Francisco Ayala obtuvo la distinción
Templeton 2010 por su defensa del
conocimiento científico frente a la
religión, junto a una demanda de
respeto mutuo entre ambas esferas.
Para el biólogo evolucionista Francisco
Ayala, Premio Templeton
2010, venir a Concepción tenía dos
objetivos. El primero se relacionó
con un aspecto de solidaridad científica,
tras conocer las grandes pérdidas
en materia de investigación y
conocimiento que el terremoto y el
maremoto provocaron en nuestra
zona.
La segunda, según explicó el propio
Ayala en la visita protocolar realizada
a la Rectoría, tuvo que ver con
una razón más sentimental: caminar
por la senda por la que hace más de
un siglo transitó el creador del Origen
de la especies, Charles Darwin. “Darwin escribió con mucho cariño
sobre Chile, aún después de irse
de este país continuó pagando para
obtener información”, explicó Ayala.
Ayala, quien obtuvo el Templeton
Prize for Progress Toward Research
or Discoveries about Spiritual Realities,
otorgado por la Fundación John
Templeton a personalidades que
contribuyen a la investigación o los
descubrimientos de realidades espirituales,
se reunió con académicos
y alumnos en la conferencia Copérnico
y Darwin: dos revoluciones del
pensamiento, instancia en la que
los participantes pudieron conversar
con el científico.
Dos revoluciones han marcado la
historia de la ciencia, explicó Ayala,
la copernicana y la darwiniana. La
primera, se dice, consistió en desplazar
a la tierra desde el centro de
Universo a un lugar subordinado al
Sol. La segunda, se debe a la teoría
de la evolución orgánica.
Para Ayala la versión de ambas revoluciones
es inadecuada “lo que
se dice es cierto, pero pasa por alto
lo más importante: que anunciaron
el comienzo de la ciencia en el sentido
moderno de la palabra”, explicó.