Las universidades han planteado
la realidad de las casas de
estudios que va más allá de los
reales y dramáticos casos de sus
estudiantes.
Al cumplirse cuatro semanas desde el inicio de las clases
para los alumnos de pre y posgrado el balance es
altamente satisfactorio, los procesos se están desarrollando
normalmente y el nuevo calendario académico de
pregrado se está cumpliendo a cabalidad.
En este día finaliza el plazo para realizar modificaciones
de inscripciones, las inscripciones fuera de plazo, las modificaciones
de notas del semestre anterior, el abandono
de asignaturas y la suspensión de estudios, al tiempo que
la dirección de Tecnologías de Información, cierra el proceso
de inscripción de asignaturas del primer semestre.
Fruto del protocolo establecido con las universidades integrantes
del CRUCH para favorecer a aquellos alumnos
de las zonas afectadas por la catástrofe del 27 de
febrero, más de 50 jóvenes de nuestra casa de estudios
se encuentran cursando sus semestres en universidades
cercanas a sus hogares y otra decena ha ingresado
a esta casa de estudios. La medida, al igual que otras implementadas
por las universidades que forman parte del
Consejo, tiene por objetivo principal disminuir la deserción
entre los jóvenes que quedaron damnificados, perdieron
sus casas o vieron deterioradas sus condiciones
socioeconómicas. La permanencia del estudiante en la
universidad de destino, no será superior a dos semestres
académicos y las obligaciones económicas del estudiante
serán siempre con su universidad de origen. Lo mismo se
aplica para los beneficios de beca o crédito de los que sea
titular el estudiante, se estipuló en el documento.
El esfuerzo de nuestra Universidad y de las integrantes
de CRUCH ha estado acompañado por peticiones al gobierno
para entregar becas de mantención por un monto
de $93.000 a los alumnos damnificados que no viven
con sus familias, (considerando insuficiente los $ 30.000
anunciados por el ministerio de Educación) como también
abrir un proceso acotado de revisión de la situación socioeconómica
de los estudiantes de las zonas afectadas
que lo soliciten.
Las universidades han planteado la realidad de las casas
de estudios que va más allá de los reales y dramáticos
casos de sus estudiantes, como son aspectos relacionados
con los recursos que se deben suplementar
para cubrir las becas y créditos solidarios para quienes
renuevan sus beneficios y que ingresaron entre los años
2006 a 2009.
En otro acápite, se solicita el apoyo del Estado para cubrir
las reparaciones que implican la habilitación funcional de
las instalaciones dañadas y la recuperación de la infraestructura
con daños estructurales.
En síntesis, se solicita al Estado un apoyo explícito para
solventar los gastos que implica el trabajo universitario
integral.
En otro aspecto relacionado, los rectores están preocupados
del proceso de selección para 2011, ya que recién
esta semana ingresaron a clases miles de alumnos
de cuartos medios de las zonas más damnificadas, teniendo
una diferencia de 50 días con el resto de los estudiantes.
Se está analizando la posibilidad de postergar
dos semanas la PSU, con el fin de disminuir las brechas
que se producirán entre los jóvenes. Hay que tener en
cuenta además, que los mismos alumnos que ingresan
con retraso a clases son los provenientes de los sectores
más dañados no sólo físicamente sino que también
sicológicamente.
Por su parte la vida académica va retomando su ritmo y
adaptándose a las nuevas circunstancias. Como es natural,
la mayor parte de las conferencias que se están
llevando a efecto tienen que ver con las consecuencias
del terremoto y tsunami en los diversos ámbitos (legales,
económicos, físicos, estructurales, sociales), que responden
a las inquietudes de toda la comunidad.