Afirmó el Rector:
“La Universidad está dañada, pero no está en el suelo ni devastada"
Con la fuerza de sus trabajadores y alumnos la Universidad se ha ido levantando en este mes transcurrido desde el terremoto. El próximo lunes (5 de abril) comenzarán las clases en todas las facultades y los alumnos nuevos y antiguos encontrarán espacios reparados y seguros para sus actividades lectivas.
La madrugada del 27 de febrero golpeó fuerte en toda
la región y la Universidad no fue excepción. Como consecuencia
del terremoto grado 8,8 en la escala de Richter,
se produjo un incendio en la facultad de Ciencias
Químicas que ardió durante toda la noche y parte de
la mañana. A las pérdidas millonarias en infraestructura
y equipamiento se suman las investigaciones en
curso y los trabajos de los alumnos de posgrado.
Algunas horas más tarde, el tsunami arrasaba con la
estación de Biología Marina de Dichato, poniendo fin
a años de trabajos de experimentación y pesquisa de
los integrantes del departamento de Oceanografía.
El balance preliminar de la infraestructura de la Universidad
posterremoto, efectuado la primera semana
de marzo, demostraba que la evaluación realizada
luego de la inspección visual de los edificios se basó
en criterios de habitabillidad. Los edificios de las facultades de Odontología, Economía (edificio Antiguo)
y Educación (edificio antiguo) no estaban en condiciones
de ser habitados y requerían de trabajos de
reparación, cuyos proyectos ya están en elaboración.
El resto de los edificios del campus Concepción, en
diversas escalas de graduación, estaban operables.
Los Campus de Chillán y Los Ángeles estaban en mejores
condiciones y su puesta en funcionamiento fue
más rápida.
Las primeras cifras entregadas por el rector Sergio Lavanchy
estimaban las pérdidas en 50 millones de dólares,
poco a poco se han ido conociendo el detalle de
los gastos que se deben realizar en infraestructura y
equipamiento que implican tanto una reasignación de
recursos como una campaña internacional y nacional
de grandes proporciones para volver a levantar a la
Universidad.
Ciencias Químicas
Aproximadamente 6 mil fueron
los metros cuadrados destruidos
en Ciencias Químicas luego del
terremoto y posterior incendio
que afectaron a la facultad el 27
de febrero pasado.
De acuerdo a las estimaciones
realizadas por expertos de la Universidad,
sólo en lo que dice a reconstrucción
del edificio se necesitan
8 mil millones de pesos, a lo
que se debe sumar la inversión en
equipamiento; por ello, el decano
Bernabé Rivas considera que las
pérdidas en la Facultad superan
los 20 millones de dólares.
El incendio destruyó completamente
el edificio metálico que
albergaba salas de clases y laboratorios
de docencia e investigación,
así como parte de la
construcción de hormigón donde
se encontraba, además, la administración
de la Facultad. Los laboratorios
de Química Analítica e
Inorgánica, de Química General,
de Química Orgánica y de Polímeros,
fueron totalmente destruidos,
perdiéndose tanto el instrumental
especializado como los
trabajos de los investigadores.
Motivo de ello, y buscando recuperar
espacios tanto para la docencia
como para la investigación,
se realizó una redistribución
de las dependencias de la Facultad
en diferentes sectores de la
Universidad.
Las oficinas de los departamentos
de Polímeros, Química Analítica
y Físico Química se mantienen
en su lugar habitual, ya que
ese sector del edificio no fue dañado
por las llamas. Lo mismo
ocurre con el departamento de
Ciencias de la Tierra, ubicado en
el cerro a un costado del Centro
Eula.
En tanto, el decanato y vicedecanato,
así como la secretaría
académica y administración, se
trasladaron a las oficinas de la ex
Contraloría, en el segundo piso
del edificio Virginio Gómez. Se
mantienen los mismos números
telefónicos.
Por último el departamento de
Química Orgánica está en el tercer
piso de la facultad de Ciencias
Veterinarias. En este caso,
de manera provisoria, se habilitaron
los números telefónicos
2207439 y 2207438, que corresponden
a la secretaría. Otras dependencias
donde se encuentran
académicos y técnicos son el departamento
de Ciencias Políticas
y la casa de la dirección de Investigación
que antes usara Explora,
en calle Victoria.
Dichato
Estación de Biología Marina
Fue un duro golpe para las
ciencias del mar. El tsunami
destruyó por completo la
Estación de Biología Marina de
Dichato, instalada hace más
de 30 años en esa zona de la
bahía. La fuerza del maremoto
arrasó con los laboratorios de
Bentos, de Ecología pelágica, de
Plancton y de Biogeoquímica; la
Unidad Productora de Semillas
Bentónicas (Hatchery) en la
que estaban en desarrollo
tres proyectos Fondef, e
instalaciones vinculadas a
iniciativas apoyadas con
fundaciones internacionales;
además de la casa de
huéspedes y contenedores con
muestras e instrumentales.
Lo que quedó fue saqueado, al
igual que el equipamiento de
la embarcación científica Kay
Kay II, luego de que varara en un cerro de Coliumo, arrastrada
por las aguas del tsunami y
cuyo salvataje está sujeto a la
evaluación de las empresas
aseguradoras.
Las pérdidas, según el director del
departamento de Oceanografía,
Marcos Salamanca, llegan a los 4
mil 200 millones de pesos (entre
infraestructura, daños de la
embarcación e instrumental) y se
necesitarán dos mil 100 millones
de pesos para la reconstrucción
de la Estación y otros 800 para la
reposición de equipamiento.
También se perdieron los zodiac
y equipos de buceo adquiridos
recientemente, colecciones y
material docente. Y los daños
no son sólo materiales. Existe
otro patrimonio, cuyo valor –
como señala Salamanca- es
invaluable: toda la investigación
de posgrado y la información
vinculada a proyectos.
