Viana
Beratto, bioquímico UdeC
La empresaria que busca réditos en el desarrollo social y
de género
Actualmente
lidera una organización denominada M+I: Mujeres + Innovación,
que busca generar proyectos de asociatividad entre profesionales
de la innovación con organizaciones femeninas, como una iniciativa
que trabajan con una asociación gremial de recolectoras de
algas de la caleta de Llico.
Antes
de ser una exitosa empresaria y proveedora de las firmas más
importantes de la cosmetología mundial como LOréal,
Estée Lauder y el grupo LVMH, Viana Beratto pasó casi
un año por Biología Marina en la Universidad de Concepción,
porque según confiesa quería ser como Jacques
Cousteau.
A pesar que estuvo menos de un año en esta carrera, la joven
proveniente de Cañete dice haber cultivado una amistad que
dura hasta el día de hoy con sus entonces compañeras,
pero se dio cuenta que quería ir al centro, a la célula,
ver qué es lo que está pasando y poder modificar algunas
cosas. Fue en ese momento que decidió cambiarse a Bioquímica,
donde sus expectativas estaban orientadas hacia la investigación
y desarrollo. Sin embargo, la decisión familiar de priorizar
la crianza de sus hijos por sobre su proyección profesional,
postergó el ejercicio de su especialidad por más de
diez años.
Pero esta década no fue obstáculo para que Viana Beratto
pudiera realizar lo que le gusta y con un enfoque muy marcado en
lo social y en la perspectiva de género, ya que actualmente
lidera una organización denominada M+I: Mujeres + Innova-ción,
que busca generar proyectos de asociatividad entre profesionales
de la innovación con organizaciones femeninas, como una iniciativa
que trabajan con una asociación gremial de recolectoras de
algas de la caleta de Llico. La bioquímica dice no
querer hacerse millonaria a cualquier precio y que busca que
sus emprendimientos se orienten a que todas salgamos beneficiadas.
¿Cómo se gestó su llegada a estudiar
a la Universidad de Concepción?
Estuve interna en Concepción en la enseñanza
media (Liceo de Niñas), y luego mis papás compraron
un departamento acá y me vine a estudiar a la Universidad
de Concepción. Yo quería estudiar primero Biología
Marina, porque quería ser como Jacques Cousteau y entré
a estudiar un año, pero
cuando tuve más conocimiento de la carrera y vi los ramos
que venían más adelante, era muy la parte de
afuera y ahí dije yo quiero ir al centro, a la célula,
ver qué es lo que está pasando y poder modificar algunas
cosas.
¿Cuándo se decidió a montar esta empresa
y vio señales de que necesitaba formarla?
Yo siempre quise formar una empresa, pero me casé muy
joven cuando estaba en tercer año de la Universidad. Entonces
cuando me titulé, nació mi primer hijo y justo terminó
mi marido. Yo pensaba que íbamos a trabajar los dos, pero
uno de los dos se tenía que quedar con los niños,
porque no queríamos vivir la experiencia de dejar criar a
los niños con otras personas. Y me quedé en la casa
desde que empezaron a ir al colegio y estuve casi diez años
con ellos, dedicada casi exclusivamente
a ser mamá. Luego estuve trabajando en un proyecto en la
Universidad y me di cuenta que las cosas eran más lentas
de lo que yo quería y estábamos muy encerrados en
la parte laboratorio. Luego estaba partiendo toda esta cosa del
medioambiente y fui a la Fisa, partí trabajando como representante
de una empresa norteamericana en plantas de tratamientos de fuentes
industriales. Después de eso decidí partir con mi
empresa en el área productiva, porque fui a ferias, detecté
necesidades de productos y empecé a trabajar.
¿Y qué puede rescatar de su paso por la Universidad
en el sentido laboral?
Una de las cosas que rescato, es que he tenido muy buenos
amigos y colegas en la Universidad, que me apoyaron mucho en el
desarrollo de mi empresa. Con consejos, hacerme una pesada,
porque no tenía ni balanza analítica cuando partí,
no tenía nada cuando empecé con mis productos. Te
hablo de
amigos que se quedaban hasta las tantas de la noche para medir en
un espectrofotómetro una muestra para poder hacer una ficha
técnica. Esas cosas fueron súper importantes y que
cuando recuerdo mis inicios, ellos están en un lugar muy
importante de mi vida, porque si no hubiese tenido el apoyo de ellos
para sacar adelante mis procesos, habría sido mucho más
difícil.
¿Y cuándo llega esta idea de crear esta agrupación
M+I: Innovación y emprender desde una perspectiva de género?
Esto partió hace como tres años, cuando nos
invitaron del Sernam a formar parte de una misión tecnológica
a la APEC en Perú, porque la Presidenta Bachelet había
pedido que se formara una asociación de mujeres empresarias
en cada región, ahí nos conocimos y se formó
la primera asociación de la Octava Región y quedé
como presidenta. Ahora tenemos una asociación gremial
y nuestra misión es apoyar el emprendimiento de las mujeres,
apoyarnos entre nosotras porque nos vamos retroalimentando. Para
mí el emprendimiento, tiene que ser con un impulso de género
y soy una fuerte defensora de eso, porque cuando me reunía
con las recolectoras de algas, me gustó mucho que fuera una
asociación gremial, porque siento que las mujeres son las
que siempre van a estar con la familia. Los hombres van y vienen,
pero las mujeres siempre siguen con sus hijos hasta
el final y lo que ellas ganan siempre va todo para sus hijos. Entonces,
la única manera de levantar y generar desarrollo, la manera
más eficiente de hacer que la gente tenga un mejor nivel
de vida, es que se eduquen los hijos y si la madre es la que tiene
acceso a solventar eso, es más seguro que
cuando es el padre.