Eduardo Cavieres El papel de la historia en
celebración de Bicentenario
En la inauguración del año
académico del departamento
de Ciencias Históricas y
Sociales, el historiador dijo
que “el Bicentenario debe
ser una oportunidad para
hacer un balance de logros y
frustraciones”.
“No existe un mejor momento
para lograr que la celebración
del Bicentenario, más que una
fiesta, se transforme en una instancia
de discusión nacional en
la que se incorporen
todas las
instituciones del
Estado”. Así lo
afirma Eduardo
Cavieres, Premio
Nacional de
Historia 2008,
quien dictó la
clase magistral
El Bicentenario:
preguntas en el
pasado; consideraciones
del presente en la
inauguración del año académico
del departamento de Ciencias
Históricas y Sociales.
A su juicio existe un tránsito en
el itinerario de la celebración
de esta fecha tan relevante para
la República de Chile que
comienza con las primeras comisiones
que centran sus mayores
esfuerzos en la construcción
de grandes obras, que en
su segunda etapa –coincidente
con el inicio del gobierno de
Sebastián Piñera- pone énfasis
en la fiesta cívica. Actualmente
se está produciendo una especie
de síntesis entre las obras
materiales y una programación
de actividades cívicas.
En ese contexto Cavieres se
pregunta qué papel juega la
historia y asegura que el festejo
del Bicentenario no está representando
la oportunidad de
pensarse históricamente como
sociedad. “Falta la historia y
falta aprovechar la oportunidad
de replantearse, ver en qué situación
estamos y cuáles son
nuestros proyectos. No significa
que no existan grandes
obras materiales y un festejo
cívico, pero es claro que falta
interés por la historia”.
Según Cavieres la sociedad
chilena está hoy en mejores
condiciones que para el Centenario;
además, ha asumido una
actitud que no quiere seguir
apegada al pasado y el país se
siente más exitoso que hace
100 años. “De ese punto de vista
el análisis histórico no sólo
puede ser un estorbo, sino que
parece innecesario”, asegura.
La tríada Bicentenario, nuevo
gobierno y terremoto, dice
el historiador, tiene a la sociedad
chilena en una situación
contingente entre trauma, desesperanza
y optimismos parcelados,
donde pareciera que
la celebración va a concluir en
una suerte de catarsis colectiva
en un ambiente festivo. No obstante,
asegura, es preciso que
se genere una discusión nacional
donde está incorporado el
Estado y la sociedad tenga espacio
y posibilidad de hablar y
ser escuchada, con los medios
de comunicación involucrados.