Su calidez, disposición y capacidad de trabajo fueron
tres de los aspectos más recordados al despedir
a Adolfo Acuña, subdirector de Asistencia Técnica
y Administración del Centro Eula, quien falleció
la semana pasada.
De familia numerosa (10 hermanos), Adolfo Acuña
nació en Chillán en 1954; en 1981 obtuvo el título de
Biólogo Marino en nuestra Universidad y luego de
realizar docencia en distintas casas de estudio, en
1989 hizo el magister en Ciencias mención Oceanografía
de la UdeC y en 1991 fue nombrado jefe
del Laboratorio de Biología del proyecto Eula. Por
su aporte al desarrollo del proyecto, se le confirió el
premio Dante Zaio como Mejor investigador joven.
Desde 1992 a 2010 se desempeñó como subdirector
de Asistencia Técnica y Administración de Eula,
desarrollando una importante labor que permitió,
junto a los demás profesionales, una estabilidad y
consolidación del centro de ciencias ambientales
como un referente institucional en la temática ambiental,
tanto en el ámbito nacional como internacional.
Para el director de Eula, Oscar Parra, Adolfo Acuña
era un hombre extremadamente acucioso y riguroso
en los aspectos administrativos y financieros
del Centro. Al mismo tiempo, agregó, era muy
preocupado de las condiciones de trabajo de todos
los funcionarios quienes estaban bajo su responsabilidad.
Parra destacó además la particular personalidad
de Adolfo Acuña, señalando que pese a su timidez
personal, una vez que entraba en confianza era
muy jovial y cercano a sus compañeros y amigos y siempre se caracterizaba por sus dichos para definir
a las personas (por ejemplo, una de sus frases
era “mucha generosidad provoca desprecio”);
además, demostraba un fuerte carácter cuando le
correspondía asumir tareas y responsabilidades en
función de los intereses del Centro.
Su muerte provocó gran pesar entre sus compañeros
de trabajo quienes, incluso, lo habían homenajeado
al momento de celebrar los 20 años de Eula.