz, siempre se terminará recuperando”.
En su exposición, el ex académico de la Universidad de Buenos Aires, fue escalando desde los casos más simples a los más complejos, mostrando la evolución de las distintas soluciones de sacarosa -5 de ellas de azúcar pura- que ha utilizado a lo largo de 30 años para tratar distintos tipos de heridas.
Casos que fueron desde simples tratamientos para cicatrización de heridas, pasando por infecciones profundas por bacterias u hongos y tejidos necrosados, hasta quemaduras de gran complejidad ilustraron la presentación de Herszage. También mostró ejemplos de cura en plantas y en animales (no sólo con mamíferos, sino con anfibios y peces), desde su desempeño como asesor del Zoológico de Buenos Aires.
De interés fueron, en el último punto, las pruebas en el tratamiento de tumores con inyecciones subtumorales en ratas, canarios, camellos, entre otros, ensayos que sirvieron de base para la atención de humanos, como paliativo cuando la medicina tradicional ya había agotado sus recursos.
En algunos de estos casos –en animales- se lograron efectos benignos incluso en procesos metastáticos.
El último gran paso ha sido el tratamiento tumoral “a distancia”, a partir de una vivencia cercana con su propia mascota, un perro afectado de un tumor cerebral. Con él experimentó el uso de inyecciones en la zona peritonal.
Es esta experiencia la que abre un nuevo desafío para el doctor Herszage, quien espera poner en marcha una investigación desde la perspectiva de la biología molecular, pensando en una posible aplicación de este tratamiento en humanos.