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  Nº 660 jueves 01 de abril de 2010

 

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•PERSPECTIVAS

Afirmó el Rector:
“La Universidad está dañada, pero no está en el suelo ni devastada"

Con la fuerza de sus trabajadores y alumnos la Universidad se ha ido levantando en este mes transcurrido desde el terremoto. El próximo lunes (5 de abril) comenzarán las clases en todas las facultades y los alumnos nuevos y antiguos encontrarán espacios reparados y seguros para sus actividades lectivas.

La madrugada del 27 de febrero golpeó fuerte en toda la región y la Universidad no fue excepción. Como consecuencia del terremoto grado 8,8 en la escala de Richter, se produjo un incendio en la facultad de Ciencias Químicas que ardió durante toda la noche y parte de la mañana. A las pérdidas millonarias en infraestructura y equipamiento se suman las investigaciones en curso y los trabajos de los alumnos de posgrado. Algunas horas más tarde, el tsunami arrasaba con la estación de Biología Marina de Dichato, poniendo fin a años de trabajos de experimentación y pesquisa de los integrantes del departamento de Oceanografía.

El balance preliminar de la infraestructura de la Universidad posterremoto, efectuado la primera semana de marzo, demostraba que la evaluación realizada luego de la inspección visual de los edificios se basó en criterios de habitabillidad. Los edificios de las facultades de Odontología, Economía (edificio Antiguo) y Educación (edificio antiguo) no estaban en condiciones de ser habitados y requerían de trabajos de reparación, cuyos proyectos ya están en elaboración. El resto de los edificios del campus Concepción, en diversas escalas de graduación, estaban operables.

Los Campus de Chillán y Los Ángeles estaban en mejores condiciones y su puesta en funcionamiento fue más rápida.

Las primeras cifras entregadas por el rector Sergio Lavanchy estimaban las pérdidas en 50 millones de dólares, poco a poco se han ido conociendo el detalle de los gastos que se deben realizar en infraestructura y equipamiento que implican tanto una reasignación de recursos como una campaña internacional y nacional de grandes proporciones para volver a levantar a la Universidad.


Ciencias Químicas

Aproximadamente 6 mil fueron los metros cuadrados destruidos en Ciencias Químicas luego del terremoto y posterior incendio que afectaron a la facultad el 27 de febrero pasado.

De acuerdo a las estimaciones realizadas por expertos de la Universidad, sólo en lo que dice a reconstrucción del edificio se necesitan 8 mil millones de pesos, a lo que se debe sumar la inversión en equipamiento; por ello, el decano Bernabé Rivas considera que las pérdidas en la Facultad superan los 20 millones de dólares.

El incendio destruyó completamente el edificio metálico que albergaba salas de clases y laboratorios de docencia e investigación, así como parte de la construcción de hormigón donde se encontraba, además, la administración de la Facultad. Los laboratorios de Química Analítica e Inorgánica, de Química General, de Química Orgánica y de Polímeros, fueron totalmente destruidos, perdiéndose tanto el instrumental especializado como los trabajos de los investigadores.

Motivo de ello, y buscando recuperar espacios tanto para la docencia como para la investigación, se realizó una redistribución de las dependencias de la Facultad en diferentes sectores de la Universidad.

Las oficinas de los departamentos de Polímeros, Química Analítica y Físico Química se mantienen en su lugar habitual, ya que ese sector del edificio no fue dañado por las llamas. Lo mismo ocurre con el departamento de Ciencias de la Tierra, ubicado en el cerro a un costado del Centro Eula.

En tanto, el decanato y vicedecanato, así como la secretaría académica y administración, se trasladaron a las oficinas de la ex Contraloría, en el segundo piso del edificio Virginio Gómez. Se mantienen los mismos números telefónicos.

Por último el departamento de Química Orgánica está en el tercer piso de la facultad de Ciencias Veterinarias. En este caso, de manera provisoria, se habilitaron los números telefónicos 2207439 y 2207438, que corresponden a la secretaría. Otras dependencias donde se encuentran académicos y técnicos son el departamento de Ciencias Políticas y la casa de la dirección de Investigación que antes usara Explora, en calle Victoria.


Dichato

Estación de Biología Marina Fue un duro golpe para las ciencias del mar. El tsunami destruyó por completo la Estación de Biología Marina de Dichato, instalada hace más de 30 años en esa zona de la
bahía. La fuerza del maremoto arrasó con los laboratorios de Bentos, de Ecología pelágica, de Plancton y de Biogeoquímica; la Unidad Productora de Semillas Bentónicas (Hatchery) en la que estaban en desarrollo tres proyectos Fondef, e instalaciones vinculadas a iniciativas apoyadas con fundaciones internacionales; además de la casa de huéspedes y contenedores con muestras e instrumentales.

Lo que quedó fue saqueado, al igual que el equipamiento de la embarcación científica Kay Kay II, luego de que varara en un cerro de Coliumo, arrastrada por las aguas del tsunami y cuyo salvataje está sujeto a la evaluación de las empresas aseguradoras.

Las pérdidas, según el director del departamento de Oceanografía, Marcos Salamanca, llegan a los 4 mil 200 millones de pesos (entre infraestructura, daños de la embarcación e instrumental) y se necesitarán dos mil 100 millones de pesos para la reconstrucción de la Estación y otros 800 para la reposición de equipamiento.


También se perdieron los zodiac y equipos de buceo adquiridos recientemente, colecciones y material docente. Y los daños no son sólo materiales. Existe otro patrimonio, cuyo valor – como señala Salamanca- es invaluable: toda la investigación de posgrado y la información vinculada a proyectos.


