Niños en riesgo social y la UdeC sellaron compromiso de trabajo conjunto
Programa “Prevención de conductas de riesgo en niños, niñas y jóvenes del Sector Tucapel Bajo, de la Comuna de Concepción” ya está en marcha.
Tras culminar su fase de diagnóstico, el 28 de abril pasado la Universidad formalizó su compromiso de trabajo con jóvenes y sus familias del sector Tucapel Bajo, a través del proyecto Prevención de conductas de riesgo en niños, niñas y jóvenes del Sector Tucapel Bajo, de la Comuna de Concepción. Se trata de una iniciativa financiada con recursos del Fondo Nacional de Seguridad Pública, en el marco del Plan Chile Seguro 2010-2014 que impulsa el Ministerio del Interior y Seguridad Pública.
El proyecto lo lideran los académicos Olga Mora, de Trabajo Social; Gracia Navarro, de Sicología; Pedro Orellana, de Arquitectura; y Alejandro Villalobos, de Educación. Apoyados por la labor de once estudiantes provenientes de Psicología, Trabajo Social y Arquitectura, los primeros meses del año fueron dedicados a una labor de diagnóstico de los 68 adolescentes de entre 13 y 19 años, que son objeto de la iniciativa. Fue así como se realizó una evaluación del contexto comunitario en que se desenvuelven los jóvenes, así como también un diagnóstico familiar de cada uno de ellos. Así se pudo determinar con exactitud qué necesidades de tipo psicosocial evidenciaban.
Durante los próximos tres años, este grupo de profesores, más los voluntarios que se sumen al proyecto, trabajarán de modo de otorgarles herramientas educativas, sociales y culturales a través de líneas programáticas que se irán desarrollando cada semestre. A través de dinámicas de trabajo individual, familiar y comunitario, tal como señala el nombre del proyecto, se espera alejar a estos adolescentes de posibles conductas de riesgo, considerando la vulnerabilidad social del entorno donde habitan.
Focos de trabajo
“La idea es que nosotros podamos trabajar con los jóvenes acá en la Universidad y que podamos trabajar en algunos talleres para apoyar todo lo que es el aprendizaje, talleres para los padres, talleres para promover hábitos de estudio, cómo incentivarlos y motivarlos al estudio y a que tengan mayores expectativas”, señaló Olga Mora. La docente destacó que “es importante que a los niños se les abran otras perspectivas, se les abra el mundo”.
Pero no es todo. Dentro del ámbito comunitario, el objetivo es que los jóvenes logren “posicionarse dentro de su ambiente territorial”, según explicó la académica. “Se trata de incentivar el trabajo comunitario conectado, en redes, y que ellos puedan hermosear sus espacios y eliminar los focos de basura, por ejemplo”, señaló.
Tras firmar junto a sus apoderados el documento que acredita su compromiso con el proyecto, los más felices eran los beneficiados. A Valentina Vidal, de 16 años, la iniciativa le parece “súper bien, porque nos ayudan a nosotros y también a la comunidad. Me ha gustado todo, las entrevistas… ha sido entretenido”. Respecto a qué desea aprender o mejorar, no duda y destaca que “me gustaría sacar más personalidad”. En la misma línea se manifiesta Richard Riffo, también de 16 años, quien opina que el proyecto es “bueno, porque así vamos a salir adelante como población, e igual nos ayuda harto en los estudios”. Luego resalta que “nos apoyaron, nos dieron ayuda. Eso se agradece”.
Cristóbal Hernández
Periodista RSU