El desafío más importante para
el sector agrícola tras la catástrofe
es dejar la infraestructura
productiva en condiciones competitivas.
Por ello la importancia
de trabajar estrategias de apoyo
a corto y largo plazo. Este
grupo –que coordina el decano
de Ingeniería Agrícola, Eduardo
Holzapfel- se ha centrado en 3
grandes líneas de trabajo: el
desarrollo de soluciones constructivas
para el sector rural (viviendas
y producción); generación
de alternativas de ingresos
hacia los sistemas productivos
e industriales y manejo de riego,
aguas y energía.
Para abordar estos temas, el
grupo ha elaborado un proyecto
que considera dos etapas. La
primera, liderada por el Instituto
Interamericano de Cooperación
para la Agricultura (IICA),
apunta a informar a los agricultores
sobre el protocolo de
procedimiento post sismo. En
una segunda etapa, se plantea
postular a una línea de financiamiento
Corfo, para la reconstrucción,
en la idea de encontrar
soluciones y aprender a
evitar daños a futuro, haciendo
una transferencia de conocimientos
a través de los colegios
agrícolas.