Odontología

Cerca de dos meses tomarán las reparaciones en el edificio de la facultad de Odontología, que incluyen el reforzamiento de columnas perimetrales y diversos trabajos en el interior.

A las pérdidas, que en esta unidad ascienden a los 300 millones de pesos, se opone el gran espíritu que han mostrado los académicos y funcionarios a la hora de enfrentar esta crisis. “La fuerza del sismo nos inclinó, pero no nos hemos caído”, afirma el decano Alex Bustos, quien señala que, a pesar de las dificultades que supone este momento, las actividades académicas fueron reprogramadas, de modo cumplir con un plan de estudio del mismo nivel de exigencia y calidad que el de un año normal.

Lo que se ha hecho, dijo, es concentrar las clases teóricas para la primera parte del semestre tanto en el pre como el posgrado, para más adelante iniciar los prácticos; a excepción de los cursos avanzados de la especialización en Ortodoncia y Rehabilitación Oral, que realizarán sus actividades de manera normal en las clínicas del Instituto Virginio Gómez.

Mientras duran las reparaciones del edificio, el decanato, vicedecanato, los departamentos de Patología y Diagnóstico, de Pediatría Bucal, Salud Pública y de Estomatología Quirúrgica, más dos salas con capacidad para 50 alumnos cada una y la biblioteca funcionarán en Beltrán Mathieu 15 (de propiedad de la Asociación del Personal).

El departamento de Odontología Restauradora y la oficina de Posgrado ocuparán la antigua sede de la Escuela de Graduados, en Victoria 306. La Unidad también cuenta con espacios en la facultad de Ciencias Veterinarias que cedió su auditorio y una sala para las clases.

En relación a los internados, el decano Bustos informó que se están dando todas las facilidades para que los estudiantes puedan completar este período formativo en sus lugares de origen, en atención a los problemas de residencia que se han producido tras el sismo.



Residencias estudiantiles

El hogar de hombres Barros Arana fue el que sufrió los mayores daños por el gran movimiento sísmico del 27 de febrero.

El edificio, con capacidad para 59 estudiantes, está siendo sometido a reparaciones y se espera que esté operando de forma normal en el lapso de 3 meses.

También se iniciaron los trabajos en el hogar de Freire que sólo muestra problemas en una zona acotada. De los 39 alumnos que viven allí, 10 deberán ser reubicados en otros recintos. Para acoger a estos alumnos, se arrendaron dos inmuebles –uno en General Novoa, con 16 cupos, y otro en Los Aguilera, con 20- que deberán estar en funcionamiento el 5 de abril. Los cupos faltantes podrían ser suplidos con pensiones.

En la misma fecha abrirán los hogares de mujeres de Los Tilos y Los Aguilera, y de hombres en Rengo, que sólo presentaron daños menores.

Paralelamente, la DISE está actualizando a diario un listado de oferta de pensiones para que los estudiantes cuenten con información confiable sobre las posibilidades de alojamiento en la intercomuna.


Ciencias Económicas y Educación reordenan espacios

Siempre con la meta de iniciar las clases el 5 de abril, las facultades de Ciencias Económicas y Administrativas, junto a la de Educación, han reordenado el funcionamiento administrativo y reasignado salas de clases.

Los alumnos de primer año de Ciencias Económicas y Administrativas tendrán clases en las facultades de Ciencias Físicas y Matemáticas; Arquitectura, Urbanismo y Geografía y Emprendo, entre otras dependencias, mientras que para los alumnos de cursos superiores se potenciará el trabajo semipresencial a través de las plataformas implementadas por la dirección de Docencia. Al respecto el vicedecano de la repartición, Carlos Baquedano, señaló que los daños en la Facultad afectaron principalmente la tabiquería interna del edificio de aulas, por lo que los arreglos, que estima estarán operativos a mediados de mayo, permitirán además una redistribución que optimizará los espacios. Otro de los arreglos importantes en esa Unidad es la escalera del edificio antiguo, que si bien no presentó daños en estructura, da la sensación de fragilidad.

Los daños de la facultad de Educación afectaron el área antigua del edificio que alberga, entre otras dependencias el decanato, la secretaría académica, la dirección de educación continua, el programa de inserción y práctica profesional, salas de auxiliares, biblioteca, aulas y algunas oficinas de profesores. La actividad administrativa se traspasó al ala nueva del edificio, mientras que las clases,
al igual que en las otras facultades dañadas, se repartirán en el Campus.

 


Biotecnología

Dentro de los próximos 30 días terminarán las reparaciones en el Centro de Biotecnología de la Universidad, CBUdeC, que, producto del sismo de febrero, sufrió daños menores, principalmente en las uniones entre los cinco bloques que componen el edificio y en la tabiquería, los que no comprometen su utilización a futuro.

A ello se suman los daños en instrumental entre los que se cuentan cromatógrafos de gases, HPLCs, equipos de biología molecular y proteómica, material de laboratorios, como también cepas y respaldo del material biológico de varios proyectos de investigación, incluidos los que se encontraba en la estación científica ubicada en Dichato. Según el director del Centro, Jaime Rodríguez, los daños se estiman en 615 millones de pesos.

Durante este período los 25 doctores que pertenecen al CBUdeC están trabajando en el edificio EmpreUdeC, además de los laboratorios de Eula, Ciencias Forestales y en los containers.

 

 

 

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