Por primera
vez
Estudian chorro de viento en la costa de Arauco
La
zona costera de Arauco es el centro de un importante e inédito
estudio. Científicos de distintas disciplinas analizaron
en terreno el comportamiento del chorro costero, un fenómeno
natural que tendría importantes efectos sobre las condiciones
atmosféricas y oceanográficas del Golfo de Arauco.
El Experimento Chileno sobre Surgencia
(Cupex, por Chilean Upwelling Experiment) es un esfuerzo de varios
investigadores que estudian la interacción que existe entre
el océano y la atmósfera a escala espacial y temporal
de la surgencia costera.
Los primeros esfuerzos se han focalizado
en un chorro de viento asociado a las puntas de las bahías
de Tongoy y del Golfo de Arauco, que podría tener repercusiones
en la surgencia y en las corrientes dentro de estas bahías.
Primera experiencia
Hace dos años, los doctores del departamento de Geofísica
de la Universidad de Chile, René Garreaud y Ricardo Muñoz,
decidieron estudiar un chorro costero de pequeña escala en
la Bahía de Tongoy, el que además se relacionaba con
otros cambios en la temperatura y corrientes marinas de la bahía.
En esta primera experiencia, participaron las universidades de
Chile, de Concepción, Católica del Norte-Coquimbo
y el Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas, lo que
se tradujo en la instalación de costosos instrumentos, con
los que midieron en terreno el océano y la atmósfera.
Uno de los más novedosos instrumentos ue el BE90, una aeronave
bimotor y con autonomía de vuelo superior a los 1.000 Km.,
equipado con un completo y sofisticado dispositivo. Con esta aeronave
el equipo de científicos sobrevoló la Bahía
de Coquimbo varias veces, tomando mediciones constantes del fenómeno.
Cupex II
Frente a la costa chilena se
produce un chorro costero de unos mil kilómetros de largo
y cientos de ancho, que permanece todo el día con variaciones
en la escala sinóptica. A diferencia de este gran chorro,
existirían los llamados chorros costeros, mucho más
pequeños, que deberían aparecer en las tardes de días
cálidos, explica el doctor Aldo Montecinos, académico
del departamento de Geofísica de nuestra Universidad (DGEO).
Uno de estos chorros es el del Golfo de Arauco.
Considerando
que hay al menos dos proyectos Fondecyt realizando mediciones oceanográficas
en las costas de Arauco, se decidió realizar un segundo experimento
Cupex, con el fin de estudiar la presencia de este chorro y las
alteraciones que produciría en las condiciones oceanográficas.
Por lo tanto, el Cupex II es el resultado de la unión de
varios proyectos independientes.
Así, un grupo de académicos
y estudiantes del DGEO se aventuró, durante enero, a Punta
de Lavapié, desde donde lanzaron sondas atmosféricas
y globos piloto -estos últimos cada 3 horas,
sin parar durante una semana completa. Paralelamente y para reforzar
el operativo, los geofísicos de la Universidad de Chile,
a bordo del BE90, sobrevolaron la zona.
Como si ver globos gigantes y un aeroplano sobrevolando Arauco
fuera poco, también pasó por la zona un vehículo
submarino no tripulado llamado glider, un instrumento que, con unas
alas especiales y cambios en su flotabilidad, puede realizar misiones
de medición submarinas con duraciones de meses y a lo largo
de miles de kilómetros.
Gracias al Cupex II tenemos una cantidad de datos simultáneos
nunca antes tomados en la zona, por ello podremos analizarlos a
partir de marzo, concluye el doctor Montecinos.
Yannet Díaz
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