Patricia Agee Aguayo recibió reconocimiento presidencia
La historia de la
profesora chilena
galardonada por
Barack Obama
Enseñar matemáticas de una manera divertida me ha ayudado a mantener a mis estudiantes enfocados, usando juegos con muchas actividades didácticas aplicadas en el diario vivir, todo esto ha facilitado que los conceptos sean aprendidos de una manera más comprensible.
Un viaje de visita a su hermano, Luis Aguayo, cuando realizaba su doctorado en Matemáticas en University of Iowa, Estados Unidos, cambió la vida de Patricia, una profesora egresada de la Universidad de Concepción, que se desempeñaba entonces como docente en el Liceo A-17 de Yungay.
Ahí conoció a su marido, con quien formó una familia, y quien la instó a convalidar sus estudios en Norteamérica. Pero Patricia Agge-Aguayo, como es su nombre de casada en EE.UU., no es una pedagoga más en ese país, ya que en abril recibió de las manos del Presidente Barack Obama, el reconocimiento presidencial a la excelencia en la enseñanza de las matemáticas y las ciencias.
La egresada de Pedagogía en Matemáticas fue la única galardonada de su Estado, Wisconsin. “Me tomó unos días poder creer que era yo. En Washington, estuve llena de actividades educativas, conociendo a profesores brillantes que han aportado mucho a la educación norteamericana. Recibir el reconocimiento y premiación de parte del Presidente Barack Obama, a quien admiro enormemente, ha sido una experiencia inolvidable que ha cambiado mi vida de una manera muy positiva”, dice.
¿Cuál fue su reacción cuando supo del reconocimiento presidencial?
Estaba dando clases cuando la directora de la escuela visitó mi sala. Pensé que estaba observando la lección, pero se dirigió a mis estudiantes y les dijo que traía una gran noticia. Fue tal mi sorpresa, que no lo podía creer. En seguida llamé a mi madre a Chile, a mi esposo e hijo. Me sentí honrada que entre tantos profesores brillantes con quienes me ha tocado trabajar y observar a lo largo de mi carrera, yo era la única de las seleccionadas del Estado de Wisconsin para recibir el importante reconocimiento Presidencial por la Excelencia Académica de Matemáticas y Ciencias en los Estados Unidos en el área de matemáticas. Me sentí tremendamente feliz, orgullosa y a la vez muy honrada por tan importante reconocimiento.
¿Cuáles son las claves de su trabajo con niños y la enseñanza de las matemáticas?
Las claves para lograr buenos resultados en los alumnos, es que uno como profesor disfrute enseñando y entregue conocimientos con entusiasmo, motivando y proporcionando constantemente mucho apoyo a los alumnos, creer en que todos los alumnos pueden aprender matemáticas y, por supuesto, el profesor debe tener un gran dominio y conocimiento en matemáticas, utilizando la mejor instrucción. La vocación es muy importante, sin vocación y una buena pedagogía, es difícil entregar conocimiento significativo para los estudiantes. Enseñar matemáticas de una manera divertida me ha ayudado a mantener a mis estudiantes enfocados, usando juegos con muchas actividades didácticas aplicadas en el diario vivir, todo esto ha facilitado que los conceptos sean aprendidos de una manera más comprensible.
¿Qué desafíos le ha planteado este premio presidencial?
Es un desafío extremadamente positivo, ahora siento aun más responsabilidad de hacer mi trabajo mucho mejor. Para mí haber recibido este premio ha sido un gran honor, me ha proporcionado una felicidad enorme, una experiencia en Wa-shington DC inolvidable. Pero más que nada, un orgullo saber que mis estudiantes pueden competir a nivel nacional y ser los mejores. Trabajo en una escuela en donde tenemos muchos alumnos de alto riesgo social y aun así con mi guía, mis alumnos lograron mostrar que tienen mucha capacidad. Quiero seguir con este desafío de poder mostrar que no importa trabajar con estudiantes de riesgo social. Podemos hacer la diferencia si se hace con respeto hacia los estudiantes, exigencias altas para ellos, sin bajar el nivel esperado y siempre con una actitud positiva, de que todos los alumnos pueden aprender, algunos más lentos, otros más rápidos, pero todos aprenden si creemos en la capacidad de cada uno de ellos.
Gonzalo Espinoza Díaz