Odontología
Cerca de dos meses tomarán las
reparaciones en el edificio de la
facultad de Odontología, que incluyen
el reforzamiento de columnas
perimetrales y diversos
trabajos en el interior.
A las pérdidas, que en esta unidad
ascienden a los 300 millones
de pesos, se opone el gran espíritu
que han mostrado los académicos
y funcionarios a la hora de
enfrentar esta crisis. “La fuerza
del sismo nos inclinó, pero no nos
hemos caído”, afirma el decano
Alex Bustos, quien señala que, a
pesar de las dificultades que supone
este momento, las actividades
académicas fueron reprogramadas,
de modo cumplir con un
plan de estudio del mismo nivel
de exigencia y calidad que el de
un año normal.
Lo que se ha hecho, dijo, es concentrar
las clases teóricas para la
primera parte del semestre tanto
en el pre como el posgrado, para
más adelante iniciar los prácticos;
a excepción de los cursos
avanzados de la especialización
en Ortodoncia y Rehabilitación
Oral, que realizarán sus actividades
de manera normal en las
clínicas del Instituto Virginio Gómez.
Mientras duran las reparaciones
del edificio, el decanato, vicedecanato,
los departamentos de
Patología y Diagnóstico, de Pediatría
Bucal, Salud Pública y de
Estomatología Quirúrgica, más
dos salas con capacidad para 50
alumnos cada una y la biblioteca
funcionarán en Beltrán Mathieu
15 (de propiedad de la Asociación
del Personal).
El departamento de Odontología
Restauradora y la oficina de Posgrado
ocuparán la antigua sede
de la Escuela de Graduados, en
Victoria 306. La Unidad también
cuenta con espacios en la facultad
de Ciencias Veterinarias que
cedió su auditorio y una sala para
las clases.
En relación a los internados, el
decano Bustos informó que se
están dando todas las facilidades
para que los estudiantes puedan
completar este período formativo
en sus lugares de origen, en
atención a los problemas de residencia
que se han producido tras
el sismo.
Residencias estudiantiles
El hogar de hombres Barros
Arana fue el que sufrió los mayores
daños por el gran movimiento
sísmico del 27 de febrero.
El edificio, con capacidad
para 59 estudiantes, está
siendo sometido a reparaciones
y se espera que esté operando
de forma normal en el lapso de 3 meses.
También se iniciaron los trabajos
en el hogar de Freire que
sólo muestra problemas en
una zona acotada. De los 39
alumnos que viven allí, 10 deberán
ser reubicados en otros
recintos. Para acoger a estos
alumnos, se arrendaron dos inmuebles –uno en General Novoa,
con 16 cupos, y otro en
Los Aguilera, con 20- que deberán
estar en funcionamiento
el 5 de abril. Los cupos faltantes
podrían ser suplidos con
pensiones.
En la misma fecha abrirán los
hogares de mujeres de Los Tilos
y Los Aguilera, y de hombres
en Rengo, que sólo presentaron
daños menores.
Paralelamente, la DISE está actualizando
a diario un listado de
oferta de pensiones para que
los estudiantes cuenten con información
confiable sobre las
posibilidades de alojamiento en
la intercomuna.
Ciencias Económicas y
Educación reordenan espacios
Siempre con la meta de iniciar las clases el 5
de abril, las facultades de Ciencias Económicas
y Administrativas, junto a la de Educación,
han reordenado el funcionamiento administrativo
y reasignado salas de clases.
Los alumnos de primer año de Ciencias Económicas
y Administrativas tendrán clases en
las facultades de Ciencias Físicas y Matemáticas;
Arquitectura, Urbanismo y Geografía y
Emprendo, entre otras dependencias, mientras
que para los alumnos de cursos superiores
se potenciará el trabajo semipresencial
a través de las plataformas implementadas
por la dirección de Docencia. Al respecto el
vicedecano de la repartición, Carlos Baquedano,
señaló que los daños en la Facultad
afectaron principalmente la tabiquería interna
del edificio de aulas, por lo que los arreglos,
que estima estarán operativos a mediados de
mayo, permitirán además una redistribución
que optimizará los espacios. Otro de los arreglos
importantes en esa Unidad es la escalera
del edificio antiguo, que si bien no presentó
daños en estructura, da la sensación
de fragilidad.
Los daños de la facultad de Educación afectaron
el área antigua del edificio que alberga,
entre otras dependencias el decanato, la secretaría
académica, la dirección de educación
continua, el programa de inserción y
práctica profesional, salas de auxiliares, biblioteca,
aulas y algunas oficinas de profesores.
La actividad administrativa se traspasó al
ala nueva del edificio, mientras que las clases,
al igual que en las otras facultades dañadas,
se repartirán en el Campus.
Biotecnología
Dentro de los próximos 30 días terminarán las reparaciones en
el Centro de Biotecnología de la Universidad, CBUdeC, que,
producto del sismo de febrero, sufrió daños menores, principalmente
en las uniones entre los cinco bloques que componen el
edificio y en la tabiquería, los que no comprometen su utilización
a futuro.
A ello se suman los daños en instrumental entre los que se
cuentan cromatógrafos de gases, HPLCs, equipos de biología
molecular y proteómica, material de laboratorios, como también
cepas y respaldo del material biológico de varios proyectos
de investigación, incluidos los que se encontraba en la estación
científica ubicada en Dichato. Según el director del Centro,
Jaime Rodríguez, los daños se estiman en 615 millones de
pesos.
Durante este período los 25 doctores que pertenecen al CBUdeC
están trabajando en el edificio EmpreUdeC, además de los
laboratorios de Eula, Ciencias Forestales y en los containers.